Diario de Ibiza

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Entrevista
Alicia Reina Escandell Presidenta balear de la Asociación Española de Directores de Hoteles

Alicia Reina Escandell, presidenta balear de la Asociación Española de Directores de Hoteles: «Los hoteleros de Ibiza necesitamos que nos apoyen, no que nos traten como a villanos»

«En la Federación Empresarial Hotelera pitiusa han tomado una estrategia diferente a la mía, pero creo que es complementaria. Prefieren ser más discretos, cosa que sinceramente respeto»

La hotelera preside la Asociación Española de Directores de Hoteles de Balears. | VICENT MARÍ

Recibe a la entrada y mientras caminan hacia la cafetería, el redactor le indica que hay una abeja muerta en el suelo. Es hija de hoteleros, aferrada a su negocio, que cuida hasta estos mínimos detalles. Su currículo es muy extenso: es licenciada en Derecho y doctora en Turismo por la UIB, además de abogada en ejercicio; máster en Gestión Turística por la UIB; es consejera de Isba, profesora asociada en MTA en la UIB; delegada en Ibiza de la Asociación Española de Directores de Hotel y presidenta de la AEDH Balears, y dirige Migjorn Ibiza Suites, un hotel situado en Platja d’en Bossa que ha reconvertido totalmente y donde se desarrolla la entrevista.

Hace dos años, cuando Es Diari la entrevistó, dijo que uno de los objetivos primordiales de la AEDH no era hacer ruido, sino defender al sector desde la discreción. Ruido no sé, pero ha defendido a los hoteleros con mucha energía, no ha tenido pelos en la lengua y parece que se ha creado bastantes enemigos en los últimos meses.

He recibido el apoyo de los compañeros hoteleros. Nuestro objetivo no era crearnos enemigos, sino ser útiles a los intereses del sector al que defendemos y mostrar el sentir mayoritario del mismo. La pasividad no es buena, porque los problemas no se arreglan solos. Lo que perjudica al sector y es injusto, hay que ponerlo de manifiesto. El problema es que, a veces, la discrepancia no es bien recibida y es fácil recibir críticas. En mi caso, como empresaria, lo fácil sería callarme, pero hay veces que hay que arriesgarse a decir lo que uno piensa como profesional. Merece la pena arriesgar si se logra que se escuche la voz de los pequeños hoteleros, de los directores de hotel y del sector en general. Quería haber sido discreta…pero… las circunstancias no me lo han permitido.

La pasividad no es buena, porque los problemas no se arreglan solos. Lo que perjudica al sector y es injusto, hay que ponerlo de manifiesto

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Se ha visto forzada a hablar…

Sí, porque he visto que había medidas injustas que eran aplicadas sin que fuera el momento, ni la forma, ni el contenido adecuados. La discrepancia a veces no es bienvenida, pero una sociedad democrática sana debe permitir que exista dicha discrepancia y la libre expresión de las ideas y posiciones.

Le vuelvo a repetir una pregunta de aquella primera entrevista: ¿cuántos asociados tiene AEDH en la isla? Se lo pregunto porque desde algunas instancias consideran que su asociación no es representativa.

Cuando llegué al puesto de delegada de la AEDH en Ibiza, éramos 30 asociados en Balears. A día de hoy, ya somos 127 y vamos creciendo, gracias a la labor conjunta de mi equipo directivo. En el ámbito nacional somos más de 1.350 asociados y vamos también en aumento. Nuestra representación va creciendo. Mantenemos contacto directo con los asociados, que nos trasladan sus opiniones. Me gusta escuchar qué necesidades tienen. Y eso lo agradecen. Ven que nos dejamos la piel por ellos, y que, sin necesidad, pones en riesgo muchas cosas intentando defender los intereses generales de tus asociados.

¿AEDH es una asociación de hoteleros o de directores de hoteles?

La AEDH está constituida por directores y directivos de hoteles. En su mayoría son pequeños hoteles en los que coincide que el director es también propietario y gestor, como yo.

