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Educación retira a un alumno con autismo de Ibiza el auxiliar que le permite asistir a clase

La conselleria revisa el caso tras la reclamación del centro y de la delegación

Irene Moreno Tirado, con su hijo a la salida del colegio Sant Rafel. | IRENE VILÀ CAPAFONS

Luca, alumno de siete años del colegio Sant Rafel, se ha quedado este curso sin el auxiliar técnico educativo (ATE) que le acompaña en clase desde que, con cuatro años, entró en el centro. Una decisión de la conselleria balear de Educación que no entienden ni la dirección del colegio ni la familia. El pequeño tiene un trastorno del espectro autista, una dependencia de grado dos y un 39% de discapacidad, además de adaptaciones curriculares «significativas», explica su madre, Irene Moreno Tirado.

«Todos los años hay que pelear por los recursos», lamenta la madre, que recuerda que el 2 de septiembre recibió una llamada de la dirección del centro para comunicarle que la conselleria balear de Educación había suprimido el auxiliar de Luca. Lo primero que preguntó la mujer fue si esto se debía a una reducción del número de alumnos con necesidades educativas especiales que acuden al centro. La respuesta que le dieron los responsables del centro fue que no: «Me dijeron que son los mismos que otros años o más». De hecho, el pasado mes de junio, antes de dar por finalizado el curso, la dirección de Sant Rafel ya reclamó a Educación contar con este auxiliar, relata la madre, que confiesa que se siente inquieta dejando estos días a su pequeño en el centro. «Es una angustia», afirma.

Sabe que está bien cuidado y que en el colegio se desviven por él —«hacen encaje de bolillos para conseguirlo», recalca— pero es consciente de que su hijo necesita este recurso y de lo que supone, no sólo para él, sino para los docentes y el resto de sus compañeros, que Educación haya eliminado a este profesional. La madre explica que su hijo tiene tendencia a escaparse y, además, a ingerir objetos que tiene a mano y pueden ser peligrosos, como una tiza. El auxiliar no sólo está pendiente de él para que no ocurra esto sino que reacciona rápido y, además, le ayuda allí donde no llega su autonomía. «Sin un auxiliar, si mi hijo tiene un problema y la profesora tiene que ocuparse de él, no puede atender al mismo tiempo a los demás alumnos. Si se escapa y tiene que salir a buscarlo deja desatendidos a sus 22 compañeros», pone como ejemplo la madre, defensora a ultranza de la educación inclusiva, que no se ha planteado en ningún momento dejar de llevar a su hijo al centro. «¡Con la ilusión que le hace!», apunta Irene Moreno, que destaca las ganas que tenía Luca de comenzar el curso y volver a la clase «dels gatets i les gatetes», que es el nombre del grupo en el que está escolarizado.

Autismo en días alternos

El pasado 8 de septiembre, Moreno presentó una reclamación en el Servei d’Atenció a la Diversitat (SAD) de la conselleria balear de Educación. En el documento, la madre explica que la situación de Luca es la misma que el curso pasado, por lo que no entiende que Educación considere ahora que el alumno «pueda prescindir de la ayuda de un ATE». «Según su criterio, Luca necesita una atención leve y nada más lejos de la realidad», escribe en la reclamación, en la que reclama una solución «de manera inmediata», una petición que, explica, apoyan tanto el centro como la orientadora. La familia reclamaba que esta solución ante el inicio inminente del curso el pasado lunes y en la petición recalca que Luca necesita esta figura «los cinco días de la semana». Hace esta matización porque el curso pasado Educación ya redujo la atención del auxiliar a tres días. «Como comprenderán, el autismo no desaparece dos días por semana», matiza la madre, que continúa: «Todos tenemos derecho a una educación y es necesario que se valoren de manera personalizada e individual los recursos imprescindibles para atender las necesidades de cada alumno».

En su escrito, la madre recuerda a la conselleria que no se han producido cambios en el centro respecto al alumnado con necesidades especiales ni en el estado de Luca, por lo que «no hay nada que justifique o explique la desaparición de este recurso». En este sentido, hace hincapié en que los informes de los profesionales consideran que el alumno necesita este auxiliar. «Espero y deseo que este escrito motive una modificación inmediata de su decisión por el bien de Luca ya que él lo necesita», concluye la reclamación, en la que pide que respondan «con la máxima inmediatez» dada la urgencia del caso.

Fuentes de la conselleria balear de Educación explicaron ayer que se está revisando el caso. Reconocieron que en un primer momento «se consideró que no necesitaba el ATE», pero que tras la reclamación del propio centro y de la delegación de Educación pitiusa se está volviendo a analizar el caso.

La familia, con el apoyo de la asociación Ibiza In ha iniciado una recogida de firmas para reclamar a la conselleria balear de Educación que vuelva a asignar un auxiliar técnico educativo al colegio Sant Rafel.

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