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Patrimonio hídrico en Ibiza: Sa Fontassa recupera su caudal

Dos campañas de desbrozamiento han vuelto a sacar a la luz el complejo sistema de regadío que los vecinos comparan con Buscastell

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Sa Fontassa recupera su caudal Vicent Marí

Hacía décadas que los vecinos de Santa Gertrudis no veían el agua brotar de sa Fontassa, como sucede desde hace dos meses. Y no es que, en estos años, no haya recuperado su caudal tras la época de lluvias. Simplemente, la fuente y toda el área colindante estaban ocultas por la vegetación, al igual que un complejo sistema de regadío que ahora sorprende a todos los visitantes.

La presión vecinal ha logrado que, en los dos últimos años, se hayan llevado a cabo sendas campañas de desbrozamiento para evaluar la protección de sa Fontassa y su sistema de regadío como Bien de Interés Cultural (BIC). Para ello, el Consell encargó un estudio al historiador Antoni Ferrer Abárzuza, con el que recopilar todos los valores técnicos e históricos de cara a su dictamen.

Los vecinos proponen que se llegue a un acuerdo con la propiedad para su cesión o alquiler como espacio de uso público

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Todo este conjunto patrimonial se encuentra en una finca privada. Por ello, la Asociación de Vecinos de Santa Gertrudis propone que se llegue a un acuerdo con la propiedad para su cesión o alquiler como espacio de uso público. «Es un sistema tan importante como el de es Broll de Buscastell, así que valdría la pena que se limpiara todo el torrente para recuperar la zona. Pero si luego no hay un mantenimiento, sería un trabajo perdido», señala el presidente de la asociación, Joan Tur.

Redescubrimiento

Tras las primeras reclamaciones vecinales, a finales de 2020, el Ayuntamiento de Santa Eulària desbrozó una parte del torrente de Fruitera junto a un camino frecuentado por los vecinos en sus paseos, junto a un puente de piedra. Esos trabajos sacaron a la luz un arco, estrecho y apuntado, que forma la bóveda de la fuente.

A pocos metros, también se destapó el safareig de sa Fontassa de baix, a los pies de la vieja depuradora de Santa Gertrudis [el centro del pueblo queda a 300 metros en dirección nordeste]. Este safareig inicia la primera de un entramado de siete balsas, alimentadas por el mismo caudal, que formaban el sistema de regadío de otros tantos tantos huertos.

Así Ca na Pujoleta, Cas Ferrer, es Canal des Mossènyer, Can García y Cal Vicari daban continuidad a este complejo hídrico antes de llegar al safareig de Fruitera. De allí, el caudal se pasaba al canal de Fruitera, que confluye en el torrente de sa Llavanera hasta desembocar en la bahía de Vila.

Algunos de los vecinos que impulsan la campaña de recuperación de sa Fontassa aprendieron a nadar en estas balsas de regadío a principios de los años cincuenta, cuando la actividad agrícola aún mantenía viva la zona. Incluso, aún recuerdan los bofetones del maestro que les descubrió zambulléndose allí en horario lectivo.

Nuevo desbroce

Tras las labores de limpieza del Ayuntamiento, el Consell emprendió una segunda campaña de desbrozado en octubre del año pasado. Ahora, es aún más visible el entramado de acequias, regadoras y muros de piedra que encauzaban el caudal del torrente, así como un entramado de caminos y una caseta de trabajo de los majorals de la finca de sa Fontassa, que en su tiempo se consideraba una de las más ricas de la isla.

«No habíamos visto sa Fontassa tal y como está ahora, por eso hemos venido a visitarlo, aunque algunos del grupo sí que lo habían llegado a ver de pequeños», comenta Pep Serra. Él es uno de los organizadores de las excursiones de la asociación de alumnos de la Universitat Oberta per a Majors de la UIB, con las que ya han recorrido buena parte de los elementos hidráulicos de Ibiza, («unos 50 o 70», calcula).

Tras ser informados de que volvía a discurrir agua por sa Fontassa, tenían claro que debían incluirla esta ruta en sus siguientes actividades prácticas. Da la casualidad de que, entre la veintena de excursionistas, se encuentra Josep Joan i Marí, Pep Xomeu, que escribió ‘Santa Gertrudis de Fruitera, Vendes, Pous i Fonts’.

Buena parte de los vecinos de Santa Gertrudis ubicaba erróneamente sa Fontassa junto a un puente de piedra

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Xomeu lleva un ejemplar de su obra durante el recorrido y muestra una página con una foto del puente que ahora están contemplando. En la imagen aparece un conducto debajo de un muro de piedra y un pie de foto que lo identifica como «sa Fontassa».

«La gente que me acompañó creía que sa Fontassa era esto», confiesa. Una vez publicado el libro, Toni Fontasser, un vecino de la zona, indicó a Xomeu que la información era incorrecta. La verdadera Fontassa llevaba tanto tiempo oculta que la mayoría del pueblo no recordaba su paradero.

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