Usted forma parte de la Federación Empresarial Hotelera de las Pitiusas. ¿Está de acuerdo con cómo defiende esa patronal al sector?

Formo parte de la federación desde que empecé a llevar la dirección de Migjorn Ibiza Suites, y estoy orgullosa de formar parte de ella. Seguiré en ella porque creo que es importante que estemos unidos y exista corporativismo. La Federación ha sido útil. Nos informa de todas las normativas turísticas y, en mi caso, creo que esto es de gran utilidad. Ellos han tomado una decisión de cómo deben defender al sector. Es una estrategia diferente a la mía, pero creo que es complementaria. Prefieren ser más discretos, cosa que sinceramente respeto.

Uno de sus campos de batalla en los últimos meses ha sido la introducción de un nuevo valor de referencia de catastro como base imponible del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, y del de Sucesiones y Donaciones. Lo define como un expolio.

Así es. No se puede definir de otra forma. Nos afecta muchísimo. Imaginémonos un pequeño hotel de una familia ibicenca que tiene que, como es lógico, pasar a manos de los herederos del causante de la herencia. Cuando haya que heredar, el valor sobre el que se tribute no será el de toda la vida, el catastral, sino que entrará en juego la inflación que provocan los fondos de inversión que compran hoteles como el tuyo, que hacen que suba el precio. Esa será la base imponible sobre la que se calcule el tributo. Supondrá un incremento exponencial de ese impuesto. La Ley prevé que el valor de referencia lo fijará, discrecionalmente, el Catastro, a partir del análisis de precios de las ventas que se hayan realizado ante notario. La carga de la prueba, en caso de no estar de acuerdo con este valor, recae en el contribuyente, que tendrá que demostrar que el valor de referencia de catastro, respecto a su inmueble, no corresponde con el valor de mercado. Eso hará imposible heredar o transmitir mediante venta bienes que son de ibicencos a manos de ibicencos. Nadie podrá pagar ese impuesto. Y esto va a perjudicar a las pequeñas y medianas empresas hoteleras familiares de las islas, para cuyos descendientes va a ser complicado, por no decir, imposible, poder seguir manteniendo ese patrimonio familiar. Finalmente, todo quedará en manos de fondos de inversión forasters.

¿Tan presentes están los fondos de inversión en las Pitiusas?

Lo están. No soy la única que ha recibido ofertas de todo tipo. Yo sigo con mi negocio y quiero que siga llevándolo un ibicenco. Mis hijos aman la profesión, como yo. Quiero que puedan seguir siendo empresarios kilómetro cero. Eso también es circularidad.

Otro campo de batalla ha sido la Ley Turística. Minuto y resultado, pues no paran de modificarla: ¿qué tiene de bueno y qué de malo?

Los principios sobre los que pivota son muy dignos. El sector ya caminaba en ese sentido: la sostenibilidad, la innovación, el respeto a los derechos laborales… Somos los más interesados en que nuestros equipos estén bien y sanos, que sean felices en el trabajo. Queremos retener el talento. Más implicados en eso no podemos estar. Pero esos principios los traducen en medidas que realmente ahogan a la pequeña empresa. Los planes de circularidad, por ejemplo, nos parecen geniales, pero nos deben dejar implementarlos de una manera más sencilla, mediante una declaración responsable, por ejemplo. Pero nos obligan a hacer una gestión burocrática que ni ellos mismos aún han concretado. Esto, añadido a todos los requisitos y obligaciones legales que ya tenemos, ahogará operativa y económicamente a las pequeñas y medianas empresas. Llevamos dos años muy complicados. También está la cuestión de las instalaciones de las calderas de gasoil o de las camas elevables. Nosotros ya estamos iniciando cambios en este sentido, pero a otro ritmo, teniendo en cuenta la liquidez que vamos teniendo, intentando evitar las tensiones en caja que puedan hacer peligrar la estabilidad de la empresa. Si te obligan a hacerlo a un ritmo que no es el adecuado, peligran muchas empresas, que a lo mejor no podrán implementar todas estas medidas en ese tiempo. Además, el régimen sancionador que prevé la reforma de la Ley Turística es excesivamente elevado e injustificadamente desproporcionado. No hay una relación de proporcionalidad entre la gravedad del hecho punible y la infracción a aplicar.

