La falta de relevo generacional es uno de «los problemas más preocupantes» a los que se enfrenta el sector de la pesca en España en general y en Balears en particular. Coincidieron en ello todos los ponentes que ayer participaron en las Jornadas sobre el sector pesquero profesional, que concluyeron precisamente con una mesa de debate sobre el asunto.
Una de las causas principales de que este mundo tenga escaso atractivo para las nuevas generaciones es «la imagen distorsionada que se tiene del sector». El motivo lo apuntó el director general de Pesca y Medio Marino del Govern, Joan Mercant Terrassa, durante la ponencia ‘Diagnóstico y gestión del modelos de pesca profesional balear’. «Desde un punto de vista externo se considera el sector pesquero como un mundo cerrado, de difícil acceso, un trabajo duro y solo para hombres, con falta de seguridad económica y con perspectivas poco alentadoras. Hace falta mejorar esa imagen», subrayó.
En unos términos parecidos se pronunciaron en sus respectivas intervenciones José Basilio Otero Rodríguez, presidente de la Federación Nacional de pescadores profesionales, y Antoni Grau Jofre, jefe de servicio de Recursos Marinos en Balears. «Debemos valorizar nuestro sector y dentro de él también a las mujeres. Hay que dejar claro que el oficio de marinero es el mejor del mundo», insistió Otero después de sacar a colación una de los puntos débiles del sector pesquero, «la comunicación». «Deberíamos comunicarnos mejor entre nosotros y con el exterior para conseguir, entre otras cosas, tener relevo generacional», señaló.
En el mismo sentido, Grau apuntó que «el sector pesquero debería tener más visibilidad y un prestigio social mayor del que tiene porque, entre otras cosas, se gana dinero y tiene muchos alicientes».
«El trabajo de pescador es tan bueno como cualquiera», afirmó el patrón mayor de la Cofradía de pescadores de Ibiza, Antonio Tur Serra, después de destacar algunos de «los privilegios» y las bondades del sector pesquero local. «Tenemos unos barcos muy bien equipados, unas reservas marinas y una marca, Peix Nostrum, que han dado muy buenos resultados; y unas ferias que nos han puesto mucho más de moda; además, las autoridades aquí nos apoyan mucho», resaltó.
«Una flota reducida»
Que la falta de relevo generacional es una amenaza para la subsistencia del sector pesquero en Balears queda patente en algunas de las cifras que facilitó ayer Joan Mercant. La flota pesquera profesional de Balears la componen algo más de 300 embarcaciones, de las que aproximadamente el 85% son de artes menores. «Es una flota realmente pequeña en comparación con otras zonas y que se ha ido reduciendo progresivamente, ya que hemos pasado de 772 embarcaciones en 1987 a 324 en 2020, lo que supone un descenso del 58% en 33 años», detalló. Tener una flota reducida, además de «envejecida», es una de las debilidades del sector pesquero en la Comunitat, ya que «es una de las principales causas de la precariedad económica de las cofradías». No es el único punto flanco, como apuntó Mercant, también lo es el hecho de que haya «mucho pez y poca cuota», haciendo mención especial al atún rojo.
Como amenazas al sector, citó, además de la falta de relevo generacional, «el cambio climático y la reducción de la demanda de algunas especies».
La pesca también tiene fortalezas en Balears, entre otras, «su capacidad de cambio, la experiencia en planes de gestión pesquera o el hecho de ser un sector esencial». A eso se suma, añadió Mercant, que «el estado de los recursos pesqueros en las aguas de Balears se podría tildar de bueno, con alguna excepción, en comparación a otras zonas».
En las jornadas que se celebraron en el Teatro España también se habló, entre otras muchas cosas, de las directivas europeas que afectan al sector. «El fallo es que las normativas son muy detallistas», apuntó Grau, que es quien se ocupó de hablar sobre la política pesquera comunitaria. «En la Unión Europea es donde se corta el bacalao y si queremos que nos escuchen tenemos que dirigirnos a ella», subrayó.
