El encargado de un supermercado de Ibiza acusado de fingir un atraco para quedarse con la recaudación ha defendido este miércoles su inocencia en la Audiencia Provincial, sosteniendo que el asalto fue real y que no sabía que quien le estaba robando era un conocido, a pesar de que éste ha confesado, momentos antes, que ambos lo habían pactado todo.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha celebrado este lunes un juicio por estos hechos, por presuntos delitos de apropiación indebida y simulación de delito. La Fiscalía pide para los acusados dos años de cárcel y una multa. Los hechos tuvieron lugar en febrero de 2020.

De los dos procesados, el primero en declarar ha sido el que actuó como atracador. Se trata de un repartidor que trabajaba en el restaurante situado frente al supermercado. El hombre ha explicado que era amigo del encargado y que éste le propuso fingir el atraco para quedarse con la recaudación.

"Me dijo que le esperara en un punto en concreto, y cuando llegara él tenía que hacer como que le quitaba el sobre y demás. Después él llamaría a la Policía", ha contado.

Según ha declarado, ensayaron el recorrido la noche antes y para el falso atraco se vistió tapándose la cara con una chaqueta reversible que utilizaba en el restaurante. Una vez ejecutado el plan se repartieron el dinero entre ellos dos y un tercero. Sin embargo, después no volvieron a tener ningún contacto y su amigo le "borró de todas las redes sociales".

Testimonios opuestos

Por su parte, el encargado del supermercado ha negado la versión del coacusado sosteniendo que no había ningún plan entre ambos y que el asalto fue real. Según su relato, cuando fue a llevar el dinero de la recaudación al banco, un hombre al que no reconoció le abordó por la espalda, le puso un objeto punzante en el costado y le quitó el dinero. Después de esto, ha asegurado, llamó a la Policía.

Así ha sugerido que su supuesto cómplice pudo haber planificado por su cuenta atracarle, ya que conocía sus rutinas y sabía que tenía que llevar la recaudación al banco. Ha insinuado que el robo podía estar motivado por deudas relacionadas con una supuesta drogadicción. Cuando, tras la denuncia, la Policía le mostró imágenes de cámaras de seguridad de la zona, no reconoció al repartidor.

El trabajador de la tienda acusado de orquestar el atraco ha dicho que quedaba varias veces a la semana con el otro implicado, pero ha negado que fueran "amigos". También ha dicho que, antes del robo, le pareció que el repartidor estaba "vigilando" la tienda y lo consideró sospechoso. No obstante, siguió quedando con él para salir.

Una testigo que presenció el momento del supuesto atraco ha explicado que no le pareció un robo sino que creyó que era una pareja homosexual abrazándose. Pensó "que se estaban toqueteando" y apartó la mirada. Después el encargado del supermercado gritó "ladrón" mientras el otro huía y le pidió ayuda. La mujer no vio ningún cuchillo ni objeto punzante.

La empresa cifra en unos 9.000 euros la recaudación de ese fin de semana. Los responsables del supermercado han indicado que tenían en buena consideración al encargado, que llevaba años trabajando en la cadena.

¿Era un amigo?

La Policía comenzó a recelar cuando, una vez localizado el presunto autor del robo, los empleados del supermercado indicaban que el sospechoso que aparecía en las imágenes de seguridad era amigo del encargado, y "todo el mundo le identificaba menos él" en los fotogramas, incluso en imágenes en las que el asaltante aparecía con la cara descubierta. "Dijo que no conocía a esa persona de nada", ha explicado una agente.

Después, una vez ya detenido, el supuesto ladrón hizo una declaración voluntaria acompañado de su abogado confesando que todo había sido una farsa.