sanidad u listas de espera

Un hombre de Ibiza que apenas puede andar espera una operación de rodilla desde hace casi dos años

La familia denuncia que Salud no contestan a las reclamaciones ni le ha ofrecido operarse en otro centro, como prevé el decreto de garantía de demora

Preparativos para una intervención de Traumatología en el Hospital Can Misses.

Preparativos para una intervención de Traumatología en el Hospital Can Misses. / M. T.

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

«Mi padre, de 78 años y con problemas en las rodillas, lleva en lista de espera para una intervención quirúrgica en la rodilla que tiene peor desde el 13 de septiembre de 2021. Su traumatólogo le dijo en enero que se podía hacer las pruebas preoperatorias, unas pruebas que ya han caducado». Así comienza la carta en la que una residente en Ibiza denuncia la situación en la que se encuentra su padre y la falta de respuestas del servicio de Atención al Usuario, a donde ha remitido cuatro reclamaciones a través de las vías oficiales. En realidad, si le hubieran atendido cuando tocaba, el hombre hubiera entrado en la lista de espera quirúrgica un año antes, ya que la consulta para evaluar las pruebas se demoró otro año.

Una situación con la que llevan lidiando más de dos años, tiempo en el que el estado del paciente ha ido empeorando hasta dejarlo, prácticamente, inmovilizado en su casa por las dificultades que tiene para caminar. Además, su hija denuncia que a pesar de la larguísima demora que acumula su padre para entrar en quirófano no se le ha aplicado el decreto de garantía de demora, es decir, no se le ha ofrecido operarse en un centro privado, como establece la normativa.

El 17 de agosto de 2020, es decir, hace más de dos años, el médico de cabecera derivó al paciente, a quien le dolían las dos rodillas, al servicio de Traumatología. Esa primera cita con el especialista de Can Misses se produjo con relativa rapidez, apenas un mes después, el 19 de septiembre. Y a partir de ahí todo se torció. «El médico le pidió una radiografía y le dijo que en dos meses volviera para el resultado. Se le hizo la prueba, lo pusieron en la lista de espera, pero se le llegó a llamar para el resultado», relata la hija en una de las reclamaciones, en la que hace un relato muy detallado de por lo que han pasado.

Casi un año después, el 13 de agosto, la mujer presenta una reclamación porque, tras once meses, «aún no le han llamado para el resultado de la radiografía», Ésa, explica, es la única queja oficial a la que les contestan, dándoles una cita para un mes más tarde, el 13 de septiembre, fecha en la que el traumatólogo le incluye en la lista de espera quirúrgica.

Ocho meses después, sin embargo, el hombre continúa esperando para entrar en quirófano. Su hija presenta entonces una nueva reclamación en la que piden que le apliquen el decreto de garantía de demora, que establece que a los pacientes que superen los 180 días (seis meses) en la lista de espera quirúrgica se les debe ofrecer la opción de ser intervenidos en la sanidad privada. «Pocos días después me llaman para informarme de que ese decreto no se aplica por la pandemia», se lee en la reclamación.

Reclamaciones sin respuesta

Y a partir de ahí se corta toda la comunicación. Ni el paciente ni su hija han recibido respuesta alguna —«ni escrita ni telefónica»— ni de Traumatología ni del servicio de Atención al Usuario del Área de Salud a las reclamaciones presentadas el 25 de agosto, el 17 de octubre y el 17 de noviembre de este mismo año. Lo único que tienen, por triplicado, es la respuesta automática que se genera al presentar una reclamación telemática: «Una vez finalizado el trámite informativo le transmitiremos una respuesta. Gracias por usar el servicio de quejas y sugerencias del Servei de Salut de les Illes Balears. Sus comentarios nos ayudan a reflexionar y nos permiten ir mejorando nuestra atención». . Un mensaje, que, vista la realidad, suena a tomadura de pelo.

«He ido llamando a cirugía para que me confirmasen que estaba en la lista y seguía estando», explica la hija del paciente, que pide que «se valoren alternativas para la intervención quirúrgica en otro hospital, público o privado». En su queja, la hija deja clara la situación en la que se encuentra su padre como consecuencia de la demora: «Dos años después, el dolor ha aumentado y le impide hacer cualquier actividad, minando su salud física y mental». La mujer explica que su padre es una persona «muy tranquila», pero tras tanta espera «empieza a estar muy indignado y enfadado». «Ha trabajado mucho toda su vida y ha aportado a la Seguridad Social para ahora sentirse totalmente ignorado», continúa su hija, que añade: «Ha sido siempre una persona muy social y pasaba mucho tiempo con sus amigos por el pueblo. Ahora, prácticamente no sale y cada día se deteriora más física y mentalmente. Va a duras penas con un bastón, pero en Sant Josep hay poco aparcamiento».

Afectado por el covid

Desde la gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera explicaron ayer que el servicio de Traumatología es uno de los que se ha visto más afectado por las diferentes olas de la pandemia. «Es uno de los registra más derivaciones desde Atención Primaria y más demanda, eso hace que se vea muy afectado cuando hay un parón en la actividad», indicaron antes de reconocer, sin embargo, que su situación «no es normal», por lo que está estudiando qué ha pasado. Tanto en lo que respecta a la demora como a la falta de respuesta por parte del servicio de Atención al Usuario. De hecho, reconoce también que entraría en el decreto de garantía de demora, por lo que se le debería haber ofrecido la opción de operarse en otro centro. En este sentido, la dirección de Can Misses detalló que, en lo que va de año, se han derivado a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario dentro de este decreto un total de 200 operaciones de Traumatología. «Y esta misma semana se van a derivar otras 200», concluyeron.

Ésta no es la primera vez en los últimos meses que los usuarios de Traumatología recurren a la prensa para criticar no sólo la demora en la atención sino también la falta de respuesta a sus reclamaciones. A finales de septiembre, otra paciente denunció que llevaba la friolera de tres años esperando una cita con este servicio por una dolencia en la espalda y que tampoco le habían contestado a la reclamación que, agotada ya su paciencia, presentó el pasado mes de abril, cuando superaba los dos años aguardando. A ella, que también hay días que siente tanto dolor que no puede más que quedarse en casa, tampoco le ofrecieron en ningún momento ser atendida en otro centro, afirmaba.

La dirección de Can Misses, tras comprobar toda la documentación, reconoció que la paciente tenía razón, le pidió disculpas y aseguró que trataría de resolver el problema con la mayor celeridad posible. Ayer mismo, sin embargo, más de dos meses después, la paciente aún está a la espera de que la llamen o le contesten, por escrito, a la reclamación.

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