El bar Flotante, en la playa de Talamanca, cierra hoy sus puertas definitivamente en su actual etapa. Este establecimiento sin pretensiones, sin una carta sofisticada y sin absolutamente nada de color blanco en su decoración -totalmente en contra de la moda de lo que se supone que es el ‘estilo ibicenco’- se despide durante el día de hoy y hasta la noche de todos los clientes y amigos de la casa que le han acompañado durante estos últimos años y que se han convertido en ‘la gran familia del Flotante’.
Como dijo Jean Pierre Vivares, el actual administrador del Flotante -lo será hasta el próximo 1 de noviembre-, hoy no se ha organizado ninguna fiesta especial, ni se ha contratado música en directo, si no que simplemente se ha invitado a la clientela habitual a acudir a su terraza favorita de Talamanca para que cada uno se despida a su manera de este local emblemático de Ibiza.
Desde primera hora ha empezado el desfile de clientes que se está manteniendo incesante durante toda la jornada. La mitad de las mesas de la terraza estaban ya reservadas con anticipación, y para poder disfrutar del resto los clientes se tienen que apuntar en una lista y esperar su turno. Sin embargo, no hay problemas para conseguir mesas en el interior.
Algunos clientes han querido despedirse del personal del bar con ramos de flores; también se han acercado al local antiguos trabajadores jubilados que han querido despedir personalmente un lugar que forma parte de sus vidas.
«El otro día, cuando me entrevistaste, estaba muy triste», comenta Eva, camarera con 22 años de historia en el Flotante, «pero ya está. El Flotante termina, pero la vida sigue, ahora es el momento de brindar». Y es lo que todo el mundo está haciendo.
