Muchos padres renuncian a salir a comer a la calle porque sus hijos se lo ponen difícil y optan por quedarse en casa. Les estresa molestar al resto de comensales, cuando lo que debería haber es empatía del resto de personas con esos padres y sobre todo por parte del servicio del establecimiento de restauración.

Un usuario de la plataforma de reseñas de viajeros de TripAdvisor se ha quejado este verano precisamente de esto en un restaurante de Ibiza.

"Dicen que el peor de los platos te lo arregla un buen servicio, y viceversa", comienza la crítica que califica de pésimo el restaurante, ya que esto no ocurrió.

"Quedamos cuatro adultos ibicencos y un niño de dos años para cenar, atraídos por la música en directo", relata la comensal. "Actitud ejemplar de nuestro pequeño de dos años, coloreando su libreta de dibujos pacientemente esperando su pollo con patatas, cenando tranquilamente con nosotros e interactuando los últimos 15 minutos con dos pequeños más sentados en el sofá de nuestro lado que acababan de llegar", explica.

En ningún momento gritaron, lloraron, ni corrieron por el restaurante

"En ningún momento gritaron, lloraron, ni corrieron por el restaurante. No interfirieron en el desarrollo del espectáculo para nada", señala la cliente insatisfecha con el trato recibido.

"Bien, en el momento de pagar, 92 euros entre los cuatro, el chico que nos atendió nos soltó la lapidaria frase "la guardería es por las mañanas"", se lamenta esta clienta que asegura que no volverá a dicho lugar.

"Al turismo de temporada, buenas caras. Nosotros que somos de la isla, ya sabemos dónde no volveremos", concluye.