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Medio Ambiente constata que las reservas hídricas de Ibiza se recuperan a pesar de la sequía

El secretario general de Abaqua, Juan Calvo, asegura que ahora «los acuíferos se pueden recuperar en cuestión de años y no de décadas»

Reservas subterráneas en Eivissa desde noviembre de 2012 hasta septiembre de este año. D. I.

Las reservas hídricas de la isla de Ibiza, a un 49% de su capacidad, se mantienen en estado de prealerta de sequía. Para abandonar este estado y entrar en la denominada normalidad, los acuíferos deben estar al menos tres meses seguidos por encima del 50%. Pese a que en septiembre llovió más de lo normal, las escasas precipitaciones del conjunto del año condicionan que en Balears, salvo en la zona de Tramuntana Sur, en Mallorca, que ya ha superado este estado y se halla en el de normalidad, todas las unidades de demandas se encuentren en situación de prealerta.

Parte de las instalaciones de la planta de Santa Eulària.

Sin embargo, el secretario general de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), Juan Calvo, destaca que si se echa la vista atrás, en los últimos años se comprueba que, a partir de 2019, cuando «se produjo un punto de inflexión», las reservas hídricas de los acuíferos «han ido mejorado anualmente». Esta mejoría se constata en el hecho, según Calvo, de que «se han reducidos las diferencias entre los picos y los valles que se producen en invierno y verano».

Así se constata en la gráfica adjunta, en la que se aprecia que en verano de 2014, 2015 y 2016, en plena sequía, las reservas hídricas se situaban por debajo del 30%, y en los últimos años superan el 40%. Los máximos de los meses de invierno de hace ocho años alcanzaban poco más del 50% y ahora se acercan y en algún caso puntual superan el 60%.

El cambio de tendencia se debe, según Calvo, a la política de incrementar el consumo de agua desalada en los meses de invierno con la intención de reservar el agua del subsuelo para las puntas de verano, cuando la capacidad de producción de las tres desalanizadoras de la isla es insuficiente para abastecer la fuerte demanda que se produce por la actividad turística.

Agua desalada en invierno

Calvo destaca que este modelo de incentivar el consumo de agua desalada en invierno, permite que «en cuestión de años y no de décadas se pueda notar una mejoría» en el estado de las reservas hídricas de la isla. De hecho, considera que visto el resultado que se está obteniendo en Ibiza, Abaqua, que depende de la conselleria de Medio Ambiente, pretende aplicar la misma política en Mallorca. Para ello, se prevé enlazar las tres desaladoras que ahora no están conectadas para aumentar el caudal de suministro a «más municipios», sobre todo hacia la zona del sureste mallorquín, el que sufre más sequía. «Ibiza sirve de ejemplo», recalca.

El secretario general de Abaqua también señala que, en Ibiza, el punto de inflexión se produjo en 2019, coincidiendo con la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària y el sistema de interconexión de las tres plantas. Precisamente, desde ese momento el consumo de agua desalada, con un 57% del total, superó por primera vez a la de pozo (43%), con una tendencia, además, al alza. Así, el año pasado, el porcentaje se situaba en el 61%.

Todavía hay más margen para que aumente en los meses de invierno el consumo de agua desalada en detrimento de la de los acuíferos, pero no en verano, cuando la producción de 44.500 toneladas diarias de agua desalada no basta. De hecho, el pasado verano, Sant Josep se vio obligado a cortar el suministro de agua desalinizada en la zona de sa Caleta. La población de esta zona (alrededor de 2.500 abonados) se vio forzada a consumir agua de pozo que está salinizada. Hay que tener en cuenta que 11 de las 16 masas de agua de la isla están sobreexplotadas y su situación es mala, con intrusión marítima.

Abaqua proyecta ampliar «a medio plazo» en un 18% la capacidad de desalación en la isla (8.000 metros cúbicos más al día), con la intención de dar mayor seguridad al suministro de agua en los meses de temporada turística en caso de avería. Para ello, se prevé aumentar la producción de las plantas de Santa Eulària y Sant Antoni en 1.500 toneladas al día, respectivamente, con una «optimización» del sistema.

Otra actuación proyectada es la de ampliar el ramal que distribuye el agua desalada hacia la zona sur de la isla para aumentar el suministro a Vila y Sant Josep, los municipios que ahora consumen un mayor porcentaje (94,4% y 81,7% del total) de la producción de las desaladoras.

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