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Hundimiento del yate en Ibiza: «Un trabajo muy duro» entre la posidonia de s’Estanyol

Los operarios de Servicios Submarinos y Herbusa limpian en la playa los restos que el yate ‘Aria SF’ ha dejado tras incendiarse en Cala Saona y hundirse frente a la costa de Santa Eulària

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Hundimiento del yate en Ibiza: «Un trabajo muy duro» entre la posidonia de s’Estanyol

Entre carboncillo y restos de posidonia los operarios de Herbusa y Servicios Submarinos trabajaban ayer al mediodía en la playa de s’Estanyol para eliminar los residuos llegados tras el hundimiento del yate ‘Aria SF’, de 45 metros, incendiado hace unos días en Cala Saona, en Formentera. «Es un trabajo muy duro, porque no nos dejan quitar la posidonia y las algas de la playa y estamos buscando los restos entre ellas», comentó uno de los empleados de Servicios Submarinos mientras continuaba una labor que habían comenzado a las 8 de la mañana.

«A parte de quitar los desechos que ha dejado el barco en tierra vamos a poner una especie de toallas que absorben el petróleo que hay actualmente en el mar», añadió el trabajador de Servicios Submarinos, que trabajaba junto a operarios de Herbusa y las barcas de limpieza del Consell Insular. Según aseguraron, solo en el día anterior habían retirado hasta 150 kilogramos de material.

Javier Galdón, trabajador de Herbusa, llevaba desde las 8.30 horas cooperando con Servicios Submarinos. «Hay mucho carboncillo y está todo muy esparcido, aunque ahora no está tan sucio como antes», comentaba, mientras llevaba un paquete de bolsas de basura para poder continuar con la jornada.

Cala Olivera, ayer

«Siempre limpio playas y cuando me he enterado de que pasó esto me he acercado a ayudar con la red», explicó por su parte Marzia, una mujer que lleva diez años en la isla y se encontraba limpiando restos en el agua de forma voluntaria. «No solo es este suceso, sino cómo se encuentra en general de sucia la playa», añadió, afectada por toda la contaminación que encontraba entre los restos y el petróleo del mar. Durante el rato que había estado recogiendo desechos llenó casi una bolsa de basura, pero los restos no paraban de salir de entre los de posidonia y el oleaje.

El estado del agua, con manchas irisadas de hidrocarburos, hizo que los bañistas se quedaran en la orilla. «Hemos llegado a las 10 de la mañana y aún no nos hemos bañado y aunque hiciese sol tampoco lo haríamos», comentó Yurena Boronat, una residente que decidió acercarse a s’Estanyol. «Los operarios ya estaban en acción, muy entregados para limpiar la playa», añadió Boronat, quien destacó que no paraban de trabajar desde que llegaron al arenal.

«Un trabajo muy duro» entre la posidonia de s’Estanyol

«Deberían investigar»

Además, lamentó que «hasta que no hay un vertido la gente no se lleva las manos a la cabeza». «El viento viene del Norte y puede provocar que los residuos vayan hacia Formentera», añadió preocupada por el estado del fondo marino: «Deberían investigarlo para asegurarse de que no quede nada bajo el agua».

En línea con Boronat, Carlos Barbeito, trabajador del restaurante de s’Estanyol, opinó que deberían inspeccionar el fondo del mar para comprobar que no quede nada. «Este mes no he podido salir a bucear, pero miedo me da lo que pueda encontrarme después del incendio y el hundimiento. Estoy seguro de que se ha caído algún resto», aseguró.

«Hoy [por ayer] un bañista se ha quejado del estado en el que se encontraba el agua y nos ha pedido si podíamos dejarle pasar a la ducha para quitarse los restos que se le hayan podido quedar en la piel», contó el trabajador, disgustado por el suceso.

El mismo día del hundimiento varias personas decidieron abandonar la playa y en los últimos días se ha notado un descenso en la afluencia de bañistas a s’Estanyol, y, por tanto, también han bajado los clientes en el restaurante.

«Un trabajo muy duro» entre la posidonia de s’Estanyol

«Han tardado mucho»

«El sistema de reacción no ha sido el más adecuado. Han tardado mucho en responder. No sé qué experto se ha encargado de la gestión del incendio», añadió Berbeito. «Se debería de haber extinguido en puerto y no donde se ha hundido, pero seguramente les salía más caro», comentó indignado tras asegurar que la playa suele estar siempre limpia.

La vecina Cala Olivera también se ha visto afectada por la contaminación provocada por el yate, aunque en menor medida.

Una familia que se encontraba en esta playa comentó que no habían notado nada fuera de lo habitual. «En su momento vimos el humo desde ses Salines, pero no podemos asegurar que haya restos del barco, ya que el agua está removida, como siempre», explicaron Víctor Bufí y Sara Malo mientras pasaban la mañana en la playa.

Tamara Martínez trabaja en el chiringuito que está en Cala Olivera y no vio nada extraño. «El agua está oscura, pero el primer día ya se pudo observar que estaba turbia y con mucha espuma», comentó esta trabajadora, quien añadió que por el momento no había encontrado restos por la playa. Por otra parte, destacó que el día del incendio fue el único en que vio a agentes de emergencias y que, por el momento, no han dado más información.

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