El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, insistió ayer en reclamar que el Gobierno central se siente a negociar un nuevo convenio para financiar los proyectos de reforma de carreteras pendientes en la isla. Marí detalló que, una vez que el Gobierno central ha saldado las deudas pendientes del anterior acuerdo de infraestructuras viarias, aún se necesita una inyección económica de 120 millones de euros para completar la renovación de la red insular.
«No hablamos de ampliación de carreteras, sino de mejoras que afectan a la seguridad», precisó Marí. Entre los proyectos que ya está redactando el Consell, a la espera de recibir esta inversión del Gobierno, se encuentra la creación de arcenes en la carretera de Sant Josep a Sant Antoni y en la de Cala Llonga, así como la reconversión de puntos negros de circulación como la rotonda de Los Cazadores.
Sin respuesta
«Nosotros ya hemos cumplido nuestros compromisos [del convenio de carreteras anterior] y ya es hora de que el Estado firme un nuevo acuerdo y se comprometa a sacar adelante las inversiones necesarias para mejorar la seguridad de las carreteras». «Hemos reiterado nuestra voluntad de sentarnos en la comisión mixta del Consell y el Gobierno central y no hemos tenido respuesta», lamentó Marí.
El presidente del Consell manifestó su reclamación al Estado durante la presentación de la reforma del tramo de la E-20 (el segundo cinturón de ronda) para dar continuidad al camino des Pou d’en Basques, que unía Cas Mut y Ca n’Escandell y quedó cortado con la construcción de esta carretera.
Los vecinos reclamaban desde 2014 que se diera una solución a este cruce para ir andando desde un barrio al otro, ya que solo existían dos pasos de peatones alejados de este punto, junto a las rotondas de Can Cifre y la del cementerio nuevo.
Para conectar de nuevo ambos barrios, el Consell invirtió medio millón de euros para habilitar un paso de peatones con semáforo junto al histórico camino des Pou d’en Basques, además de ampliar las aceras del tramo del segundo cinturón de ronda cercanas al cruce, donde los peatones ahora tendrán más visibilidad a la hora de cruzar. Para ello, se han eliminado una quincena de plazas de aparcamiento, según ha detallado el conseller de Infraestructuras Viarias, Mariano Juan, ya que «no es una zona urbana y queda mucho espacio para aparcar».
Carril bici
Durante estas obras, que finalizaron el mes pasado, también se ha asfaltado toda la E-20, además de renovar la red de pluviales para evitar que se inunde la calzada. El Consell también ha habilitado un carril bici de 800 metros que ahora queda aislado, pero con la previsión de que quedará unido a la red municipal de viales para bicicletas y patinetes eléctricos que proyecta el Ayuntamiento de Ibiza, según indicaron tanto Mariano Juan como el concejal de Medio Ambiente de Vila, Jordi Saleweski, que estaba invitado a esta presentación.
Juan destacó que, a lo largo de este mandato, el Consell ha invertido hasta el momento más de 30 millones de euros en obras de mantenimiento y mejora de la red viaria.