¿Sigue pensando que las camas elevables son un error?

No sólo lo digo yo, lo dicen las propias camareras de piso y sus representantes sindicales. La ley dice que es para facilitar la limpieza debajo de las camas. No dice que sea para ayudar a la camareras de piso a gestionar mejor el riesgo laboral que supone agacharse a hacer la camas. Las mismas camareras dicen que esa medida tampoco les sirve, pues se carga la zona de los hombros cuando antes se cargaba la zona lumbar. La medida no resuelve lo que pretende resolver. Y encima genera otro problema: es incoherente con la sostenibilidad y la circularidad que promulga. ¿Qué se hará con las camas que se han de retirar? ¿No habrá un plan renove para intentar reciclarlas? Se nos obliga a deshacernos de ellas antes de agotar su vida útil. Generan, asimismo, un problema de tensión de caja a las empresas.

Los políticos no viven en la realidad. No se enfrentan a lo que vemos a diario

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¿Cree que para ajustarse a esa ley caerá alguna empresa? ¿A cuál perjudica más, a la pequeña y mediana o a las grandes?

Algunas empresas deberán cerrar las puertas o vender su negocio al mejor postor. Afecta sobre todo a los pequeños y medianos empresarios, pues hacen inviable seguir con el negocio. Los políticos no viven en la realidad. No se enfrentan a lo que nosotros vemos a diario. Se les ocurren medidas sin pedirnos opinión, sin bajar a tierra, sin ver el esfuerzo que ponemos en la gestión de nuestros negocios. Hay una desconexión de la política respecto a la realidad.

Gabriel Escarrer, CEO de Meliá, parece estar encantado con la ley.

Mi compañero Gabriel Escarrer, al que admiro y respeto, ha de ser discreto y atender al Govern. Pero él mismo, con sus propios hechos, está demostrando que las camas elevables no son una solución a lo que se pretende resolver, si no ya las habría implementado en todos sus hoteles, cuando hasta el momento solo lo ha hecho en un 10%. Los empresarios debemos ser políticamente correctos cuando tratamos con los políticos, salvo cuando vemos que se está perjudicando al sector en el que trabajamos. Una gran empresa tiene más recursos para implementar esas medidas, pero un pequeño o mediano empresario no. Y esto puede provocar que cierre el negocio.

Los hay que acaban de reformarse. Como hayan pagado ya las camas y no sean elevables, menudo palo económico.

La volatilidad, este continuo cambio de medidas, tiene consecuencias muy graves. Cuando reformas un hotel lo haces con una previsión de pagos a cuenta durante varios años. Muchos hoteleros que estaban haciendo reformas antes de la entrada en vigor de la ley, me han comentado que no tenían previstas esas inversiones y que les generan un sobrecoste.

El Govern no contactó conmigo. Yo sí lo intenté de todas las maneras posibles para tender puentes

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¿En algún momento se puso en contacto con usted algún miembro de la conselleria de Turismo balear para negociar o darle a conocer o explicarle el contenido de la Ley Turística?

No. No han contactado directamente conmigo para esto. Yo sí he intentado ponerme en contacto con ellos. De todas las maneras posibles para intentar dialogar con ellos y tender puentes. Lo sigo intentando. Tengo que ser honesta, conmigo y con el sector, y hablar claramente.

El Govern asegura que todo lo consensúa.

