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Medio Ambiente

Urbanismo en Ibiza: Nueva denuncia por estafa al promotor de casas de madera ilegales en ses Salines

Una familia británica pagó por anticipado para pasar las vacaciones en una villa y se encontró con que ya estaban alquiladas algunas de sus habitaciones

Imagen de uno de los anuncios de alquiler del chalé en ses Salines, que no cuenta con licencia de actividad turística. | D.I.

El constructor de dos casas de madera ilegales en el Parque Natural de ses Salines, A. Z., que también es el propietario de una mansión en la misma finca ampliada sin licencia, recibe una nueva denuncia por estafa por parte de una familia británica que sufrió «una experiencia terrible durante sus vacaciones». Este mismo promotor fue denunciado a mediados de agosto por coacciones por otros dos inquilinos, a los que cortó el suministro eléctrico porque pretendía cobrarles 500 euros mensuales por gastos de luz y agua.

Una de las casas ilegales construidas en zona protegida. | J.A.C.

Esta familia alquiló la villa entera durante ocho noches, del 25 de julio hasta el 2 de agosto, pagando por anticipado 17.280 euros, más otros 5.000 en concepto de fianza, según consta en la denuncia que han presentado ante la Guardia Civil. En el contrato que adjuntan a este diario y que firmaron con el propietario, que gestiona sus propiedades bajo una sociedad denominada Damaskina SCI, se detalla que el chalé arrendado cuenta con cuatro suites privadas y un estudio independiente con dos habitaciones dobles, es decir, seis en total.

Inquilinos simultáneos

Sin embargo, al llegar a Ibiza, este grupo familiar, formado por 12 personas, se encontró con que el estudio adosado ya estaba ocupado por dos jóvenes, que habían alquilado este espacio por seis meses. Se da la circunstancia de que son las dos personas que acabarían denunciando por coacciones al propietario, que ya cuenta con varios antecedentes por hechos similares, según confirmó la Guardia Civil a este diario.

Al quejarse por la falta de habitaciones, el propietario les ofreció a estos británicos que sus niñas durmieran en una de las casas de madera que construyó en la misma finca, y que también alquila turísticamente sin permiso. Además, estas cabañas se encuentran en una parte de la finca que está protegida dentro del Parque Natural de ses Salines, de manera que son ilegalizables [el Consell ha iniciado el expediente de disciplina urbanística que debería culminar en su derribo].

«La cabaña, en la cima de la colina, estaba sucia, sin aire acondicionado, y además había otro hombre viviendo en la cabaña de al lado. Obviamente, no permitimos que las chicas durmieran allí, así que compramos unos colchones para que durmieran en el salón», relata la madre. No solo no recibieron la parte proporcional del dinero por las habitaciones inexistentes, sino que aún tuvieron que asumir más gastos imprevistos por la «experiencia terrible» en que se convirtieron sus vacaciones.

Fianza sin retorno

Mientras pernoctaban en la casa, se vació el depósito de agua que abastece a toda la finca y la propia familia británica tuvo que pagar 108 euros por el camión que lo rellenó. Igualmente, se fundieron unos fusibles y el propietario les hizo pagar a ellos la reparación, por un montante de 165 euros.

Al regresar al Reino Unido, se encontraron aún con más sorpresas. Tras un par de semanas reclamando el reingreso de la fianza, en vez de los 5.000 euros, esta familia ha recibido una factura del propietario de la finca por gastos que no figuraban en el contrato y «por los daños inexistentes» que, supuestamente, habrían ocasionado durante su estancia.

Así, tienen que pagar 640 euros por un servicio de limpieza, 1.135 por lavandería y hasta 2.000 euros por numerosos objetos de la vajilla y el mobiliario rotos, incluso baldosas de la piscina. Según el testimonio de esta familia, solo se rompieron dos vasos y un plato durante su estancia.

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