«Evidentemente, siete meses de espera no es un tiempo adecuado para una cita preferente con un especialista», afirmó ayer la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, en el pleno del Parlament. Éstas fueron las primeras palabras con las que la máxima responsable de la sanidad de las islas contestó a la diputada del PP Isabel Maria Borrás, que le preguntó si el Govern considera «un plazo adecuado» una espera de siete meses para una cita preferente con un especialista.
Gómez le recordó a Borrás los dos últimos años de pandemia con momentos en los que se paralizó la atención sanitaria no urgente y señaló que, de hecho, «aún hay profesionales sanitarios en aislamiento». En este sentido, desde la conselleria matizaron que en el caso del Área de Salud pitiusa el jueves pasado, el último día en que se facilitaron datos, había 16 sanitarios contagiados. La consellera recordó también el «plan de choque» puesto en marcha recientemente y que prevé más de 8.000 pruebas, citas y operaciones extras para reducir las listas de espera.
Borràs acusó a Gómez de haber votado en contra del plan de choque que propuso su partido el año pasado. Además, la acusó de «haber puesto el grito en el cielo» en 2015, momento en el que, aseguró, había mil personas menos a la espera de una operación y 10.000 menos pendientes de una cita con un especialista. «El decreto de garantía de demora ni está ni se le espera», concluyó la popular, poniéndole en bandeja a la consellera un antológico zasca: «Permítame recordarle que el decreto de garantía de demora se lo cargaron ustedes. Y sin ninguna pandemia de por medio».
Gómez animó a Borràs a comparar los datos de listas de espera de 2015 con los de 2019, antes de la pandemia. «Se redujeron a la mitad», defendió Gómez, que aún tuvo tiempo, antes de que se le apagara el micrófono, de acusar al PP de ser «los reyes de los recortes». «No les interesa que vaya bien», concluyó.