Eso dicen, pero los hechos hablan por sí solos. La palabra consenso ha perdido últimamente su significado. Consensuar es facilitar un diálogo transparente con los agentes implicados para que podamos tener voz y voto. Yo creo que aquí no ha habido consenso. Aquí lo que ha habido son medidas que responden a una estrategia política e ideológica.

¿Ha recibido presiones desde el Ejecutivo balear por su oposición a las medidas adoptadas?

No puedo contestar a esta pregunta.

Nada de reducción de plazas hasta dentro de cuatro años. ¿Problema zanjado?

No, el problema no está zanjado, se ha aparcado provisionalmente. Eso no soluciona la cuestión. Dan una patadita para que la pelota vaya un poco más adelante, pero nos la encontraremos. Estamos a tiempo de corregirlo, de sentarnos a hablar y ver qué puede ser útil para este destino y para el sector.

¿Las OTA siguen chupando la sangre de los hoteleros, o ya menos?

La denuncia de la AEDH ante la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia) contra una de las OTA principales sigue su curso, ya que las circunstancias que la motivaron continúan. La reclamación, entre otras cuestiones, pretende denunciar el abuso de posición de dominio en el mercado que ejerce Booking.com al imponer de forma unilateral la cláusula de paridad, de precios y condiciones, que nos afecta muchísimo. Estamos en otras plataformas, pero si no estás en Booking.com no existes para el cliente. El contrato entre la OTA y el hotelero no puede ser una imposición, más si es esa OTA dominante. Así no se garantiza la libre competencia.

Sergestur (Servicios de Gestión Turística) la acaba de incluir entre las 150 personas más influyentes del sector turístico de España. De Ibiza sólo aparecen usted, Abel Matutes, Marc Rahola y Diego Calvo.

En primer lugar, aprovecho para felicitar públicamente a mis compañeros de Ibiza y de Mallorca por este prestigioso galardón. Me lo he tomado con humildad. Agradezco que me hayan colocado en una lista de toda España en la que es muy complicado entrar. Se trata de un reconocimiento nacional que prestigia y valora la labor de los profesionales del sector turístico. Estar entre esos 150 profesionales no es fácil. Por tanto, que cuatro de los nominados sean de Ibiza es una buena noticia para la isla, debe hacer que los ibicencos estemos orgullosos. Algo estamos haciendo bien en Ibiza.

De Mallorca aparecen cuatro, uno de ellos es Gabriel Escarrer, vicepresidente de Meliá. Otra, la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, María Frontera. ¿Qué tal su relación con estos dos empresarios mallorquines?

La relación es de cordialidad con ambos. Son referentes del sector de los que estamos orgullosos. Los respetamos mucho desde AEDH. Sí es cierto que cuando comenté el tema de las camas elevables, Meliá contactó conmigo. Han entendido mi postura y yo, la de ellos.

Hay una continua presión sobre el sector, mientras se deja campar a su anchas a la oferta ilegal. Eso no favorece y provoca que haya una fuga de talento y de empresarios que van a otros sectores

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¿Sigue pensando, como hace dos años, que «falta respeto a un sector que lo ha dado todo»?

Sí. Los hechos hablan por sí solos. Hay una continua presión sobre el sector, mientras se deja campar a su anchas a la oferta ilegal. Eso no favorece y provoca que haya una fuga de talento y de empresarios que van a otros sectores. Hemos dado el callo en situaciones muy complicadas. Hemos sido el sostén económico de la sociedad. Necesitamos que se nos apoye y se nos considere como, entre comillas, héroes de una crisis demoledora. Sobre todo que no se nos trate como a villanos. No lo somos.

Abrió pronto esta temporada, como buena parte del sector, para fidelizar la plantilla. ¿Ha merecido la pena?

Sí. Primero, porque hemos conseguido hacer rentable ese mes anticipado con el que hemos intentado alargar la temporada. Y además nos ha servido para adquirir nuevo talento, formar y hacer una puesta a punto, tanto de personal y equipos como de las instalaciones al grado de excelencia que queremos. Es importante tener un rodaje previo. Si lo dejas todo para el último momento, no paras de apagar incendios. Eso es ser reactivo. Yo prefiero ser previsora. A largo plazo tiene ventajas.

