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Medio ambiente

Foro marino en Ibiza: Una reacción para salvar la biodiversidad

Los científicos advierten que la mayor parte de las reservas mediterráneas «son parques de papel que contentan a ministros y a la industria pesquera»

Maximiliano Bello, de pie, junto a Manu San Félix en la ponencia inaugural del Foro Marino. V. Marí

Es difícil no caer en el pesimismo después de escuchar los datos desgranados por los científicos en el IV Foro Marino, que reúne a cerca de cincuenta ponentes durante dos largas jornadas en el Centro Cultural de Jesús. Los expertos coinciden en que la superficie protegida de los mares y océanos es ridícula, con muchos parques o reservas naturales que solo lo son «sobre el papel», o un 90% de las pesquerías del mundo sobreexplotadas. Aun así, coinciden en evitar el derrotismo y aprovechar el encuentro «para generar un cambio» y recuperar los medios marinos, tal y como señala la directora de la fundación Ibiza Preservation, Inma Saranova, en la presentación del acto.

La ponencia inaugural abunda en este enfoque proactivo. «No hay que caer en el mensaje apocalíptico, sino crear una reacción para mejorar las cosas», sentencia el biólogo marino Manu San Félix, que se encarga de presentar al experto en política oceánica internacional Maximiliano Bello.

El curriculum deslumbrante de este chileno incluye colaboraciones con Naciones Unidas o las principales asociaciones conservacionistas internacionales. Además, Bello es la mano derecha de la bióloga marina y exploradora estadounidense Sylvia Earle que, a sus 83 años, es el gran referente internacional de las últimas décadas, como en su día lo fue Jacques Cousteau, recuerda San Félix.

La charla de Bello es principalmente didáctica e inspiradora, ideal para los 70 estudiantes de primero de Bachillerato de Sa Real que asisten al acto. Incluso recurre a una proyección de una imagen de sus tres hijos, sus «grandes tesoros», para reclamar «una motivación sobre la vida», que depende del mar, donde se genera el 50% del oxígeno. «Imagínense lo que podemos llegar a hacer todos juntos», concluye.

Antes de esta sentencia, repasa algunos de los graves efectos que está provocando el cambio climático y la mano del hombre, responsable de la sobrepesca y la contaminación. La actividad antrópica, incluso, ha estado a punto de acabar con la ballena azul, el animal más grande del planeta.

Toque de atención a España

«Lo positivo es que no se ha extinguido y nos queda el 1% de su población», precisa Bello. Igualmente, ha desaparecido el 90% de los tiburones martillo, «pero aún tenemos la oportunidad de contemplar estas maravillas».

Hablando de los escualos, Bello recuerda que España, además de ser uno de los países que peca de mayor sobrepesca, es uno de los principales vendedores de aletas de tiburón al mercado asiático. Un tirón de orejas al que se suma Manu San Félix: «Somos de los últimos de la clase».

«España está muy atrás en la protección marina», lamenta Bello. En contraposición, el experto ha puesto el ejemplo de su país, donde, a pesar de la alternancia ideológica al frente de los tres últimos gobiernos, todos ellos han coincidido en la apuesta por el océano. Según detalla, el 43% del territorio marino de Chile está protegido.

Pese a que el 90% de las pesquerías del planeta están sobreexplotadas, Bello destaca que las reservas efectivas logran un rápido efecto para corregir este desequilibrio, tanto para la pesca como para el resto de biodiversidad. Una vez que la vida vuelve a brotar en estas superficies protegidas, «los animales salen de ese lugar y se expanden. Es el efecto chorreo».

Hacia el 30% de protección

Mientras que Chile habría logrado salvaguardar el 43% de sus aguas territoriales, el gran reto mundial, al que ya se ha comprometido la Comisión Europea y que se negocia para la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, es alcanzar para esa fecha una protección del 30% del medio marino.

Así y todo, este porcentaje que se marca como objetivo sigue siendo una cifra «claramente insuficiente», indica la presidenta de la Red de Áreas Marinas del Mediterránea, Puri Canals, pero es la que se ha consensuado en las negociaciones para no echar atrás a los estados. «Debería ser del 100%, sentencia Canals, una de las participantes en la segunda ponencia, dedicada al reto para proteger este 30% de los mares de cara 2030, moderada por el coordinador de la sección de Medio Ambiente del grupo Prensa Ibérica, grupo al que pertenece Diario de Ibiza, Joan Lluís Ferrer .

Canals aboga por un cambio de paradigma: «Deberíamos discutir en qué zonas se pueden llevar a cabo actividades de impacto y no al revés [cuáles son las áreas donde se deben vetar]». Tal y como detalla, el 8,2% del Mediterráneo figura como espacio con algún grado de protección, aunque la mayor parte de estas áreas corresponden a los corredores de migración de los cetáceos, sobre todo entre Balears y la Península.

El Mediterráneo

Es decir, se trata de espacios con protocolos para evitar perjuicios a las ballenas, pero sin restricciones a la pesca ni otros impactos. Sin estos corredores, solo queda un 3,2% de superficie formalmente protegida en el Mediterráneo, pero solo el 0,04% del total de este mar cuenta con planes de gestión que sean efectivos.

«Son parques de papel que contentan tanto a los ministros como a la industria pesquera», subraya Zafer Kizilkaya, el presidente de la organización conservacionista turca Akdeniz Koruma Dernegi. Kizilkaya expone el ejemplo del modelo de protección desarrollado en la bahía de Gökova, en el sudoeste de la Península de Anatolia, bañada por el Mar Egeo.

En esta región se ha prohibido la pesca industrial y, como resultado, los pescadores artesanales «están encantados, porque ni los más viejos recuerdan que se lograran capturas tan abundantes», valora Kizilkaya. Para él, el éxito de la fórmula se basa en las constantes patrullas que rondan el litoral, por lo que el dinero es el único secreto para ponerlo en práctica.

Este experto turco defiende que se reduzca la pesca de arrastre a la mitad de cara a 2030 y denuncia que esta industria dañina para el medio marino reciba subvenciones públicas, a nivel mundial, de hasta 35 billones de dólares.

En esta misma charla, pese al retraso que se achaca a España, el subdirector de Biodiversidad y Cambio Climático, Ignacio Torres, ha defendido que se ha pasado de una protección del 1% de las aguas territoriales en 2019 a un 12% en la actualidad.

Además del resto de mesas redondas y ponencias, la jornada inaugural del Foro Marino cuenta con la presentación de cinco proyectos empresariales y sociales sostenibles que se están impulsando en las Pitiüses, como la reutilización de botellas para elaborar vasos, la moda ecológica, el filtrado de agua de grifo para evitar botellas en eventos o la recuperación de un motovelero y la creación de un museo-taller naval en Formentera.

El público y los participantes en las dos jornadas de este foro tienen a su disposición una aplicación para presentar propuestas proteccionistas, que serán consensuadas y votadas para elevar un documento a todos los partidos políticos.

Con esta iniciativa, la Fundación Marilles quiere lograr el compromiso de todas las formaciones para salvar el mar Balear.

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