"¡Trampa para turistas!". Con esta advertencia comienza la reseña que una clienta puso en TripAdvisor sobre un restaurante italiano en Ibiza. Al parecer, la experiencia de la mujer no fue demasiado agradable. "Pasta dura a precios de 'trattoria' que se atreven a llamar 'al dente', que nos dio un dolor de barriga horrible a los dos", explica en su comentario.

En su reseña asegura que las "críticas positivas están hechas por ellos mismos" y denuncia que, tras dejar otra crítica en internet, el dueño del local la contactó directamente a su teléfono privado, algo que califica de "totalmente ilegal", además de "un atrevimiento por su parte".

La mujer detalla en su comentario los precios de las bebidas que pidieron: "tercio de cerveza caliente a cinco euros, cocacola de lata a cuatro euros" y acaba afirmando que es "el peor restaurante italiano" al que ha ido en su vida.

Respuesta del dueño del restaurante

Ante estas duras críticas, el dueño del establecimiento decidió pronunciarse y expresar su postura. "Parece que la señora ha cobrado algo para poner comentarios negativos en todos lados, inventando cosas", se defiende el hombre en la primera línea de su réplica.

A continuación, el propietario explica a la mujer que reservó con un 30% de descuento a través de una aplicación, pero esta rebaja solo se aplica en la carta, no en el menú del día que ella exigía y que, además, solo hacen al mediodía.

Tras este primer rifirrafe, los clientes pidieron una cerveza, "lo único sin descuento", especifica el propietario, que critica que precisamente por eso "dice que estaba caliente". Para comer: "rigatone para el señor y la linguina con almejas para ella". Una vez servidos los platos, según la versión del encargado, la mujer comenzó a gritar "que las almejas eran congeladas". "Con mucha profesionalidad el camarero me preguntó y le dije que saliera directamente con la factura del pescado comprado fresco el mismo día", explica.

Después, "con muy poca vergüenza cambio el escenario y empezó a decir que en las almejas había arena", continúa explicando en su respuesta, y se pregunta "si están congeladas, ¿cómo pueden tener arena?".

Finalmente, el dueño del restaurante le da "un consejo": "elija una o dos cosas mala la próxima vez, porque está intentando decirlas todas y no la cree ni su marido, que al parecer estuvo muy contento de su comida". Además, aprovecha también para pedirle a la mujer que "para la próxima, un consejo, no ponga parmesano en las almejas, por favor".