Un total de 32 de los 67 municipios de las islas experimentaron un descenso del PIB superior al de la media balear (-21,1%) durante el año en que se inició la pandemia, según ha indicado este jueves la Federación de Entidades Locales de Baleares (Felib).

En una nota de prensa, la Felib ha informado de las conclusiones de la sesión de Ágora-Impulsa celebrada este jueves en la Felib, que ha abordado los efectos del covid sobre la estructura productiva regional.

De este modo, entre estos municipios se encuentran 20 de los 53 de Mallorca, 6 de los 8 de Menorca y los 6 que forman parte de las Pitiusas. La marcada concentración de la actividad local en los servicios más afectados por la paralización de la pandemia explica este resultado, al igual que las estructuras más diversificadas tuvieron un recorte inferior al promedio, como es el caso de las capitales insular de Palma y Mahón.

El director de la Fundación Impulsa Baleares, Antoni Riera, ha indicado que la caída del PIB nominal fue de entre el 30 y el 50% de la actividad económica en municipios como Alcúdia, Pollença, Muro o Santa Margalida. "Generalmente, los que ocupan el litoral. Está muy relacionado con su estructura económica, son los más vinculados al turismo y menos diversificados", ha afirmado Riera, quien ha incidido en que "la factura de la COVID no fue homogénea".

Riera ha señalado que el ejercicio 2020 lega una fotografía "atípica, pero muy útil para vislumbrar la importancia de actividades que, en circunstancias normales, quedaría totalmente diluida". Así las cosas, "impulsar el desarrollo de los servicios intensivos en conocimiento, así como la industria con una intensidad tecnológica alta es clave, teniendo en cuenta que las islas se mantienen entre las diez regiones europeas con una menor especialización".

"Esta fotografía nos ayuda a trazar el futuro", ha afirmado Riera, a la vez que ha subrayado que pasa por "la necesidad de avanzar en estructuras económicas más autosuficientes" y así, de cara a un futuro, "hacer frente a nuevos episodios similares a una pandemia o a una guerra".

Se trata, en definitiva, de "aprovechar las bases de conocimiento o industria de alta tecnología por el cambio que necesita Baleares". La radiografía realizada muestra que "aunque parece que no ha cambiado nada, se han acelerado cambios que tardan mucho en suceder. La economía todavía es muy especializada en servicios pero hay una reespecialización dentro del sector. Hay que hacer más sofisticado el turismo, es la forma de sofisticar la estructura económica", ha dado Riera una de las claves para mantener el cambio necesario.

Según el experto, los servicios intensivos en conocimiento se abren paso y es un empuje que no se debe perder en los próximos ejercicios. "Se ha producido un cambio de pesos sectoriales. Ha crecido la agricultura, la construcción y la industria y, por primera vez en 34 años, ha descendido el peso del sector servicios. Igual sienta las bases de una nueva estructura económica y debe aprovecharse", ha concluido.