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Andrés Palacios Jefe de Dermatología de Can Misses

Medicina en Ibiza: «A algunos les da más miedo tener arrugas y manchas que sufrir un cáncer de piel»

Los tipos de cáncer cutáneo más frecuentes son, en orden, el carcinoma basocelular, el epidermoide o espinocelular y el melanoma, que es el que se debe tener más en cuenta por su peligrosidad

Andrés Palacios en su consulta del hospital. ASEF

Los termómetros suben en verano, al igual que la radiación solar. El jefe de Dermatología de Can Misses, Andrés Palacios, explica los efectos nocivos del sol en la piel y el riesgo del exceso de rayos UVA que puede causar cánceres cutáneos.

PREGUNTA: Está siendo un verano con mucho calor y mucha radiación solar. ¿Cómo afecta esto a la piel?

RESPUESTA: La temperatura como tal afecta al cuerpo en general, como en episodios de golpes de calor o deshidratación. En cambio, lo que sí que afecta a la piel es la radiación solar, que es mayor en esta época. La radiación ultravioleta es la que puede producir daños en la piel, no solo en forma de envejecimiento cutáneo como arrugas o machas, sino, lo más importante, puede causar un cáncer cutáneo.

P: ¿Cuáles son las principales causas de este tipo de cáncer?

R: La exposición solar y la genética, es decir, el tipo de piel. La incidencia del cáncer es mayor cuando una persona tiene la piel muy clara, es pecosa, con ojos claros, pelirroja y vive en zonas donde la radiación solar es más intensa, como en el Mediterráneo o el Caribe.

P: ¿Cuáles son los tipos de cáncer de piel más frecuentes?

R: En orden, el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide o espinocelular y el melanoma, que es el más peligroso y el que hay que tener más en cuenta por su alta letalidad. Los dos primeros son tumores que, en la mayoría de las ocasiones, se pueden tratar con una cirugía no muy compleja o, incluso, con otros tratamientos que no son cirugías y que se curan en la mayor parte de los casos. Es importante que estas lesiones no se diagnostiquen muy tarde porque si el tamaño del tumor es pequeño, la cirugía va a ser pequeña, y al revés, si el tamaño del tumor es muy grande, puede ser una cirugía grande que deja secuelas estéticas e importantes, y eso es lo que no queremos.

P: ¿Cómo se distinguen el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide y el melanoma?

R: El carcinoma basocelular es un tumor que se diagnostica muy a menudo, uno de cada cuatro seres humanos de raza blanca pueden sufrir uno a lo largo de su vida. Suele aparecer, en general, en personas de más de 50 años y se debe, en parte, a nuestra genética o a nuestra predisposición por el tipo de piel y al exceso continuado de sol. El carcinoma epidermoide o espinocelular, el segundo en frecuencia, pero que tampoco es tan grave como el melanoma, también se suele extirpar con cirugía en la mayor parte de los casos. El carcinoma basocelular y el epidermoide se pueden presentar como un nódulo, que se ve sobreelevado, generalmente en la cara, en la nariz, en el dorso de las manos, en el escote… en las zonas donde da más el sol, aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Sobre todo, son lesiones que salen nuevas, como por ejemplo, la típica costra que no para de sangrar ni acaba de curar nunca. El melanoma, en cambio, es el típico lunar, una mancha oscura.

P: ¿Cómo podemos saber que estamos ante un posible melanoma?

R: Si vemos que un lunar o una mancha son asimétricos, con formas o bordes irregulares, que tienen varios colores diferentes, de gran tamaño y que han cambiado en poco tiempo debemos preocuparnos. Un lunar que cambia en poco tiempo, nos tiene que hacer, por lo menos, consultar con nuestro médico de cabecera o dermatólogo para descartar un melanoma.

P: ¿La gente está más conciencia de la importancia de la protección frente al sol?

R: La cultura del sol ha cambiado. Hace treinta o cuarenta años, no existía esta cultura de la protección solar y lo que estaba de moda era estar lo más moreno posible. Lo habitual era quemarse la primera semana de verano durante todos los años, como algo que tenía que ser así. Antes no había buenos protectores y cremas y tampoco se conocían mucho los posibles efectos nocivos del sol a largo plazo. En cambio, hoy en día, lo normal es que la gente lo sepa y no se exponga al sol de forma indiscriminada como se hacía antes, pero, a pesar de todo, sigue habiendo algunas personas que toman el sol de forma excesiva o patológica. Nosotros siempre aconsejamos evitar la quemadura solar, sobre todo, en la infancia y en la juventud, ya que el 80% o 90% del sol que recibe nuestro cuerpo lo hace antes de los 18 años porque es una época de nuestra vida en la que estamos más en la calle, tenemos más tiempo libre y se va más a la playa y a la piscina.

