Hace ya diez días que se están vertiendo al mar materias fecales en Caló de s'Oli tras la rotura de una tubería de la red de saneamiento. Es "la mayor catástrofe ambiental de la bahía de Portmany en los últimos años" según la Asociación Salvem Sa Badia, que ha presentado una petición oficial ante Abaqua (dependiente de la conselleria balear de Medio Ambiente) para que se "tomen de inmediato medidas correctoras" para reducir los efectos de este "gravísimo vertido". Así lo han comunicado desde la propia asociación a través de una nota, en la que aseguran que este incidente se podría haber evitado si la tubería rota se hubiera sustituido antes, "ya que la conducción había superado su vida útil y en los últimos años ha sufrido roturas y averías constantes". Desde la asociación recuerdan que Abaqua se comprometió también a arreglar el actual emisario, cuya vida útil concluye en 2025, pero que lleva años agujereado y "vertiendo a 400 metros de la costa y a poca profundidad, cuando debería hacerlo a 1,4 kilómetros y 30 o 40 metros de profundidad".

Mientras se trabaja en la sustitución de la infraestructura dañada, las aguas residuales sin filtrar están desembocando en la bahía "a través de un aliviadero paralelo al emisario, que desemboca a tan solo sesenta metros de la costa", explican desde Salvem sa Badia. La situación está provocando daños en la flora y fauna de la zona, "y la pradera de posidonia oceánica está resultando especialmente perjudicada", lamentan. Además, añaden, se está poniendo en peligro la calidad de las aguas de las playas colindantes, así como la Zona de Especial Protección para las Aves situada en ese entorno.

Desde la asociación han mostrado su preocupación en cuanto a la falta de medidas de contención de estas materias fecales. El agua contaminada "queda a merced de las corrientes y los cambios meteorológicos" provocando que el vertido se expanda y afecte a diferentes puntos de la bahía, entre otros las playas que "aún reciben la afluencia de bañistas".

Por todo ello, Salvem sa Badia ha pedido a Abaqua una serie de medidas. En primer lugar, solicitan que se desarrolle un plan de vigilancia y control del vertido y actuaciones para reducir, corregir y compensar los efectos del vertido en la zona. La realización de diferentes analíticas de la calidad del agua en la zona, así como la toma de muestras y analíticas del agua en las playas cercanas "al menos" de octubre a enero, ambos incluidos, y que los datos se publiquen en las redes públicas y sean accesibles a todas las entidades que los soliciten. Además, solicitan un "seguimiento de las analíticas tomando muestras con diferentes intervalos de distancia con respecto al emisario-aliviadero" para saber así las zonas más afectadas y el área contaminada. Exigen también que Abaqua haga públicos los datos referentes al vertido como el volumen, el caudal del vertido, la emisión de olores... y que "se hagan con urgencia las inspecciones necesarias para el desarrollo adecuado del seguimiento y análisis del vertido" y se informe del resultado a Salvem sa Badia. Por último, advierten que "deben aplicarse todas las medidas correctoras sobre los efectos que desencadena un episodio de vertido de aguas fecales y residuales sin filtrado".

Punto del vertido de fecales en Caló de s'Oli. Salvem Sa Badia de Portmany

En cuanto a los ecosistemas afectados, Salvem sa Badia asegura que solo cabe "invertir" para recuperar y regenerar los hábitats dañados. "Abaqua tiene que desarrollar de forma continua estudios que analicen el efecto del vertido, a corto y largo plazo, sobre las comunidades marinas", aseguran.

Abaqua recoge el guante de Salvem sa Badia

La Agencia Balear del Agua (Abaqua) se ha hecho eco de las quejas de Salvem sa Badia y asegura que realizará un estudio completo del estado ecológico de la zona afectada en es Caló de s’Oli por los vertidos fecales. “Este estudio es el que deberá determinar el alcance del impacto y las medidas a tomar para revertirlo», indican.

Asimismo, recuerdan que han estado en contacto directo con la plataforma para trasladar el “compromiso” que tiene la Agencia con la calidad ambiental de la bahía. De hecho, consideran prematuro calificar los efectos del derrame como “catástrofe ambiental”, ya que “se ha trabajado intensamente desde el primer día para minimizar los daños a través del servicio de limpieza del litoral y las brigadas del proyecto de limpieza de calas», insisten.

Paralelamente recuerdan que las obras avanzan al ritmo previsto (hoy mismo ha llegado la nueva canalización) y que se contratará un servicio de limpieza del fondo marino con buzos.