Son cosas que pasan, aunque no le ocurren a todo el mundo.

Cuando Dan E. y Alex S. salieron el pasado viernes por la noche a tomar una cerveza (la célebre pinta) a un pub de su pueblo (Aberdare, en Gales del Sur) se juraron que estarían en casa antes de las 23.30 horas. Quizás les faltó matizar de qué día.

De esta curiosa historia se hace eco Wales Online, donde los jóvenes de algo más de 20 años explican que cuando estaban en el bar de su localidad se empezaron a animar y pensaron que sería una buena idea irse unos días de vacaciones a Magaluf (Mallorca). Ni cortos ni perezosos tomaron un taxi hacia el aeropuerto de Cardiff, previo paso por sus casas para coger algo de dinero, pasaporte y el cargador del móvil. Llegaron al aeródromo de madrugada, donde pudieron comprobar que el vuelo con destino Mallorca iba completo. Pero había otro a Ibiza. Y tenía plazas libres. Así que en torno a las 4 de la mañana ya estaban volando hacia la isla.

Una vez que aterrizaron lo primero que hicieron fue comprarse unos pantalones cortos, tal y como explican al Wales Onlines, y dirigirse a un chiringuito de Sant Antoni. Desde ese momento hasta el domingo fue un 'non stop' de fiesta y diversión. Pero acabó llegando el domingo y era hora de volver a casa. Dan y Alex empezaron a buscar vuelos pero no había ninguno a Cardiff, así que cogieron uno a Londres Stansted.

Una vez concluida la aventura, los dos británicos han asegurado que no se arrepienten y que seguramente lo volverían a hacer, pero deberán pasar unos años.