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Saneamiento en Ibiza: Punto final a la depuradora de Santa Gertrudis tras 25 años de molestias

Los vecinos lograron que la planta cerrara por los hedores que provocaba, pero la estructura quedó abandonada junto al bosque durante años

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Desmantelada la depuradora de Santa Gertrudis Toni Escobar

Un cuarto de siglo después del inicio de su construcción, la vieja depuradora de Santa Gertrudis dejará de ser, definitivamente, un problema para los vecinos de la localidad. Los trabajos para demoler las estructuras de la estación de aguas residuales (EDAR) comenzaron este fin de semana, después de un largo enfrentamiento entre el Ayuntamiento de Santa Eulària y la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear para dilucidar quién debería hacerse cargo de los costes de desmantelamiento.

El proyecto para retirar la planta depuradora, que se encuentra abandonada en medio de una zona forestal muy cercana al núcleo urbano, se adjudicó a la empresa Excavaciones Cotxu por 64.500 euros. El plazo de ejecución es de un mes y, antes de que la maquinaria comenzara a derribar la instalación el pasado viernes, el Ayuntamiento ya había desbrozado toda la zona, que deberá ser restaurada a su estado natural.

Imagen de los restos de la depuradora, que se encuentra en plena zona forestal. | TONI ESCOBAR

Aunque el tratamiento de las aguas residuales es competencia municipal, la gran mayoría de las depuradoras públicas de Balears están gestionadas por la empresa pública Abaqua, dependiente de la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear.

En 1997, se firmó el acuerdo por el que el Consistorio de Santa Eulària cedía los terrenos de Santa Gertrudis para que la Administración autonómica levantara esta estación depuradora.

En 1997, se firmó el acuerdo por el que el Consistorio de Santa Eulària cedía los terrenos de Santa Gertrudis para que la Administración autonómica levantara esta estación depuradora

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Sin embargo, la planta en seguida se convirtió en un quebradero de cabeza por los constantes hedores que llegaban al centro del pueblo, que se encuentra solo a un par de centenares de metros de distancia. Tras una campaña de denuncias y presión, la Asociación de Vecinos de Santa Gertrudis logró que se clausurara la depuradora en 2013.

Fin de los hedores

Entonces, se pudo aprovechar que el Consell de Ibiza reformaba la carretera de Sant Miquel para construir unas canalizaciones que evacuaran las aguas residuales de esta localidad hasta la depuradora de Vila. Sin embargo, pese a ponerse fin a los malos olores, surgió otro problema cuando la EDAR quedó completamente abandonada en medio del bosque, sin que ninguna Administración se hiciera cargo de ella.

La planta continuó degradándose y convirtiéndose en punto habitual para los botellones, con el consiguiente riesgo de incendios.

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La planta continuó degradándose y convirtiéndose en punto habitual para los botellones, con el consiguiente riesgo de incendios. Finalmente, tras una nueva campaña de quejas vecinales y después de que el Ayuntamiento y la conselleria de Medio Ambiente se reprocharan mutuamente la responsabilidad del derribo, el año pasado las dos partes llegaron a un acuerdo.

Así, Santa Eulària asumía ejecutar el proyecto de demolición de la depuradora, mientras que el Govern balear abonaría la mitad de los costes de desmantelamiento de esta instalación.

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