A pesar de todos los esfuerzos por asegurar la estructura y evitar su hundimiento de cara a emprender el definitivo traslado a tierra firme, los restos del ‘Aria SF’ incendiado en Cala Saona terminaron en el fondo del mar la tarde de ayer.

Lo que quedaba de este yate se hundió entre las 19 y las 19.30 horas cerca de es Cap Martinet, lugar donde permanecía fondeado. El pasado sábado se aproximó a la costa precisamente para, entre otros motivos, facilitar el reflote del barco en caso de hundimiento, detalló el responsable de Salvamento Marítimo en las islas, Miguel Chicón.

El propietario del barco ya había acordado su traslado a puerto. Ahora, la estructura deberá ser reflotada por los trabajadores que se han contratado para su supervisión y afianzamiento, labores que realizan desde que el pasado sábado el armador, a instancias de Capitanía Marítima, se hiciera cargo del pecio. Por lo pronto, detalló Chicón, tras el hundimiento al final de la tarde de ayer se comenzó a trabajar en el acondicionamiento para preparar la maniobra de reflote.

La mayor preocupación después del hundimiento de los restos del lujoso yate es la posibilidad de que se produzca una contaminación del medio marino por vertido. Se trata, sin embargo, de un temor que nunca ha dejado de estar presente desde que se iniciaran los largos trabajos para asegurar el barco después de su incendio, detalló Chicón.

Precisamente, se había evitado apagar del todo los rescoldos para evitar desestabilizar el barco y arriesgarse aún más a un posible hundimiento, lo que provocó que algunas personas confundiesen los restos humeantes del barco con un nuevo incendio de una embarcación en las Pitiusas. Cabe recordar que, días antes de que las llamas devorasen el ‘Aria SF’, otro yate ardió entre Ibiza y Formentera, y hubo de ser trasladado -también en llamas- hasta el muelle Ro-Ro, gestionado por la Autoridad Portuaria de Balears. En ambos casos, por fortuna, todos los ocupantes pudieron ser transbordados ilesos a embarcaciones particulares que acudieron en auxilio tras el inicio de las llamas.