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Salud aplaza la jubilación de 31 médicos de Ibiza y Formentera

En estos momentos hay 140 facultativos en todo Balears, 83 de ellos de Atención Primaria y los 57 restantes de atención hospitalaria, que continúan trabajando pese a haber superado los 65 años

El doctor Miguel Lázaro. | SATSE

Lejos han quedado los tiempos, no tan pretéritos, en los que el Servei de Salut denegaba a los médicos que ya habían llegado a la edad de jubilación la posibilidad de prorrogar su vida laboral. Hoy en día, fundamentalmente por la falta de profesionales de la Medicina de la que adolece todo el país, el IB-Salut prorroga de forma automática la vida laboral de todos los facultativos que quieran continuar más allá de la edad ordinaria de jubilación siempre y cuando superen las pruebas que demuestren que su capacidad funcional sigue siendo válida para ejercer su profesión.

Salud aplaza la jubilación de 31 médicos de Ibiza y Formentera | SIMEBAL I. OlaizolaI.O. Palma

En estos momentos, según cifras del Servei de Salut, hay un total de 140 facultativos trabajando pese a haber superado la edad de jubilación. 83 de ellos en los centros de salud de las islas y los 57 restantes en los diferentes hospitales públicos. Por áreas de salud, la inmensa mayoría pertenecen a la de Mallorca (173) siendo más testimoniales las prolongaciones de la vida laboral en la de Menorca (14 sanitarios) y la de Ibiza y Formentera (31).

Respecto a estos segundos, 51 son médicos especialistas, 5 trabajan en los servicios de Urgencias (la especialidad de urgenciólogo, al contrario que en los países de nuestro entorno, no está reconocida en este) y el facultativo restante es un psicólogo clínico. Aludiendo a todas las categorías profesionales que engloban al denominado personal sanitario, en estos momentos hay un total de 218 trabajadores que continúan trabajando una vez superados los 65.

De ellos, 115 tienen 66 años; 43 han cumplido los 67; 25 los 68; 17 los 69; 16 continúan a los 70 y tan solo dos lo están haciendo una vez superadas las siete décadas de existencia, uno con 71 años y otro con 73 años ya cumplidos. Ciento nueve de estos sanitarios que continúan trabajan en Atención Primaria y 103 en la hospitalaria.

Médicos, 140, enfermeras, 20

Llama la atención en las cifras facilitadas por el Servei de Salut el escaso número de enfermeras que han decidido seguir más allá de los 65 años, tan solo 20 frente a los 140 médicos que han optado por prolongar su vida laboral. De las 20 enfermeras 16 continuarán con su trabajo en los centros de salud mientras que las cuatro restantes seguirán en los hospitales.

También resulta sorprendente que hasta diez celadores que trabajan en los hospitales públicos de las islas, sin duda los profesionales sanitarios que desempeñan un trabajo más físico, también se encuentren entre los empleados del Servei de Salut que han decidido prolongar su vida laboral más allá de los sesenta y cinco años legales.

tras una larga y exigente pandemia de covid-19. Este es uno de los cánceres actuales de la sanidad pública, estima Lázaro.

El presidente del Sindicato Médico de Balears (Simebal), Miguel Lázaro, recordó la política de jubilación forzosa que llevó a cabo el Servei de Salut hasta hace muy poco tiempo y que condujo a no pocos de sus afiliados a acudir a sus servicios jurídicos para recurrir la denegación administrativa.

«Gracias a que Simebal llevó al Supremo la jubilación forzosa y ganó»

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«Ahora todos ellos continúan porque el Simebal recurrió esta jubilación forzosa ante el Supremo (TS) y ganó», se ufanaba el líder sindical que no dudaba en asegurar a continuación que su sindicato «ha hecho más por la gestión pública de la sanidad de esta comunidad que el propio IB-Salut».

Buena parte de los varapalos judiciales que se llevó el Servei de Salut fueron argumentados por la carencia de un Plan de Ordenación de Recursos Humanos (PORH) que avalara la denegación para que el médico continuara con su actividad asistencial más allá de los 65. «Y aún sigue sin tenerlo. Y que una empresa con más de 17.000 trabajadores carezca de un plan para saber cuánta gente se va a jubilar y qué necesidades futuras de personal va a tener es, después de ocho años gobernando, para hacérselo mirar», recriminó.

Ahora, en el contexto de una alarmante falta de médicos, Lázaro admitió que ese elevado número de médicos que continúan obedece en parte a que prolongando su vida laboral perciben unos emolumentos notablemente superiores a la pensión máxima que cobrarán en caso de colgar la bata.

Autoexilio por mejores ofertas, fuga de facultativos a la privada y el burn out de los jóvenes

No obstante, el líder sindical concluyó advirtiendo de que la sanidad pública padece tres cánceres en la actualidad: el autoexilio por el que muchos médicos optan ante las mejores ofertas económicas y laborales de los países de nuestro entorno; la fuga de facultativos de la pública a la privada por el mismo motivo y el burn out galopante de los médicos jóvenes que han debutado en la profesión en un escenario tan exigente como esta pandemia de covid-19. «Y un médico totalmente quemado es mejor que se vaya, que deje la profesión, porque se convertirá en un cínico que tratará mal a sus pacientes», aconsejó.

«Si en su momento el Servei de Salut hubiera animado a la infantería médica a seguir más allá de su jubilación, ahora estaríamos hablando del doble de facultativos que continúan en sus puestos de trabajo», estimó Lázaro.

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