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El nuevo Bora Bora Ibiza será un local «divertido sin ser una discoteca»

Tras 40 años, el complejo Bora Bora Ibiza vive su última temporada antes de la renovación prevista por el grupo Vivir Descalzo, que pretende convertirlo en un lugar en el que, además de comer, la clientela pueda disfrutar de un ocio más tranquilo

La entrada actual al restaurante del Bora Bora. Irene Vilà

En 1982, Florentino Arzuaga fundó el primer restaurante de playa con música en la isla, el Bora Bora. 40 años más tarde, el complejo de Platja d’en Bossa vive este verano su última temporada antes de su cierre definitivo en octubre después de que el grupo de ocio y restauración Vivir Descalzo y sus socios Miguel Sancho y Andrés García-Prado, hayan alquilado el complejo por 30 años. La reinauguración está prevista para mayo de 2023.

El título de la campaña de este año es ‘The last chance to dance’, un lema para «que la gente que venga al Bora Bora en este 2022 siga teniendo la sensación de que viene al local clásico», destaca García-Prado a Diario de Ibiza.

El empresario asegura que es la «última oportunidad» para ser parte de la «leyenda» del establecimiento: «Para el cliente que ya lo conoce es la última oportunidad para volver a disfrutar de este local y para el que nunca ha venido, es la ocasión de conocerlo. También para los dj es la última oportunidad de pinchar en un sitio icónico en la isla y por eso hay una lista de discjockeys muy importantes este verano».

«Bora Bora Ibiza es un complejo con muchas posibilidades y creemos que tiene que ser parte de la renovación que está viviendo toda Platja d’en Bossa», afirma García-Prado. «No a todo el mundo le gustará el nuevo ambiente de la zona, pero sí que creemos que Ibiza y el turismo están evolucionando», añade.

Andrés García-Prado, socio del grupo Vivir Descalzo, ayer en Platja d’en Bossa. Irene Vilà

En el Bora Bora «hay playa, hotel y zona de noche», recuerda García-Prado y todo ello necesita, a su juicio, de una renovación integral. «Hay que actualizarlo todo, desde el sonido a la insonorización y a la decoración». «No está mal, pero podría estar mejor. Tú tienes que competir con lo que está al lado y lo que tienes al lado sí se ha renovado», añade el empresario.

Algunas ideas que adelanta García-Prado son añadir una terraza a la discoteca donde exista «la posibilidad de que la fiesta acabe al amanecer» o que en los restaurantes los comensales puedan sentir la experiencia de comer «con los pies en la arena».

«Buscamos esta transformación del local para que vuelva a ser un líder en los próximos años en la isla», explica, y para ello «hace falta evolucionar el concepto: la música excesivamente oscura y destinada a un determinado tipo de público no es lo que está demandando ahora el turista internacional». La clientela pide calidad en todo el producto que se sirve: «Ya no vale que te echen cualquier cosa en la comida o bebida. No vale decir te doy un buen ambiente, pero no te doy bien de comer», considera García-Prado.

También avanza que el complejo cambiará de nombre, pero todavía no han decidido cuál será: «Sabemos que va a cambiar de nombre porque las connotaciones que tiene Bora Bora durante los últimos 40 años son las que tiene, para bien o para mal. Hay gente que sabe que Bora Bora es esto, ya sea botellón o lujo, y el local del futuro no va a ser el mismo».

A juicio de García-Prado, natural de Cádiz y que reside en Ibiza desde hace ya 18 años, Platja d’en Bossa ha cambiado mucho: «Cuando yo llegué a la isla, en Platja d’en Bossa no había ni de lejos público bueno, daba miedito venir y, de repente, la zona ha ido cambiando». «Lo que ya no quiere la gente, ni el turista, ni el empresario, ni el residente en la isla, es público cutrecillo» en los locales, opina.

Zona de la piscina en los apartamentos. Irene Vilà

Grupo Vivir Descalzo

El grupo Vivir Descalzo creó Beso Beach, pero vendió la marca y siguen conservando en Ibiza Roto, Filin, Hornie Pizza y Mechero. «No somos gente de la noche», recalca García-Prado. «Lo que intentamos hacer siempre es una restauración divertida, donde además de comer, tengas ocio, te puedas echar un baile o te puedas tomar una copa. Donde la comida se acompañe de un ritmo musical adecuado, pero sin ser invasivo y sin convertirlo en una discoteca. Seguramente Bora Bora irá hacia eso», destaca.

«Arzuaga, el fundador, había ido troceando el complejo y cada parte pertenecía a personas diferentes. Nuestro trabajo ha sido volver a juntarlo todo en un único complejo y que todo tenga una única dirección», añade.

El objetivo del grupo Vivir Descalzo es la restauración de calidad, «lo que no quiere decir que sea cara, quiere decir que sea justa, en la que el producto esté bien tratado y con poca parafernalia de salsas», indica García-Prado, que reitera que es una restauración de calidad acompañada de una «experiencia».

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Adiós a Bora Bora Ibiza: así han sido sus fiestas durante 40 años Redacción

Los locales que pertenecen a esta compañía «son establecimientos donde el famoso es anónimo y el anónimo se convierte en la estrella del día, en el protagonista» y además, «se hacen amistades que son eternas durante unas horas». García-Prado cuenta orgulloso como en estos establecimientos ocurren «cosas preciosas», como pedidas de mano «muy románticas» o que de repente un cantante suba al escenario a interpretar un nuevo tema. Muchos rostros conocidos que pasan por estos locales «se sienten muy anónimos porque la gente no es invasiva con ellos, y esto lo agradecen mucho», remarca, «tienden a sentirse uno más».

García-Prado indica que en ninguno de los establecimientos de su grupo hay zonas VIP: «No hay diferencia por el poder adquisitivo, son muy democráticos, los que están dentro son todos iguales». «Son sitios en los que la gente no tiene la sensación de que le estás tomando el pelo» con el precio.

«Miguel [Sancho] y yo somos unos enamorados de Ibiza. Nos gusta mucho crear conceptos de los cuales estemos orgullosos y que los podamos compartir con amigos. Todo lo que hemos creado hasta ahora han sido negocios en las que nosotros creíamos de verdad», asegura con pasión García Prado.

El local de ocio nocturno forma parte ya de la historia musical de Ibiza y por él han pasado, a lo largo de sus cuatro décadas de vida, algunos de los dj y productores más famosos del mundo. La música y el baile darán paso ahora a otro concepto empresarial de ocio más calmado: «Yo vine a Ibiza hace 18 años porque para mí era un paraíso donde se podía disfrutar y sentirse en paz», concluye García-Prado. Y eso es lo que ahora, con sus socios, pretender recuperar para Platja d’en Bossa.

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