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El alcalde de Sant Antoni decide pintar el suelo del West con una obra de Okuda: «Hay que ser valientes»

El concejal de El PI, Joan Torres, encarga igualmente las baldosas para la calle Santa Agnès y Marcos Serra dice que se guardarán para otras obras

Recreación virtual de la obra que Okuda pintará sobre el suelo de la calle Santa Agnès. | D. I.

«Como he dicho muchas veces, el que no se arriesga, no gana. Si quieres conseguir cosas distintas, hay que actuar de forma diferente. Hay que coger el toro por los cuernos y ser valiente para quitarnos el estigma que tenemos por culpa del West». Con estas palabras, el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, justifica su decisión de seguir adelante con el proyecto de pintar sobre una capa de asfalto de la calle Santa Agnès, la arteria principal del West End, una obra del artista Okuda San Miguel. Y lo hace pese a la oposición de su socio de gobierno de El PI, Joan Torres, y ahora también de su otro aliado político de Ciudadanos, José Ramón Martín, y pese a que el pleno aprobó en mayo por mayoría una moción impulsada precisamente por Torres en contra de la contratación de esculturas e intervenciones artísticas a dedo, sin un concurso público.

La baldosa de piedra natural elegida para el casco urbano. | D. I.

«La decisión se ha tomado», afirma categóricamente Serra, que agrega: «Falta redactar la contratación y la partida económica», aunque acto seguido también reconoce que «faltan cuestiones técnicas como asegurar la calidad de la pintura, que sea resistente a detergentes y el paso de vehículos» para garantizar que «aguante bien toda la temporada». El coste del proyecto de Okuda, complementado con lonas de colores para hacer sombra diseñadas por Misterpiro, asciende inicialmente a 186.000 euros.

Mientras el alcalde asegura que la decisión ya está tomada, el departamento que dirige el primer teniente de alcalde, Joan Torres, de El PI, ya ha encargado al proveedor la fabricación de 1.350 metros cuadrados de las baldosas escogidas (de piedra natural de granito) para pavimentar la calle Santa Agnès. También se han pedido 750 metros cuadrados del mismo adoquín para la calle Sant Mateu y 605 metros cuadrados para la calle Colom, que se colocarán a partir de enero.

El alcalde justifica que se hayan encargado también las baldosas de la calle Santa Agnès, que en principio no se van a instalar, por si «a última hora, inesperadamente, falla algo» con el proyecto de la obra de Okuda. «También está la opción de cancelar el pedido en el último momento. Si no lo encargásemos ahora, la fabrica no llegaría a tiempo[ de cara a enero]», indica Serra, que añade que también está sobre la mesa la opción de utilizar las baldosas que no se instalen en Santa Agnès para las calles del mismo entorno que se han de pavimentar. «Como el tono de la veta del granito puede cambiar de un año a otro, hemos pensado en almacenar estas baldosas para las próximas calles», añade Serra.

El alcalde afirma que ya ha traslado su decisión a sus socios de gobierno y, según apunta, el representante de El PI «lo ha asumido, sin más, pese a que cree que no es lo que hay que hacer» y el concejal de Ciudadanos está de acuerdo. Pues resulta que no es así.

«La pintura no aguantará»

El segundo teniente de alcalde, José Ramón Martín, cree que pintar el suelo del West «quedará feo». «Quedaría poco curioso que el pavimento del casco antiguo sea de una manera y una calle quede asfaltada [con la obra de Okuda]», apunta el edil de Ciudadanos, que, además, duda de que con el uso que tiene esta calle la pintura «no aguante más de una temporada». Por ello, partidario de que el corazón del West tenga una marca «diferencial», Martín considera que sería más acertado que la obra de Okuda se representase en las paredes, pero no en el suelo. También apunta que si hace unos meses había unanimidad entre los empresarios del West sobre la pintura de Okuda, ahora «hay división».

Además, el concejal de Ciudadanos destaca que «las decisiones del pleno se tienen que respetar». «Si no se transmite la imagen de que ‘yo hago lo que quiero’, y no es lo que toca. Si no se respeta, ¿para qué sirve el pleno?», cuestiona Martín, pese a que él votó en contra de la moción que bloqueaba el proyecto de Okuda y que se aprobó con la mayoría que suma la oposición con El PI.

El alcalde, en cambio, insiste en que, tal como dijo, esa moción «no tenía sentido» porque «el pleno no decide esa actuación sino la junta de gobierno». «Somos 11 concejales y no puede ser que uno [en referencia a Torres], sea del partido que sea, bloquee la decisión del resto del equipo de gobierno».

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