P: ¿Cuáles son los posibles efectos nocivos del sol a largo plazo?

R: No solo es el cáncer de piel, también existe el envejecimiento cutáneo. Las personas que pasan mucho tiempo expuestas al sol, ya sea por ocio o por trabajo, cuando llegan a una edad más avanzada, tienen la piel en unas condiciones muy malas. De cualquier mínimo traumatismo se pueden hacer una herida porque tienen una piel muy fina, muchísimas más arrugas y manchas que una persona que no ha tomado el sol. No es solo el cáncer, también es la belleza o el estar bien. Es una manera de concienciar y decir que alomejor no tienes un cáncer de piel, pero cuando tengas 60 años puedes estar muy feo. A algunos les da más miedo no estar físicamente bien que tener un cáncer de piel.

P: Mejor no tomar el sol, entonces.

R: El sol no es malo, es bueno. El sol es básico para nuestra vida, sin él no podríamos vivir. Para un bronceado correcto y saludable, se deben evitar, en la medida de lo posible, las horas centrales del día en verano (entre las 12 del mediodía y las 16 de la tarde, por ejemplo) y tomar el sol en otras franjas horarias, como a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde. Además, se debe usar una protección solar de 50+. Muchas veces la mejor protección, en vez de la crema, es la ropa y una buena gorra o un sombrero. Si estamos bien bronceados es bueno, estamos más atractivos, estamos mejor de ánimo, producimos vitamina D… Es decir, el sol es muy beneficioso, pero con sentido común. Con estos consejos y sentido común evitaríamos muchos problemas, no solo de cáncer cutáneo, sino también de envejecimiento. La gente que tiene calidad de piel, va a tener más calidad de vida.

P: ¿Qué debe hacer alguien en caso de duda frente a la aparición de un lunar?

R: Ante cualquier lesión de nueva aparición que tenga dudas, lo primero es consultarlo con el médico de Atención Primaria y, si ellos tienen alguna duda, nos lo remiten a nosotros. Una de las herramientas de la que disponen los médicos es la teledermatología, que consiste en que el médico envía una fotografía de una lesión al especialista y nos hace un breve resumen de la historia clínica del paciente. Si nosotros creemos que es una lesión potencialmente importante, le damos cierta preferencia y más si pensamos que es un melanoma, entonces se cita al paciente de un día para otro.

P: ¿Los casos de cáncer de piel aumentan este año en comparación con los anteriores?

R: Hicimos un estudio recientemente en el que comparamos el primer año de confinamiento con otros años anteriores. Nos dimos cuenta de que no hubo más cánceres, pero sí que se diagnosticaron un poco más tarde. Es decir, tumores que en el 2019 se vieron con un tamaño, en el 2020, se diagnosticaron con un tamaño mayor, debido al retraso del diagnóstico por culpa de la pandemia, sobre todo en el carcinoma epidermoide. Operamos, aproximadamente, a unos 1.000 pacientes al año con cáncer cutáneo en Can Misses. De estos, la mayoría son carcinomas basocelulares, los más frecuentes, y, en segundo lugar, los carcinomas epidermoides. En cuanto a melanomas, siempre nos movemos en cifras de entre 25 o 30 cada año, y en estos, por suerte, la mayoría tienen buen pronóstico.

P: También hay personas con alergia al sol.

R: Sí, aunque no es muy común. Existe la erupción polimorfa lumínica, que es cuando a la gente que se empieza a exponer al sol en primavera y verano le aparecen unas ronchas. El tratamiento es sencillo, con antihistamínicos, y lo que hay que hacer para evitar estas alergias es exponerse al sol de manera paulatina. Otra alergia, más rara, es la urticaria; las personas que la padecen se llenan de ronchas y es un poco más compleja de tratar. Una cosa que vemos en verano es la erupción que sufren algunas personas que han paseado por el campo y se han rozado con alguna planta, como la ruda. También si alguien poda una higuera o exprime una lima y el líquido que sale le salta a la piel y luego se expone al sol puede sufrir una irritación. El nombre científico de esto es fitofotodermatitis. Otra cosa que reacciona con el sol son las cremas o pomadas antiinflamatorias para el dolor articular. Además, nosotros recomendamos más la playa que la piscina, por el hecho que en las piscinas el agua normalmente tiene cloro y eso puede afectar a la piel.

P: ¿Hay enfermedades que pueden empeorar o mejorar con el sol?

R: Efectivamente, en el primer caso estaría el lupus y en el segundo, estarían la psoriasis y la dermatitis atópica, para las que el sol, con medida, es aconsejable.

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