Es domingo por la mañana y el paseo de la playa de ses Figueretes está tranquilo. Bañistas en el mar, gente haciendo deporte y turistas en las terrazas que disfrutan del desayuno y del sol de julio. Mientras tanto, los comercios y negocios de la zona están abiertos y trabajando sin parar para atender a los turistas. «Respecto a 2019, hay un repunte de reservas bestial. Estamos completos, tenemos una ocupación de un 96-97 por ciento hasta mediados de septiembre», explica Marián Cabello, desde detrás de la recepción del Hotel Figueretes. «En lo que llevamos de temporada ya hemos superado los niveles de 2019», añade.
«El año pasado teníamos una ocupación a semana vista, es decir, que la gente reservaba con una semana y media de antelación como mucho. Ahora, desde mayo, ya teníamos prácticamente completos los meses de julio y agosto», declara Cabello con alegría.
«Parece que estamos en agosto ya», indica una de las camareras de Es Xiringuito Figueretas, Maria Lara Álvarez. «El boom del covid se está notando, parece que la gente quiere recuperar estos dos años perdidos», asegura. Según Álvarez, cree que el negocio puede llegar a los niveles de ocupación turística de 2019 e, incluso, sobrepasarlos: «La gente tiene muchas ganas de disfrutar de la isla otra vez».
La mayoría de turistas de la zona de ses Figueretes son extranjeros: en orden, holandeses, alemanes e italianos. «El 15% de la clientela sería gente local, ingleses y americanos los que menos», calcula la camarera. «Tenemos un buen equipo y estamos sacando una carta súper guay. Falta de personal no hay, el problema es el alojamiento en Ibiza», afirma Álvarez.
«La temporada más dura»
En esta línea coincide el manager del restaurante Blavós, Juan Carlos Sismonde: «La verdad es que esta temporada posiblemente esté siendo la más dura de todas. La falta de personal y de profesionales nos está crispando bastante. Trabajamos mucho y no hay manera de encontrar el personal que necesitamos».
El principal problema de esta falta de trabajadores es el encarecimiento del alojamiento en la isla, ya que, según opina Sismonde, «ofrecemos muy buenos salarios y bastante competentes. Creo que nadie de la península podría compararse con los sueldos que tenemos, pero la falta de alojamiento y que el poco que hay esté tan caro dificulta un 90-95% el que la gente quiera venir a trabajar».
Este trabajador piensa que los meses de julio y agosto van a ser «caóticos» por este motivo. «Ganas de trabajar hay, pero va a ser muy duro. La isla está llena, volveremos a los niveles de 2018 ó 2019, incluso los superaremos, pero, ¿a qué precio? A que seamos menos y trabajemos el doble», comenta exhausto. «No va a ser fácil», concluye.
«La temporada está siendo más o menos igual que antes de la pandemia, aunque un poco más floja», reflexiona el propietario del Supermarket Souvenir Plaza, Vicent Riera. «Los cruceros nos están salvando mucho la temporada porque se nota mucho cuando vienen», indica.
Un factor que Riera ha notado que ha cambiado en la zona es la «gente de calidad»: «Ahora la gente joven tira más a las discotecas y durante el día solo hay gente mayor en la playa».
«No creo que lleguemos a los niveles de antes de la pandemia», expresa el propietario de la tienda, «estamos empezando poco a poco. Este año hemos ganado positivamente que los hoteles de toda esta zona han abierto, pero de aquí a que vuelva a ser como antes creo que tardaremos un poco».
El mecánico de Maxi Rent a car, Roger Torres, también indica que la temporada «ahora ha bajado bastante y que julio ha empezado flojito», pero piensa que podrían llegar a tener la misma ocupación que hace dos años.
