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Las gasolineras de Ibiza facturan un 15% menos que antes del covid

Cada gasolinera adelanta entre 3.500 y 4.000 euros diarios por el descuento aprobado por el Gobierno

Los conductores se lo piensan dos veces antes de llenar el depósito. Vicent Mari

En un verano récord de facturación en todos los sectores económicos, las gasolineras de Ibiza marcan una tendencia contraria. Nunca se había pagado la gasolina tan cara pero, paradójicamente, las estaciones de servicio han reducido sus ingresos.

Así, respecto a 2019, el último año prepandémico, las gasolineras han visto cómo baja su facturación en un 10-15%, según calcula Mariano Matutes, administrador de Carburantes Ibiza, que gestiona ocho gasolineras de la isla. Una caída que para Matutes no es ninguna sorpresa: «Esperábamos este descenso de ingresos por la carestía de precios», admite.

Esta aparente contradicción se explica por el modelo de negocio de las gasolineras: las estaciones de servicio no cobran un tanto por cada euro facturado, sino por litro de combustible vendido. «Nos conviene una gasolina barata porque venderíamos más y tendríamos más beneficios», señala.

El administrador de Carburantes Ibiza admite que el precio influye claramente en los hábitos de consumo del ciudadano medio. Aunque no ha elaborado un estudio detallado, sí hay algunas tendencias que se repiten: «A principios de mes, cuando la gente ha cobrado, se pone mucha más gasolina que a finales de mes. Esto sucede siempre».

El grueso del negocio de las gasolineras es el consumidor local, aunque las puntas de ingresos se dan durante los meses de verano. Así, según Matutes, la facturación de las estaciones de servicio en los meses de julio y agosto aumenta en un 50% respecto a los meses de invierno.

Cobro del descuento

Abonar la subvención al consumo de 20 céntimos el litro que aprobó el Gobierno el pasado 1 de abril, con el precio de la gasolina desbocado, se ha convertido en otro dolor de cabeza para los empresarios de las estaciones de servicio. Hay que recordar que esta medida no logró contener los precios, que siguieron escalando hasta alcanzar los 2,142 euros el litro de Super 95 a mediados de junio.

Unos márgenes de beneficios que han recaído en los bolsillos de las petroleras pero no en los de las gasolineras. Este sistema no satisface al administrador de Carburantes Ibiza, que señala que tener que adelantar tanto dinero les genera problemas financieros.

«Hay unas cantidades diarias tremendas de dinero que tenemos que adelantar, y que no nos las abonan hasta mediados del mes siguiente», explica Mariano Matutes. «Hoy [por ayer] estamos a día 13 de julio y todavía no hemos cobrado lo del mes de junio».

Matutes señala que el día 3 de cada mes envían a través de la Sede Electrónica de la Agencia Estatal de Administración Tributaria toda la documentación sobre las cantidades abonadas por el descuento, y que el pago se realiza «a veces en una semana, pero otras veces diez o quince días más tarde».

El pasado mes de junio, Carburantes Ibiza, a través de las ocho gasolineras que gestiona, adelantó 930.000 euros que espera cobrar dentro de pocos días. La previsión es que esta cantidad supere el millón de euros durante el mes de julio: «Me da miedo que en agosto tarden más todavía en pagar, porque suele ser un mes en que la Administración va más lenta», y se queja de que «financieramente hablando, tener que adelantar estas cantidades te supone un problema». Calcula que en el mes de junio, cada gasolinera ha adelantado entre 3.500 y 4.000 euros diarios en este concepto.

¿Qué método sería más eficiente para controlar los precios de la gasolina? Matutes apunta que el 40% del precio final de la gasolina que paga el consumidor son impuestos, y el más importante de ellos es el derivado de los biocombustibles. «La ley obliga a las petroleras a aumentar el tanto por ciento de biocarburante [biotenol o biodiésel que se obtiene del maíz y la soja, entre otros] que se mezcla con el carburante normal. Este producto bio tiene una cotización altísima y encarece el precio del litro».

Matutes también comenta que sería conveniente rebajar el IVA del combustible, pero cuando se le señala que la bajada del IVA en la energía no supuso un ahorro en el precio de la luz, admite con total franqueza: «Es verdad, no sirvió de mucho».

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