Se acercan las fiestas de Navidad y son muchas las personas que empiezan a hacer planes para pasar las fiestas fuera de su municipio, e Ibiza siempre es una buena opción. Pero cuando el presupuesto es justo, todos buscamos lo más esencial para poder descansar aunque a veces, lo que pensábamos que iba a ser suficiente, se convierte en una pesadilla.

Este verano pasado, sin ir más lejos, una turista que se alojó en un hotel de la isla pensando que podría desconectar de su vida laboral durante unos días vivió una auténtica pesadilla. "Este hotel solo es una opción como ultimísimo recurso. Hay muy poca seguridad, por la noche no hay nadie vigilando. Tuve un par de problemas con personas borrachas que dormían en las habitaciones contiguas y no tuve a nadie a quien acudir para solucionar el conflicto. Pasé bastante miedo y, además, volvía del trabajo a las 22.15 horas y ya no pude calentar la cena en el microondas porque la puerta estaba cerrada desde las 22", anotó en una reseña sobre el establecimiento en booking.

Por otro lado, Daniel, otro turista que se alojó en este mismo hotel, escribió que "llegamos e hicimos el check-in, hasta ahí bien, fuimos a la habitación y ya fue para alucinar, la almohada tenía una mancha que parecía sangre, la habitación tenía polvo por todos los rincones, una de las patas de la cama estaba doblada con lo cual la cama se movía mucho, el colchón hundido y la sabana amarilla y con manchas. El somier lleno de humedades y suciedad. Justo delante del hotel hay una oficina de asesoría legal en la que veían todo lo que hacíamos en la habitación. No había cortinas y entraba la luz. La nevera mejor no hablar del óxido y suciedad que tenía y el olor y el baño..."

Además, según cuenta este turista, "cuando me senté en la taza se movía como si estuviera en un toro de la feria, no estaba anclado al suelo, la tapa no se mantenía levantada porque o estaba mal atornillada o no es la de su talla. También había mucho ruido de otras habitaciones. Por la noche nos quedamos sin agua para beber, y lo bueno es que hay máquinas expendedoras en el hostal, pero dentro de la sala de recepción y a partir de las 20 horas está cerrada así que no pudimos comprar nada para beber. En mi opinión, no vendría a un hostal de 2 estrellas como este habiendo ido a otros de una estrella que por lo menos están limpios", sentenció.