Cáritas Diocesana tiene previsto poner en marcha a principios del año que viene una empresa de inserción laboral para gestionar la recogida de la ropa usada y su venta en la tienda que abrió en diciembre pasado en la calle Aragón. La entidad cuenta con 150 contenedores repartidos por toda la isla de Ibiza, donde el año pasado se depositaron 360 toneladas de prendas de segunda mano, una cifra por debajo de las 450 que se llegaban a registrar en los años previos a la pandemia.
En estos momentos, la gestión de la ropa que llega a Cáritas se lleva a cabo a través de becas del programa de formación laboral ‘A tot drap’. Con la futura empresa, se prevé contratar «al menos tres personas inicialmente» con contratos de dos años de inserción, con el objetivo de que después estos trabajadores puedan integrarse plenamente en el mercado laboral, según explicó el coordinador de Cáritas en Ibiza, Gustavo Gómez.
Gestor de residuos
No obstante, el objetivo final que se plantea con esta iniciativa es llegar a hacerse cargo de la recogida de ropa en toda la isla a partir de 2024, cuando se prevé que entre en vigor la nueva normativa europea por la que estas prendas deberán pasar a gestionarse como un residuo más. «Será como el cristal o los envases, de manera que no deberán llegar al vertedero, sino depositarse en su contenedor correspondiente», precisó Gómez.
«Ya estamos en conversaciones con los ayuntamientos, porque ellos nos podrían subcontratar esta gestión", avanzó Gómez. De hecho, Cáritas ya cuenta con la autorización que le habilita como gestor de residuos y, lo más importante, ya dispone una parte de la infraestructura necesaria con sus contenedores distribuidos por toda la isla.
Además de recuperar el volumen de ropa previo a la pandemia, una vez que se ha reactivado la actividad económica, Gómez confía en que la cantidad recogida sea aún mucho mayor. «Se multiplicará exponencialmente cuando salga la ley y pueda multarse la mala gestión de estos residuos».
El 80% de los usuarios de los servicios de inserción laboral de Cáritas solo contaba con estudios primarios
Además de esta gran apuesta a corto plazo, Cáritas ha puesto énfasis durante la crisis del covid en sus programas de formación y educación para facilitar el acceso al mercado laboral. Así, hasta un 80% de sus usuarios solamente contaban con la enseñanza obligatoria, pero también han atendido a «gente sin formación reglada o sin alfabetizar».
Además, el año pasado, a causa de la crisis, un 4% de los usuarios de los servicios de ayuda al empleo de Cáritas contaba con FP superior o estudios universitarios, el doble que en los años anteriores.
