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Transporte en Ibiza: Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús

Una vecina de Port des Torrent denuncia el servicio que presta la línea entre Sant Antoni y el aeropuerto, que lleva a más gente de la que cabe en el bus y que a veces deja a personas tiradas en las paradas

Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús | JA Riera y M.P.R.

El autobús de la línea 9, que hace la ruta de Sant Antoni hacia el aeropuerto pasando por Sant Josep, inicia un día más su ruta. El recorrido parece tranquilo, pero a medida que avanza va complicándose por los usuarios que va recogiendo en cada parada. Muchos tienen que permanecer de pie y pendientes de sus maletas si están sentadas porque el autobús, ya repleto, no tiene estantes donde dejarlas.

Para elaborar el reportaje, este diario se ha citado a las 11 horas con una vecina octogenaria, Carla (nombre ficticio porque no quiere dar el suyo) de Port des Torrent en la Estación de Autobuses de Sant Antoni. Quiere realizar esta ruta para denunciar su mal funcionamiento; la hace cada semana para poder ir a la farmacia. Está indignada con este servicio desde hace tiempo: «En hora punta la gente llena el autobús de maletas y en muchas ocasiones no queda espacio libre», comenta. «Con un mes de diferencia, del 29 de junio al mismo día de julio, he visto que se han quedado familias tiradas con sus hijos en las paradas. Muchas van al aeropuerto y pueden perder el vuelo porque no pasa otro autobús hasta una hora más tarde», añade indignada. Además, esta vecina considera que esto da «mala imagen del servicio público de la isla» y que es «un mal servicio para los que somos del barrio».

Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús |

Subimos antes de que el autobús parta y ya solo quedan tres asientos disponibles. Me indica que tome el que está más cerca de la puerta del conductor pues, como asegura, «así verás mejor el problema que hay y si deja a gente tirada». Tan solo diez minutos más tarde de iniciado el recorrido, en una de las paradas recoge a clientes que ya tienen que permanecer de pie porque no hay espacio. Además, y debido a que no estaban sujetas, varias maletas se mueven ya hacia una de las puertas del vehículo. Y no lo están debido a la falta de estantes adecuados a este tipo de transporte donde depositarlas, lo que provoca que muchas personas se tengan que levantar a recogerlas cuando se mueven por el vaivén del bus. Esto puede provocar caídas con consecuencias graves, sobre todo en las escaleras que dividen las dos zonas del vehículo. «No tiene maletero y las maletas en algunos casos van sobre los asientos», comenta entonces Carla, que también denuncia que, a veces, los autobuses no recogen a los viajeros de las paradas. «Este servicio, así como otros que pasan por esta zona, tiene la obligación de pararse. Me lo confirmó la empresa y cada vez que se niegan a hacerlo, lo comunico, como me dijeron que hiciera» desde Alsa, añade.

Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús | FOTOS DE M.P.R.

Poco a poco el autobús avanza y va recogiendo gente que acarrea más maletas. Cada vez está más lleno y la gente se va apretado, tanto los que están de pie como los que están sentados y tienen gente a su alrededor.

Carla aprovecha que el asiento que está a mi lado se queda vacío para sentarse. Todo para seguir detallándome los problemas que, a su juicio, tiene la línea. En un momento determinado, cuando el autobús se para, una mujer aprovecha para bajarse. Tienen que ayudarla a bajar su carro de la compra porque ha quedado atrapado entre la multitud y las maletas. «Es así siempre. Esta mujer es vecina y nos quitan la línea 2 en verano cuando sí que hace falta», comenta la vecina de Port des Torrent para explicar por qué no cabe ni un alfiler.

Tras continuar el viaje, el autobús llega a la parada en la que se baja Carla y nos acompaña hasta la de enfrente. «Así no te dejo tirada», comenta mientras guiña el ojo en referencia a su denuncia sobre la gente que no ha podido coger el bus por falta de espacio.

Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús | FOTOS DE JA RIERA

«Se tiene que encontrar solución, si no esto va a acabar mal», explica mientras llegamos a la parada de enfrente. «En vez de un autobús deberían poner dos en esta ruta. Otra solución sería programar cada 30 minutos esta línea en vez de cada hora», comenta.

A los dos minutos llega un autobús que, por coincidencia, cubre la misma ruta de Sant Antoni al aeropuerto. Cuando se para, la vecina se despide.

Una vuelta agridulce

Nada más subir al bus comprobamos que solo queda un asiento libre y que una chica está mareada. Lo confirman sus acompañantes. Les ofrecemos agua para refrescarle la cara y las cervicales y nos ofrecen amablemente el asiento en el que habían depositado una bolsa. Cuentan que vienen del aeropuerto y que se ha mareado por el calor y el exceso de gente. El calor y el bochorno son notables porque no hay aire acondicionado. «No tenemos ninguna queja sobre la ruta, pero con un frenazo una mujer se ha caído al suelo», comenta una de las chicas.

Como sardinas en lata en la línea 9 de autobús

Bajamos en la Estación de Autobuses de Sant Antoni y el autobús se vacía para dejar espacio a los clientes de un nuevo recorrido de esta polémica línea 9.

Este diario intentó sin éxito ponerse en contacto con la empresa propietaria del bus, Alsa.

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