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Los distribuidores de agua de Ibiza retoman el volumen de actividad de 2019 pero sin igualar los beneficios

Aseguran que tras la cierre de la desaladora de ses Eres la calidad del agua ha mejorado

Un ejemplo de una ‘perforada’ en una área rural de Eivissa. J.A.Riera

Las empresas de transporte de agua han recuperado el volumen de trabajo del año 2019, pero no los beneficios de la época prepandémica. «Es clarísimamente inferior», comenta Joan Bufí, presidente de la Asociación Empresarial de Concesionarios de Captaciones de Agua Potable -vinculada a Pimeef- que no le pone cifras a esta reducción del margen de beneficios, pero asegura que el aumento del precio de carburantes «ha hecho mucho daño».

El otro problema que admite que le «desquicia» es el aumento del precio de las piezas de recambio y su escasez, lo que provoca que parte de su flota permanezca parada forzosamente mucho más tiempo del que desearía: «Es un problema que en un sitio pequeño como Ibiza hemos tenido toda la vida, pero que ahora ha empeorado muchísimo», y señala como ejemplo que «cualquier pieza que cuesta unos 300 euros, hasta que no llega, te deja el camión parado durante quince días, es desesperante».

Bufí pone el ejemplo de su empresa de transportes, que tiene tres camiones parados en el taller: «Algunos no se pueden arreglar en Ibiza y hay que enviarlos a Palma o a Madrid, con lo que es mucho peor». El empresario se muestra muy pesimista sobre el futuro del sector: «Dudo que nos podamos mantener con este sistema» en las actuales circunstancias.

El sector tambien tiene otros problemas aunque, en comparación, se trata de dolores de cabeza menores. Uno de ellos es el tema que va camino de convertirse en el clásico de la temporada 2022: la falta de personal. «Hay que tener una preparación para conducir un vehículo de gran tonelaje», comenta el empresario, «en el trabajo de nuestra empresa tenemos que llevar agua a casas que se encuentran en lugares de difícil acceso, caminos estrechos y que hacen mucha subida, y conducir por esos sitios un camión pesado no lo hace cualquiera. Por desgracia, no encontramos a gente preparada».

Imagen del desmantelamiento de la desaladora de ses Eres. Vicent Marí.

Mejora del agua

El representante de la patronal de los captadores y distribuidores de agua potable se muestra, en cambio, más optimista cuando se le pregunta sobre la situación de los recursos hídricos en Ibiza: «Hemos notado una mejora en la situación de los acuíferos de la isla en los últimos cinco años».

Para Bufí, la clave de esta mejora -especialmente en la zona de Sant Josep- ha sido la interconexión de las desaladoras de la isla y el cierre de la desaladora de ses Eres, que ha permitido la recuperación del acuífero de sa Serra Grossa, uno de los más importantes de la isla: «Las cantidades de agua que extraía esa desaladora eran una aberración, provocó un destrozo y salinizó el acuífero, fue una situación muy deprimente».

El empresario reconoce que la gestión del agua en Ibiza ha sido «pésima», aunque señala que se ha puesto coto a las malas prácticas y que, tanto empresarios como administraciones, están colaborando para este cambio de escenario: «De una perforada se han llegado a extraer 100 toneladas de agua en una hora, cuando hay que extraer 20 o 30», explica, «por otro lado, las administraciones han invertido para evitar las pérdidas de las canalizaciones. Se sigue perdiendo mucho, pero venimos de épocas donde había zonas en las que se perdía el 60% del agua. Eso es intolerable».

Bufí explica que en los últimos años la calidad del agua ha mejorado y se muestra optimista respecto al futuro: «Ibiza es, de por sí, una isla que tiene mucha agua en el subsuelo. Si la gestionamos bien, no deberíamos tener problemas».

Los transportistas piden la exención del tacógrafo en las PItiüses

El presidente de la Asociación Empresarial de Concesionarios de Captaciones de Agua Potable, Joan Bufí, también comparte con el resto de asociaciones empresariales de transportistas la reivindicación de suprimir el uso del tacógrafo en los trayectos por el interior de la isla, y recuerda que el Reglamento Europeo permite la excepción de su uso en las islas de menos de 2.300 kilómetros cuadrados y que no estén conectadas físicamente con el continente. «En un lugar pequeño como Ibiza, donde todos comen en casa, y en un trabajo como este, en el que mientras cargas y descargas el agua no conduces, el uso del tacógrafo no tiene sentido», asegura.

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