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El PSIB se queda solo en la defensa de la abolición de la prostitución

Los partidos insisten en que «el punitivismo empeora aún más las condiciones de las mujeres»

La portavoz adjunta del PSIB, Silvia Cano. | DM

El PSIB se queda solo en la defensa de la abolición de la prostitución. Los partidos debatieron ayer en el Parlament una iniciativa de los socialistas que acabó por convertirse en una toma de posiciones de cara a la reforma de la Ley de Igualdad que prepara la conselleria de Mercedes Garrido, donde tendrá lugar el debate profundo sobre este tema. Aunque la portavoz adjunta del PSIB, Silvia Cano, defendió en solitario su planteamiento y recibió las críticas de todos los grupos, tanto de izquierdas como de derechas.

Cano lamenta que «la mayoría de los grupos hayan rechazado consensuar con Consells y FELIB políticas y ordenanzas abolicionistas para desincentivar la compra de sexo penalizando los puteros, nunca a las personas en situación de prostitución», así como «poner a su disposición los recursos sociales existentes». La socialista incide en que «lucharemos contra Goliat porque aspiramos a un modelo de sociedad en que la prostitución, como pasó con la esclavitud, sea abolida».

Desde Més explican que el debate entre regulacionismo y abolicionismo es «falso» y expresan que «echamos en falta» medidas fundamentales como la reforma de la Ley de Extranjería. La diputada nacionalista Joana Aina Campomar apunta que «todos los estudios demuestran que el impacto de las medidas de persecución de la prostitución en la calle tienen un efecto muy negativo sobre estas mujeres porque los aboca a la clandestinidad y a una mayor vulnerabilidad, por ejemplo, respecto de las mafias. La punición no debe ser herramienta».

En el caso de Podemos, aceptan el «horizonte abolicionista» pero antes existen «cuestiones que merecen ser resueltas», por lo que piden un análisis riguroso de la situación de la prostitución en Balears. Ponen el foco en que las islas son una de las comunidades con mayor número de casos de violencia sexual contra las mujeres y también optan por cambiar la Ley de Extranjería, así como medidas de prevención y sensibilización. Por este motivo, ponen en valor la Ley del Solo Sí es Sí porque «ha supuesto un cambio de paradigma de la libertad sexual de las mujeres, es la primera vez que la ley recoge el tráfico de personas y la explotación sexual como formas de violencia hacia las mujeres».

En el caso de Cs, insisten en que el trabajo sexual es «una realidad» y criminalizar a toda la prostitución «desprotege y las pone en una situación de mayor vulnerabilidad». La portavoz del partido, Patricia Guasp, insiste en que grandes proclamas como la abolición son «irrealizables» y conducen a peores condiciones, por lo que piden seguir los modelos de Nueva Zelanda y Países Bajos.

El Pi también rechaza la postura de los socialistas porque actualmente no existen todos los datos que muestren la situación real de la prostitución en Balears y critica que el debate está «mal enfocado» porque no se puede hablar solo de prohibicionismo ya que «la realidad está allí y exige una respuesta». De esta forma, piden distinguir entre las personas obligadas a ejercer la prostitución a través de trata y explotación, los trabajadores sexuales de manera voluntaria por necesidad que si puderan lo evitarían y los que quieren hacerlo porque así lo desean.

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