¿Qué cree que se debería hacer para solucionar el problema de la falta de mano de obra cualificada en el sector?

No hay una varita mágica, pero partiendo de una colaboración público-privada, es crucial potenciar en el SOIB una formación cualificada de los ibicencos que continúan en situación de desempleo que vaya muy dirigida a los puestos vacantes que demanda el sector. Si hay vacantes por cubrir, no debería haber desempleados. Además, en general habría que mejorar la calidad de la formación en los puestos más demandados, creando nuevas infraestructuras y mejorando las existentes. Y me preocupa cómo se ve el sector turístico. Debería haber una campaña para que se revalorice y prestigie la industria turística. Mi hija me contó que habían ido a su instituto unas personas enviadas por el Govern para dar una charla sobre turismo, que asimilaban a cemento, construcción…: ‘Y ha calado, mamá, entre mis compañeros. Consideran que el turismo es malo’, me decía. Eso es una semilla que se siembra en las nuevas generaciones. Cada vez hay menos gente que se quiere dedicar al sector. Está estigmatizado. A su vez, sería conveniente crear programas de atracción del talento, yendo a la contratación en origen, a través de programas de captación y formación ajustados a los perfiles demandados. Esto debe ir acompañado de un programa de creación de viviendas sociales para alquiler de temporeros, quizás mediante una fórmula mixta público-privada. Tenemos muchos edificios vacíos en la isla.

Las posturas extremas, teñidas de ideologías políticas, no ayudan a trazar un camino de consenso

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Seguimos sin tener un plan trazado donde quede establecido hacia dónde queremos que avance nuestro modelo turístico. Son sus palabras en un artículo de opinión. ¿Hacia dónde debemos ir?

Hacia el equilibrio. Las posturas extremas, teñidas de ideologías políticas, no ayudan a trazar un camino de consenso. Debería tratarse como una cuestión de Estado, creando un pacto de consenso que defina el modelo turístico. No puede ser que el camino varíe cada vez que hay un nuevo partido político gobernando. Equilibrado significa que no hay que apostar por el turismo de exceso ni por un modelo, inviable, centrado sólo en el ecologismo. Tenemos que llegar a un punto intermedio. Existe. También se debería usar el impuesto turístico de manera muy transparente y destinarlo a paliar los efectos negativos del turismo en el entorno. El cliente debería poder decidir a qué proyectos quiere destinar esa ecotasa. Sería una manera de fidelizarlo, pues vería que su dinero se ha dedicado a lo que deseaba. El ecologismo y el turismo pueden coexistir, pero deben hacerlo de manera inteligente, viable y sostenible económica y medioambientalmente. Sería una campaña de marketing espectacular.

Ni el Consell ni el Ayuntamiento de Sant Antoni ni la Federación Hotelera asistieron a la presentación de la campaña contra el turismo de excesos. ¿A usted la invitaron? ¿Está mal que se diera plantón al embajador y al cónsul?

Afortunadamente, no fui invitada. A mi juicio, el Ayuntamiento de Sant Antoni y la Federación tenían razones para no acudir. Si avisaron (cosa que desconozco) de que no irían por discrepancias con el contenido de la campaña, entiendo que estaban en su derecho de no acudir. Esa campaña se tendría que hacer en origen, no aquí; que la haga el cónsul en su país, que los eduque allí. Y aquí deberíamos poner los medios para que haya seguridad. Su mensaje no motiva: ¿irías a un país donde te advierten de que no vayas solo por la calle? ¿Qué mensaje quieren dar? ¿Por qué se elige darlo en Ibiza, en Sant Antoni, y no en Mallorca? Cuidado cuando la política se mete en las cosas del comer. No queremos turismo de excesos, pero hay que definir qué hay que hacer para que no lo haya.

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