El martes entraba una retroexcovadora del Ayuntamiento de Sant Josep en Casa Lola, una villa vacacional de lujo que tenía 2.000 metros cuadrados de construcciones ilegales.

Tras una larga batalla judicial entre el Consistorio y la propiedad, finalmente se inician los trabajos para recuperar la legalidad urbanística y dos días después de que un cerrajero abriese la puerta a los técnicos para empezar la demolición, la villa se encuentra llena de cascotes y demás restos de las construcciones ilegales que se están tirando abajo.

Las imágenes que Sant Josep ha enviado hoy del proceso muestran restos de muros y de techadas repartidos por todo el interior del complejo. Y es que el Consistorio, tras entrar el martes a la vivienda, detectó nuevas irregularidades urbanísticas (para las que ha abierto un nuevo expediente), como una discoteca insonorizada que se utilizaba para celebrar fiestas clandestinas, incluso durante la pandemia.

Además de la discoteca, entre las nuevas irregularidades detectadas en Casa Lola se encuentran tres edificaciones «no muy grandes», una pérgola y una piscina. Pese a ser ilegales, Sant Josep no puede derribarlas en este proceso y deberá iniciar un nuevo expediente específico contra ellas.

El Ayuntamiento prevé que los trabajos de demolición duren entre dos y tres semanas. Sant Josep ha reservado 4.280.000 euros para ejecutar el proyecto, que se reclamarán a la propietaria, Paquita Sánchez.

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