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Fernando Valladares Director del Grupo de Ecología y Cambio Global del CSIC

Fernando Valladares en Ibiza: «El turismo no va a tener más remedio que ser sostenible»

«Estamos a tiempo de actuar para corregir el cambio climático», asegura el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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Fernando Valladares, protagonista de la jornada ‘Eco Visión 2022’ en el Club Diario de Ibiza Toni Escobar

El director del Grupo de Ecología y Cambio Global del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fernando Valladares, fue ayer el protagonista de la jornada ‘Eco Visión 2022’ organizada en el Club Diario de Ibiza por Sant Josep en Transició y Jesús en Transició. El ecólogo atendió a este diario en el Hotel Ses Figueres, en el que se hospeda, en primera línea de mar. Pocos minutos antes de la entrevista, disfrutaba de la terraza observando el pequeño paseo junto a la orilla que enlaza con la playa de Talamanca.

Fernando Valladares atiende a Diario de Ibiza en el Hotel Ses Figueres, en el que se hospeda, en primera línea de mar. Pocos minutos antes de la entrevista, disfrutaba de la terraza observando el pequeño paseo junto a la orilla que enlaza con la playa de Talamanca.

¿Esta bahía tiene fecha de caducidad?

No tiene futuro con la subida del nivel del mar y hablamos de tres décadas como mucho. Las tormentas, que van a ir en aumento, también se van a ir comiendo infraestructuras tan cercanas al mar y paseos marítimos. Además de la propia subida del nivel [del mar], existe el concepto de desbordamiento marino, que es el número de días al año que el mar está fuera de su sitio. La relación entre ambos fenómenos se acentúa de manera exponencial por el cambio climático.

¿Estamos a tiempo de corregirlo?

Siempre se está a tiempo para actuar, pero cuanto más retrasemos la toma de decisiones valientes, menos soluciones tendremos a nuestro alcance o contaremos con menos tiempo. Si se hubiera hecho más caso a las primeras voces de alarma serias sobre el cambio climático, hace 40 años, estaríamos en mejor situación. Al haber pospuesto tanto tiempo las decisiones que afectan a los combustibles fósiles y el uso energético, nos encontramos en una tesitura incómoda. Pasa lo mismo con la Agenda 2030, que ha avanzado muy poco en estos siete años en los aspectos relativos al cambio climático, que va más rápido que las medidas que se toman para combatirlo.

¿Qué hubiera pensado si hace dos años le anunciaran que la Unión Europea iba a proponer el regreso al uso del carbón?

Jamás lo hubiera imaginado. Yo he creído en Europa como proyecto y ya he recibido un par de golpes de realidad. El primero fue con la crisis económica, cuando los países del norte empezaron a hablar de los pigs [Portugal, Italia, Grecia y España] y a mostrar ese trato peyorativo hacia el sur. Ya fue un aviso de que se pierden los amigos cuando está el dinero de por medio. Europa presumía de ser muy verde con el tema energético, pero ahora lidera la vuelta al carbón y crea una nueva taxonomía para que la energía nuclear y el gas sean consideradas limpias. Eso es un completo fraude que se apoya en anteponer la economía a la política y a las personas. La Política Agraria Comunitaria es otra estafa, porque es incompatible con la reducción de emisiones del Acuerdo de París. El Tratado de la Carta de Energía es una gran vergüenza para la Humanidad y un cheque en blanco para el sector energético, porque incapacita las transiciones energéticas urgentes que hay que acometer.

Un momento de la charla en el Club Diario de Ibiza. TONI ESCOBAR

¿Qué soluciones son factibles para paliar los efectos del cambio climático en islas como Ibiza y Formentera?

Muchas veces existe postureo y 'greenwashing' para enmascarar el crecimiento. En este caso, habría que poner sobre la mesa el modelo económico, basado en un turismo que es poco sostenible a pesar de la ecotasa. Al ser islas, su conectividad depende mayoritariamente de los aviones, que también tiene los días contados para el uso turístico al que estamos acostumbrados con billetes baratos. Es una verdad incómoda, pero que acabará ocurriendo y solo caben dos opciones: esperar a que llegue y pretender que no pasa nada o planificar una transición escalonada, que es lo más razonable aunque no se haga. Basta ver cómo nuestro propio Gobierno, que debe reducir el uso de combustibles fósiles, de forma indiscriminada baja 20 céntimos el litro de gasolina.

¿Le genera más temor la falta de voluntad política o que la gente no quiera renunciar a las comodidades que se han alcanzado con el tiempo?

Las dos cosas me dan miedo, pero los políticos no están aislados. En España tenemos muy poca confianza en el poder de la gente o las asambleas ciudadanas, que es una de las soluciones que planteo. Hay países en Iberoamérica con muchos menos recursos y conocimientos que salen con una mano delante y otra detrás y consiguen avances, aunque no digo que sean perfectos. Los políticos nunca han prometido ser valientes, y en una crisis hay que serlo, así que van a ir detrás de la gente. Han surgido pequeños brotes del potencial de la sociedad enfadada, como los chalecos amarillos, pero solo vemos crispación y polarización que no llevan a ningún lado. Cuando solo las élites puedan permitirse el gas y el petróleo, surgirán tensiones porque la gente no podrá pagar la calefacción. No parece sensato llegar a ese punto en vez de amortiguar esos golpes con soluciones eficientes basadas en la naturaleza. Son alternativas a la única opción actual del capitalismo, que es el 'teconooptismo'. No podemos contar con soluciones que no existen, aunque ojalá que lleguen, como la energía nuclear de fusión o el hidrógeno verde.

Fernando Valladares frente al Diario de Ibiza. TONI ESCOBAR

Los políticos no habían hablado tanto de cambio climático en España como ahora con los incendios, aunque puede sonar a excusa. ¿Son realmente achacables a este fenómeno?

No es la única causa. Las olas de calor sí están ligadas al cambio climático, pero los incendios se deben a un cóctel de factores en el que influye el cambio de uso del territorio y su gestión. El abandono rural desatiende unos ecosistemas que estaban muy cuidados. Ese territorio podría encontrar un nuevo equilibrio con los incendios si los dejáramos dos mil o tres mil años, pero no los tenemos. Si ahora se acentúa el mensaje del riesgo del cambio climático, mejor tarde que nunca.

¿Ha encontrado la isla muy cambiada?

Mucho. He pasado mi infancia en Cataluña y venía mucho a Ibiza a veranear con mis padres. Con ocho años, corría e iba en bici por el parque Güell, mientras que ahora hay que sacar un tique y muchas veces te quedas fuera porque llegan 500 turistas de un crucero. Me da pena, pero esa pérdida de identidad me hace ver la realidad de adónde vamos sin una planificación.

¿Puede ser sostenible el turismo?

Claro que sí. No va a tener más remedio que serlo, porque la sostenibilidad no es una opción, al igual que el decrecimiento económico. Lo que pasa es que estamos tan acostumbrados a elegir con la economía capitalista que no nos damos cuenta. Pero quiero insistir en que, aunque el diagnóstico ante el cambio climático es muy crudo y complejo, hay razones para el optimismo. La ciencia no aporta la solución, pero sí que facilita piezas para que resolvamos la encrucijada en la que estamos. La solución es social, pero la ciencia y el pensamiento crítico nos pueden ayudar mucho para encontrar las soluciones de consenso que necesitamos.

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