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La concesionaria de la estación de autobuses de Ibiza exige a las compañías una deuda de 1,4 millones de euros

Voramar el Gaucho discrepa de que haya que pagar la tasa dos veces por cada entrada en el Cetis

Un autobús sale del interior de la estación de la ciudad de Eivissa, en el barrio de sa Colomina. | J. A. RIERA

La Sociedad Gestora Cetis, concesionaria de la estación de autobuses de la ciudad de Ibiza, reclama a las compañías el pago de una deuda de 1,4 millones de euros de las tasas por el uso de la terminal. Desde que el Cetis reabrió sus puertas en marzo de 2019, la concesionaria sólo ha cobrado la tasas (por entrada y salida de los autobuses de la terminal, incluso por el uso de las paradas del exterior, en la calle, y por el número de pasajeros) de ese primer año. Luego, sólo han pagado las compañías Herederos de Francisco Vilás y Autobuses San Antonio, que pertenecen al grupo Sagalés, concesionario del Cetis.

Un autobús de la línea de Sant Josep hace su parada en el interior del Cetis. | J. A. RIERA

Por ello, la concesionaria reclama a Voramar el Gaucho, del grupo Alsa, el pago de facturas por valor de un millón de euros correspondientes al uso de la estación desde 2020 hasta este año, más 384.000 euros de 2013 por los meses en que la terminal estuvo operativa hasta que fue cerrada por mandato judicial. Voramar el Gaucho es la compañía de la isla que tiene una mayor actividad. La deuda de Lucas Costa se sitúa en 32.000 euros, según explica una representante de la Sociedad Gestora Cetis, que destaca que la situación ya es «insostenible» y que se ven obligados a «dar un paso más».

El problema estriba en que Voramar el Gaucho no está de acuerdo con las facturas que presenta la concesionaria del Cetis porque le obliga a pagar la tasa por cada entrada y salida de la estación (también de las paradas del exterior), con un coste por cada movimiento de 3,74 euros más IVA. Sin embargo, la compañía interpreta que es «absurdo» cobrar dos veces por el «mismo movimiento». «Los autobuses no se quedan ahí», justifica el portavoz de Voramar el Gaucho, José María Cardona, que insiste en el elevado coste del Cetis. «Es una barbaridad. No hay una estación que cobre estas tarifas», critica.

Además, esta empresa no reconoce la deuda de 2013 porque, recuerda Cardona, la entrada forzada por el Ayuntamiento de Ibiza a la estación fue declarada nula por los tribunales. «Quedó sin efecto la entrada y las obligaciones derivadas», argumenta.

El Consell no responde

La compañía envía las facturas al Consell para que las valide (las de 2019 sí contaban con su visto bueno, explica Cardona), pero la institución no responde. Tampoco lo hace a este diario al preguntar si piensa hacer la liquidación que pide Voramar el Gaucho, y se limita a decir que las compañías pueden pagar las facturas a la concesionaria del Cetis y que el Consell les devolverá luego la cuantía.

Hay que tener en cuenta que, para reabrir el Cetis en marzo de 2019, el Consell acordó en un pleno que asumiría temporalmente (al menos hasta la nueva licitación de las concesiones de autobuses) el coste que deben soportar las compañías de autobuses por el uso del Cetis, en torno a un millón de euros anuales.

El Consell todavía debe a Voramar las facturas de 2019

El Consell tiene la obligación de pagar a las compañías el coste del uso del Cetis, pero aún debe las facturas de 2019 que sí abonó Voramar el Gaucho y que ascienden a 480.000 euros. La institución también ha abonado a Herederos de Francisco Vilás y Autobuses San Antonio, del grupo Sagalés, los costes del Cetis hasta julio de 2021. Una portavoz del Consell afirma que el pago de la deuda con Voramar el Gaucho será «inminente» y que el largo retraso no se debe a la falta de presupuesto sino a que «se acordó con las empresas dar prioridad a otros pagos».

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