El pasado 23 de septiembre, el jurado dictó veredicto de culpabilidad para J.C.V. por provocar el incendio de un edificio abandonado de es Viver el 13 mayo de 2019 en el que falleció una mujer italiana de 59 años, Rosanna Venturini, que estaba atrapada en una de las habitaciones, además de provocar heridas graves a otro de los okupas.

En este caso, J.C.V., que se encuentra en la cárcel desde el 23 de mayo de 2019, se enfrenta a una pena de siete años y seis meses de prisión. En un primer momento, la Fiscalía solicitaba 18 años de condena tanto para J.C.V. como para F.F.F., al que se acusaba de haber ejercido labores de vigilancia pero que fue finalmente absuelto.

Inicialmente, se atribuía a J.C.V. haber iniciado el fuego «movido por el ánimo de la venganza [contra uno de los okupas]» arrojando el mechero que originó el fuego. Después, durante el juicio, este admitió que pudo haber originado el fuego, accidentalmente, tras arrojar una colilla. Esta confesión suponía la rebaja final de la pena.

Se da la circunstancia de que, en la tarde en que ocurrieron los hechos, Rosana Venturini había sido encerrada en su habitación y no pudo escapar de las llamas. Por este motivo, se detuvo a su pareja, acusado de malos tratos.

En la celebración del juicio por el incendio en es Viver, que se celebró en la Audiencia Provincial de Palma, J.C.V. se encaró y amenazó a un policía que declaró en la sala.