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La inflación amenaza la próxima temporada turística en Ibiza

La CAEB advierte de los efectos de la inflación en el Reino Unido y en otros destinos, ante la que los bancos centrales «actuarán de una manera muy potente», lo cual «provocará subidas de interés y una caída de la demanda, tanto general como turística»

Presentación de una campaña de Sant Antoni en la feria de Londres. | J.M.L.R.

«Hay que llamar a la prudencia». Keep calm, advierte José Antonio Roselló, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), tras analizar la situación económica y política actual de Reino Unido y extraer conclusiones sobre cuál será su comportamiento de cara a la próxima temporada. Y eso a pesar de los buenos augurios y del optimismo que hay entre los ibicencos que participan en esta edición de la World Travel Market, la feria turística de Londres. Considera que el pasado verano «se demostró que había mucha demanda embalsada como consecuencia de la pandemia, lo cual contribuyó a provocar un aluvión de visitantes». Y esa demanda, afirman algunos (y cita él), «aún no habría agotado sus efectos y por tanto aún podríamos tener, en teoría, una repercusión adicional». Pero advierte de que esa percepción no debe hacernos caer en la ilusión (por espejismo, no por esperanza) de que dentro de unos meses se repita la jugada: «Lo que ocurre es que se producen al mismo tiempo unas perturbaciones muy importantes en el Reino Unido. La principal es la geoestratégica, pero también está la inflación. Y están interrelacionadas». Guerra+carburantes+energía+incertidumbre. Una combinación letal.

Los alcaldes de Vila y Santa Eulària en la WTM. | J.M.L.R.

«La inflación —apunta— conlleva que los bancos centrales vayan a actuar de una manera muy potente para intentar sojuzgarla. Eso provocará subidas de interés, pero, sobre todo, y como consecuencia, caída de la demanda, tanto general como turística, en el conjunto de Europa». Alerta de que «la lucha por parte de los bancos centrales será feroz en ese sentido. Y sin contemplaciones, como estamos viendo estos días con la Reserva Federal de Estados Unidos y el banco Central Europeo o el de Inglaterra». Y todo para paliar «la perturbación de la inflación, que es muy importante».

¿Y eso provocará estragos en la próxima temporada? «Es muy difícil hacer previsiones. A veces, cuando en la economía vienen mal dadas, el consumidor hace una recomposición de su cartera de gastos y prima el turismo frente a otros. Pero en esta ocasión la situación es más complicada que otras veces». El carpe diem (aprovecha el momento, gasta y no mires al mañana que lo mismo no lo cuentas) de la pasada temporada no vale para la próxima porque el contexto económico es muy, muy distinto. Hay que tener en cuenta que muchos británicos no podrán este invierno ni siquiera calentar sus hogares, que el brexit les ha hecho perder más de mil euros anuales y que sus hipotecas (los que hayan logrado hacerse con una tras suspenderse la contratación de nuevas) se ponen por las nubes.

Por eso, «ante la dificultad de hacer previsiones claras, hay que ser prudentes. Habrá temporada y seguramente será aceptable porque, empleando un término náutico, la corriente de fondo es buena. Pero las perturbaciones son tan importantes que alteran todo el conjunto», augura Roselló, que hace una recomendación: «Que las empresas no piensen que el pasado se puede repetir. Aquí pasa como en la bolsa: ganancias pasadas no garantizan ganancias futuras».

La crisis política de Reino Unido «tampoco ayuda, pero es un indicativo de que la situación está muy lejos de estar resuelta y de que vienen curvas», añade el vicepresidente de la CAEB: «Creo que los mercados castigaron excesivamente al gabinete de la premier Liz Truss, pero cuando el río suena, agua lleva. A más de un gobierno europeo, si no estuviera respaldado por el euro, le habría pasado lo mismo que a Reino Unido».

La base del problema del Gobierno británico, ahora con Rishi Sunak al frente, «es su elevada deuda. El nuevo primer ministro va a tener que evitar que la libra sea atacada: no tienen otro respaldo, de manera que el control del gasto y del Banco de Inglaterra será más intenso que en Europa. Y lo tendrá que hacer embridando el sistema, lo que supondrá restringir el gasto, lo cual no ayuda a las corrientes turísticas». El anuncio de que su inflación podría llegar en las próximas semanas al 18% «es indicativo de que tienen problemas». Y de que de estos quizás no nos libremos. Eso sí, vistos cómo estaban de atestados el domingo por la tarde las calles, restaurantes, tiendas y teatros del Soho y de Covent Garden, son muchos a los que eso no parece preocupar en esta ciudad. Quizás porque la tasa de paro en este país es del 3,3%, que es nada comparada con nuestro 12,7%, la mayor de la UE. Pero ante todo, mucha calma.

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