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Marina Sánchez-Sierra: «Ibiza es un ejemplo de cómo un trabajo no es suficiente para evitar la exclusión social»

Cáritas prepara un informe sobre las personas sin hogar, centrado particularmente en las mujeres | La pandemia ha aumentado el número de mujeres jóvenes sin hogar en la isla

Marina Sánchez-Sierra y María Santos junto al padre Pedro Miguel Ramírez, ayer en la residencia de Can Pep Xico. | VICENT MARÍ

«En Ibiza se está viendo de forma manifiesta cómo puedes tener un trabajo bien pagado y que no te asegure el acceso a una vivienda. Esta isla es un ejemplo paradigmático de cómo el empleo ya no es un mecanismo suficiente de integración social, lo que puede arrastrar a la exclusión» afirma Marina Sánchez-Sierra, socióloga y encargada de realizar el estudio sobre la pobreza en la isla para Cáritas, que ayer participó en una reunión en la residencia de Can Pep Xico junto a otros integrantes de la entidad de la Iglesia.

Junto a María Santos, responsable de Cáritas de personas sin hogar, y Patricia Ortega, encargada del enlace entre Cáritas España y las diferentes confederaciones diocesales, forman parte del equipo que está recabando la información para este informe sobre la pobreza en Ibiza y Formentera. La idea de este estudio surge después de que se haya detectado un aumento del número de mujeres en situación de pobreza extrema en las Pitiusas, un escenario que se ha acentuado por culpa de la pandemia: «A raíz de la pandemia, se detecta que está habiendo un aumento de mujeres que necesitan un acompañamiento porque se encuentran sin hogar», explica María Santos. Además, la socióloga añade que «la pandemia ha puesto en evidencia este sistema en el que los pobres son cada vez más pobres y los ricos son cada vez más ricos. Esto en Ibiza se nota mucho más que en otros lugares », comenta.

La visibilización de los problemas que sufre la mujer es uno de los principales motivos de la realización de este estudio: «Siempre que se ha hablado de personas en situación de sin hogar, se ha asociado al hombre, obviando en muchas ocasiones a la mujer. El planteamiento es que pueden existir diferentes necesidades en las mujeres que no tienen hogar con respecto a los hombres. A partir de ahí, hay que conocer cuáles son sus necesidades, pero también qué riesgos puede haber que impliquen este mayor riesgo de caer en la exclusión social de ellas. Queremos ver si existe una vulneración de derechos por un lado, y por el otro tomar conciencia de qué derechos están siendo vulnerados», detalla.

«La pandemia ha puesto en evidencia un sistema en el que los pobres son cada vez más pobres y los ricos son cada vez más ricos»

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María Santos forma parte del equipo de inclusión de Cáritas. Para ella «en Ibiza hay un riesgo clarísimo de exclusión residencial», sobre todo en el caso de las mujeres. «La sensación de que ha habido un aumento de mujeres en la calle es claro. Tenemos una red y un entorno muy agotado. Llevamos desde la crisis del 2008 arrastrando situaciones que no han mejorado ni han vuelto a niveles previos a esa primera crisis», lamenta Santos. «Esto que pasa en Ibiza se explica por que aquí es mucho más visible el problema. El tema de la vivienda es algo tremendamente llamativo», afirma en referencia a los elevadísimos precios de los alquileres en la isla.

Patricia Ortega, que forma parte del equipo de desarrollo institucional, confiesa haberse sentido en shock después de ver las desigualdades existentes en la isla: «En Ibiza notamos que si miras para un lado puedes ver una realidad, pero si miras justo al otro lado puedes ver otra totalmente opuesta. Para nosotras ha sido un shock encontrar esto en la isla. Somos todos responsables de esto. Nuestra metodología en Cáritas se basa en ver, juzgar y actuar. Ver la realidad no desde mis ojos, sino desde los ojos de las otras personas. Seguimos una línea común, con una mirada común confederal de acuerdo a las realidades de los distintos territorios», subraya Patricia Ortega.

Para las encargadas del estudio, las cifras no son lo importante: «Los resultados del estudio no nos van a hablar de números ni de porcentajes, sino de sentimientos, emociones y acontecimientos en la vida de estas mujeres que nos ayuden a entender cómo viven su propia situación. Esto es algo que a la ciudadanía normalizada le queda muy lejos. Tenemos que ver el mundo desde sus ojos, acercarnos y comprender. A veces tendemos a crearnos una imagen de lo que son las cosas. En la investigación se trabaja mucho desde la curiosidad y no se juzga nada», concluye Marina Sánchez Sierra.

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