Diario de Ibiza

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Transportistas y talleres de Ibiza, asfixiados por la falta de suministros y personal

Piezas que se recibían en dos días tardan el triple y otras pueden demorarse hasta dos meses

Un operario trabaja en el taller mecánico de Grupauto. Toni Escobar

En una isla en la que no es sencillo moverse con transporte público, para un particular no es lo mismo tener el coche un día en el taller que tenerlo toda una semana. Pero para una empresa de transportes, además, también supone perder mucho dinero. «Ahora mismo tenemos tres vehículos de nuestra flota parados», explica Emilio Díaz, CEO de la compañía de transporte Dipesa Group. «Cuando un embrague tarda uno o dos meses en llegar, eso supone tener todo ese tiempo el vehículo parado», advierte.

Una situación que conoce perfectamente David, trabajador de Mecánica Nemáticos Cecauto, y por la que le ha tocado recibir muchas quejas: «Piezas que antes nos llegaban al día siguiente ahora tardan tres y cuatro días, y claro, los clientes se enfadan».

«Material que antes llegaba en dos días ahora tarda seis. Y cosas como un portón o una transmisión pueden tardar un mes o un mes y pico», explica Francisco de la Cruz, gerente de Grupauto y vicepresidente de la Asociación de Talleres Libres, Recambios y Afines de Ibiza y Formentera, vinculada a la Pimeef: «Una aleta de un coche nuevo, un Kia, nos ha llevado un mes y medio en localizarla, y no hablemos de los componentes electrónicos que vienen de China o de India. Un módulo de centralita para airbag puede demorarse dos o tres meses».

Una situación, a más pequeña escala, que también han notado en Autoservicio Rafael, que trabaja sobre todo con neumáticos: «De algunas medidas no hay disponibilidad», confirman desde la dirección de la empresa, «el poco material que hay se usa para productos de primera marca. En cambio, los productos de marca económica escasean».

Cadenas de suministro

Las causas de este desbarajuste son variadas: algunas están provocadas por el actual contexto mundial y tienen un largo recorrido, y otras se explican por la realidad isleña. «Las cadenas de distribución mundial se han roto», comenta el CEO de Dipesa Group, «pero ahora ya no se trata de que falten aparatos eléctricos y chips que vienen de China, o de productos que vengan de Ucrania. Es algo más global».

Otro de los motivos es la falta de personal, especializado o no. Un déficit que afecta a todos los sectores económicos, y no solo a la hostelería y la restauración. «Con el pico de trabajo que hay en verano en Ibiza habría que dar un servicio de 24 horas, y ahora esto es imposible», explica Francisco de la Cruz. «Muchos talleres mecánicos de la isla trabajan jornadas intensivas y por la tarde cierran. No hay personal para atenderlo todo».

«No nos alcanza con los que somos», admiten desde Autoservicio Rafael, donde reconocen que algunos días no descuelgan el teléfono y renuncian a recibir más encargos: «En mayo se nos fue un mecánico y no lo hemos podido sustituir. Hemos tenido que reorganizarnos y sacar el trabajo con los que somos, pero cogemos menos citas».

La falta de personal afecta de maneras muy diversas, como explica David, trabajador de Cecauto: «Antes llamabas a la empresa de suministros y te atendían enseguida, pero ahora no. Donde antes había tres telefonistas ahora solo hay uno».

Desde Pimeef también se señala como problema grave la falta de suelo industrial: «No hay espacio para almacenar producto, no podemos tener estocaje y eso te obliga a vivir al día».

«No hay ni una maldita parcela libre de suelo industrial», asegura el empresario Emilio Díaz, que señala otro ejemplo cotidiano de lo que supone trabajar en una isla pequeña: «Solo hay dos lugares para hacer el montaje y el equilibrado de un autocar, y ya no te lo pueden hacer de un día para otro, hay que esperar varios días. Eso implica tener el vehículo parado y perder dinero», lamenta.

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