El vicepresidente del Govern balear, Juan Pedro Yllanes, presentó ayer junto al Muro de la Memoria del Cementerio de Palma el IV Plan de Fosas y Estudios de Memoria Democrática del Govern, que tiene como finalidad completar el mapa de todas las exhumaciones identificadas como viables y acabar los trabajos de intervención en las últimas fosas de la represión franquista. El plan está dotado con 1,2 millones de euros y prevé actuaciones y nuevos estudios en las Pitiusas.
«Queremos acabar la legislatura habiendo intervenido en todas las fosas de las que tenemos evidencias y cumplir así con los Acuerdos de Bellver de no dejar ninguna fosa sin abrir», señaló Yllanes.
Este cuarto plan contempla la exhumación de un mínimo de ocho localizaciones, incluyendo la segunda fase de la intervención en el cementerio de Sant Francesc de Formentera, donde ya se llevó a cabo una primera en marzo de este mismo año.
En este caso, el objetivo es localizar los restos de los 58 prisioneros republicanos, la mayoría extremeños pero también murcianos, que fueron recluido y murieron de hambre y por las pésimas condiciones de reclusión en la Colonia Penitenciaria de la Savina, abierta por el régimen franquista entre 1940 y 1942. El plan también incluye una tercera y última fase de intervención en el cementerio de Son Coletes, en Manacor, y una primera intervención en la Cala de Sant Viçenc, en Pollença (Mallorca).
Estudios históricos
Además, este Plan llevará a cabo cinco estudios históricos más sobre la viabilidad de una serie de fosas catalogadas como «dudosas». Se trata de las posibles fosas de Sant Llorenç de Balàfia (en Ibiza) y del cementerio viejo de Sant Francesc, la Mola y es Pujols (en Formentera).
En estos casos se trata de referencias orales pero la conselleria aseguró que no cesarán en buscar o por lo menos estudiar de forma rigurosa las posibilidades que existen de encontrar los restos de estas víctimas de la represión.
En el caso de la Mola, se trata de la curva de ‘sa Arena’, donde mataron a un vecino de Formentera. Otro fue asesinado de forma cruel en las cercanías del cementerio viejo de Sant Francesc y cinco vecinos más fueron fusilados en la antigua cantera sobre la que se levanta actualmente el Hotel Roca Bella de es Pujols, concretamente bajo su piscina.
