Una embarazada y seis menores, uno de cinco meses, en la primera patera del año en Ibiza y Formentera

Los 21 migrantes han llegado de madrugada a Formentera a bordo de una lancha de apenas siete metros de eslora

Parte de los migrantes, en el puerto de la Savina.

Parte de los migrantes, en el puerto de la Savina. / Carmelo Convalia

Una mujer embarazada y seis menores, uno de ellos de cinco meses de edad junto a su madre, han llegado esta madrugada a la costa de es Caló, en Formentera, junto a 13 hombres. Lo han hecho a bordo de una patera de apenas entre seis y siete metros de eslora dotada de un único motor de unos 40 caballos de potencia. Unas condiciones terribles (hacinamiento, frío y hambre) para cubrir la travesía entre la costa de África y las islas.

Horas después, a las 9.45 horas, todos los migrantes eran detenidos ya en tierra por la Guardia Civil. Los 21 migrantes pertenecen al parecer a dos núcleos familiares.

La mujer embarazada, la madre del bebé y los menores fueron trasladados al Hospital de Formentera, tal y como marca el protocolo. En el centro hospitalario se certificó el buen estado de salud de los menores, incluidos el bebé y su madre y se atendió a la futura madre que se encontraba débil tras la travesía. El resto de migrantes, fueron trasladados al cuartel de la Benemérita, donde han esperado hasta embarcar hacia Ibiza a las 15.30 horas, junto con el resto de los familiares, incluidos niños y niñas que fueron atendidos por los guardias civiles en las dependencias del cuartel, convertido por unas horas en guardería infantil. En cuanto llegaron al puerto ibicenco, pasaron a ser responsabilidad del Cuerpo Nacional de Policía.

Ropa y enseres abandonados por los migrantes en es Caló.

Ropa y enseres abandonados por los migrantes en es Caló. / Diario de Ibiza

Como ha publicado en exclusiva Diario de Ibiza, la patera ha arribado alrededor de las cuatro de la mañana. Tras desembarcar en tierra, sus tripulantes la han dejado a la deriva hasta que dos vecinos de la zona la han remolcado, ya sin pasajeros, hasta el pequeño embarcadero de es Caló tras recibir el permiso de la Guardia Civil. Querían evitar que el olaje la lanzara hacia la costa, lo que habría provocado la rotura del casco y un considerable vertido de material contaminante al mar.

Han dejado la lancha inoperativa

La patera estaba sin gobierno, ya que sus pasajeros, una vez a salvo, al parecer han destrozado el motor, le han quitado la batería y han inutilizado el sistema de encedido para dejarla inoperativa.

La patera, en es Caló.

La patera, en es Caló. / Diario de Ibiza

Uno de los dos vecinos que ha recuperado la precaria embarcación, Mariano Castelló, explica que han abandonado la batería en la costa y que la han recogido para evitar que acabara en el mar.

Además, señala que los migrantes probablemente han saltado al agua antes de tocar tierra, puesto que entre los muchos enseres que han dejado a escasos metros de la zona había zapatos y ropa mojada, tanto pantalones como otras prendas de abrigo.

También se han desprendido de un bidón con gasolina, galletas, un tipo de torta de algún cereal y botellas de agua. Incluso de un botiquín con el logo de la Media Luna Roja, el equivalente a la Cruz Roja en la mayoría de países musulmanes.

Los migrantes, en la Savina antes de embarcar hacia Ibiza.

Los migrantes, en la Savina antes de embarcar hacia Ibiza. / Carmelo Convalia

Todo ello induce a pensar que en esta ocasión los tripulantes de la lancha, entre ellos la embarazada y los sesis menores, han completado la travesía de entre 14 y 15 horas que separa la costa de África de las Pitiusas en una embarcación de dimensiones muy reducidas y una potencia limitada de motor.

21 personas en una lancha de siete metros de eslora

Estremece pensar en qué condiciones han cubierto este trayecto 21 personas hacinadas en una lancha de como máximo siete metros. Sobre todo cuando entre ellos han viajado seis menores, uno de cinco meses, y una mujer en estado.

En otras ocasiones, las pateras son acercadas a tierra por barcos nodriza y los migrantes llegan a las costas pitiusas en mejor estado tanto de salud como de ánimo.

Percisamente las precarias condiciones de navegación (lanchas pequeñas, con motores pequeños y sin chalecos...), han provocado que, desgraciadamente, muchos migrantes hayan desaparecido en el mar antes de llegar a tierras españolas.

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