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El hospital de Ibiza, sin radioterapia durante tres días tras una avería causada por microcortes de luz

La semana pasada también suspendió la actividad de lunes a miércoles por una revisión

Imagen de archivo del aparato de radioterapia del Hospital Can Misses. Vicent Marí

«Tengo programado un tratamiento de quince sesiones de radioterapia. Éstas ya empezaron con retraso porque la máquina se estropeó y tenían que arreglarla. Así, empecé el tratamiento el pasado jueves pensando ‘qué bien, con la máquina arreglada y revisada, no habrá problemas’ ¡Pobre inocente! ¡La máquina vuelve a estar estropeada!». Es el mensaje con el que una paciente del servicio de Radioterapia del Hospital Can Misses, gestionado por Clínica Juaneda, alertaba esta semana de que el aparato, que ya sufrió una avería recientemente, volvía a estar estropeado.

El Área de Salud de Ibiza y Formentera confirmaba ayer por la mañana que, efectivamente, el acelerador de partículas no ha funcionado durante tres días. Desde el lunes hasta ayer a las doce y media, cuando volvía a estar operativo. Según detallaron desde el hospital ibicenco, el lunes a media mañana se produjo una serie de «microcortes» en el suministro de electricidad que afectaron al aparato.

En este sentido, explicaron que se trata de una máquina especialmente «sensible», ya que las interrupciones en el suministro, de apenas unos segundos cada una, no afectaron a otros aparatos tecnológicos del hospital. Cada vez que se apagaba, el acelerador de partículas se reiniciaba, lo que causó daños en una de las piezas. Esto obligó a suspender las sesiones de radioterapia previstas para el resto de la jornada del lunes y también las del martes.

El mismo lunes se desplazó a Ibiza un ingeniero del servicio técnico de la máquina de radioterapia quien, junto a la casa comercial del aparato, realizó un diagnóstico remoto. En estas comprobaciones, los expertos descubrieron que era necesario cambiar una pieza, reparación que comenzó ayer por la mañana. Tras asegurarse de que la máquina de radioterapia funcionaba perfectamente, poco después de las doce y media del mediodía se retomaba la actividad del servicio con siete pacientes.

«Se ha citado primero a los casos prioritarios», detalló la dirección del hospital, que lamentó la «intranquilidad» que causa en los usuarios de este servicio «cualquier incidencia», dada su situación personal y la preocupación que sienten por su salud.

La semana pasada, la máquina también estuvo sin funcionar entre el lunes y el miércoles, aunque en esa ocasión se trataba de «una parada técnica» que se realiza cada seis meses para revisar el acelerador de partículas. De esta interrupción en el servicio ya avisó la gerencia del Área de Salud pitiusa hace unas semanas, a mediados de mayo, cuando los pacientes denunciaron la cancelación de citas, algo que se debía a otra avería. En aquella ocasión el motivo de la interrupción del servicio fue una serie de incidencias que daban error en la máquina.

«Este hecho nos provoca un constante trastorno y una preocupación diaria, ya que nunca podemos llegar a ver el final de esta dura enfermedad, ni mucho menos incorporarnos de nuevo a nuestra vida normal», continúa la crítica de una de las pacientes afectadas por las cancelaciones de las sesiones de radioterapia.

«Cada día de retraso es un día perdido. Y los pacientes con cáncer no estamos para perderlos, sino todo lo contrario queremos recuperar nuestras alas lo antes posible», afirma la enferma, que detalla que, en su caso, de las tres sesiones que debería llevar ya, únicamente se ha sometido a dos. «Y con retraso», matiza la mujer, que explica que desconoce cuándo finalizará su tratamiento que, en principio, estaba programado «para quince días consecutivos». «Ahora ya no sé si se prolongará durante 20, 30 o 40 días. Y la verdad es que tengo una vida que recuperar», concluye la paciente de Oncología.

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