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Empleo en Ibiza: La temporalidad en las Pitiusas se desploma: pasa del 85% en 2019 al 13% actual

Los contratos indefinidos se multiplican por cinco respecto al periodo previo a la pandemia

El paro de larga duración supera la media de España y está por encima de los registros de 2019

El paro en la construcción está bajo mínimos. César Navarro

La reforma laboral ha dado la vuelta, como a un calcetín, al mercado de trabajo pitiuso. Ya nada es como hace sólo tres años, pandemia mediante: si Alfonso Guerra auguró que con la llegada del PSOE al poder a este país no lo iba a conocer «ni la madre que lo parió», algo similar se podría decir de los efectos que están causando los cambios introducidos en la legislación laboral. Un ejemplo: en 2019, el 14,8% de los contratos firmados en junio correspondían a empleos fijos; ese porcentaje ya asciende, en ese mismo mes de 2022, al 87,2%.

En sólo tres años, la temporalidad se ha convertido en algo excepcional. En el último junio prepandémico se rubricaron sólo 1.872 contratos indefinidos en Ibiza y Formentera: ahora, cinco veces más, 9.953. Por el contrario, se tramitaron en 2019 un total de 10.721 empleos temporales (que entonces constituyeron el 85% del total de las contrataciones, la inmensa mayoría), que en junio de 2022 han quedado reducidos a 1.436 (el 12,6% del total). Nunca hubo en estas islas tantos fijos ni tan pocos trabajadores temporales.

El efecto de la reforma laboral es, pues, evidente, hasta el punto de que las contrataciones por menos de un mes han caído hasta las 583, un tercio de las registradas en 2019, si bien representan el 40,6% de todas las temporales.

Esa es la cara positiva de la situación laboral en las Pitiusas. La negativa sigue estando en el paro de larga duración, aquel que se da cuando una persona lleva más de un año sin encontrar empleo. En la actualidad hay 942 ibicencos y formenterenses en esa situación, que si bien son una tercera parte de los que había hace un año (en plena crisis sanitaria) representan una cantidad preocupante. En primer lugar, porque son más que los que había en 2019, cuando se registraron 858. En segundo, porque suponen el 30,4% del total de desempleados, casi uno de cada tres. Ese porcentaje es muy elevado, pues está por encima de la media española, que se encuentra en torno al 27%, y de países como Alemania (en torno al 16%), Francia (sobre el 15%) o Países Bajos (sobre el 11%).

Lo que más llama la atención es que el 65,6% de los desempleados de larga duración llevan así desde hace más de dos años (618 en total, una de las seis cifras más altas de la reciente historia pitiusa), un porcentaje que ha crecido notablemente desde el año previo a la pandemia, cuando suponían el 53%. El 19% acumula de 12 a 18 meses sin trabajar (180 parados, la menor cantidad de los últimos 17 años), mientras que el 15% (144, la tercera menor cantidad desde 2005) suma de 18 a 24 meses desempleado.

De ese casi millar de pitiusos que acumulan más de un año sin que nadie les contrate, las mujeres son las más perjudicadas: suponen el 62,7% del total (591), por el 37,6% de los hombres.

La cifra de parados de larga duración casi coincide con la de personas sin empleo de más de 55 años (441 entre 55 y 59 años; 498 más de 60 años), de los que hay un total de 939 en Ibiza y Formentera. Son el 30,3% del total de pitiusos apuntados a las listas del SOIB, que en 2019 suponían el 25,5% (había 879). Es decir, en eso también se ha ido a peor. Algunas estadísticas, como una realizada por la Fundación Adecco, señalan que «siete de cada 10 desempleados mayores de 55 años cree que no podrá volver a trabajar nunca».

Los principales sectores de la economía pitiusa tienen pleno empleo. El paro que hay en ellos es residual. En la construcción se registraron en junio 588 desempleados, la segunda menor (junto a mayo) cantidad de los últimos 14 años, desde que la estadística laboral refleja este dato. De ellos, sólo 341 corresponden a trabajadores dedicados a la construcción de edificios, donde el récord previo fue de 410 parados en 2018 (416 en 2019). En actividades de construcción especializada se registraron 242 personas sin trabajo (el mínimo previo, 256 en 2018), y en ingeniería civil, sólo cinco, mínimo histórico.

Lo mismo sucede en sectores como el comercio. Hay 77 parados en el de al por mayor; en al por menor, sólo 278. En estos casos, y debido al daño que las ventas on line siguen causando en el comercio, esa significativa reducción es, principalmente, fruto del trasvase de trabajadores a otros sectores donde ha mejorado la actividad (como la restauración). Precisamente, los servicios de comidas y bebidas únicamente tienen 320 desocupados (mínimo previo, 418 en 2019), mientras que los alojamientos, ávidos de personal, han reducido ese lastre hasta los 294 (370 era el anterior récord, de 2019).

Tras dos años de máximos, con 12.653 en 2021 y 33.757 en 2020, el número de demandantes de empleo ha caído hasta los 5.070. Sólo hay en la reciente historia laboral pitiusa una cantidad menor en el mes de junio: la de 2006, en pleno boom inmobiliario, cuando se contabilizaron 4.947. En esta estadística la edad también importa: 1.545, el 30,4%, tienen más de 55 años de edad, cuando en 2019 había menos (79 menos) y ese porcentaje era del 24,7%.

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