El traslado de la sede del juzgado de lo Social de Ibiza, situada hasta ahora en la primera planta de un inmueble de la calle Gaspar Puig, al edificio Cetis, se inició el pasado viernes y se prolongará durante al menos una semana.
El viernes, la oficina presentaba una imagen inusual, con cajas desperdigadas por el suelo y con una sensación de caos que nada tiene que ver con la actividad judicial, que se desempeña igual a pesar del traslado.
A partir del lunes se iniciará el transporte de todo el mobiliario para luego iniciar los trabajos de acondicionamiento de las nuevas instalaciones del cuarto piso de la torre siete del Cetis, precisamente las dependencias que ocupaba hasta hace poco la Fiscalía, trasladada ya a la nueva sede judicial de la plaza de Sa Graduada.
El caso del juzgado de lo Social era cuando menos curioso; la única dependencia judicial que no estaba ni en la sede (tanto en la antigua, que se incendió de manera premeditada en enero de 2019, como en la nueva, abierta en diciembre del mismo año) ni en el edificio del Cetis, donde ya están desde hace tiempo los juzgados de instrucción y de Familia y el Registro Civil.
Las obras que faltan en la nueva sede judicial tendrán que esperar
A principios del pasado septiembre, la ministra de Justicia, Pilar Llop, anunció en su primera visita a Ibiza que se prevé que en 2023 concluyan las obras de adecuación del nuevo edificio de Sa Graduada para concentrar todos los juzgados de la isla.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), Carlos Gómez, que acompañó a la ministra en esa visita a la sede judicial de Ibiza, aseguró que queda pendiente de ejecución el 40% de las obras, aunque puntualizó que se trata de actuaciones interiores, como divisiones, en una de las alas del nuevo edificio.
La nueva sede judicial se abrió al público en diciembre de 2019 con el funcionamiento de los juzgados de lo Penal, de Instrucción y Violencia contra la Mujer.
