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Medio ambiente en Ibiza: Un estudio del Ministerio y la UE aconseja demoler infraestructuras sobre las playas

La presión urbanística en el frente costero, otra de las amenazas destacadas

Una estructura en una playa balear. D.M.

La petición de la conselleria balear de Medio Ambiente de cerrar tres chiringuitos de la playa de es Trenc para evitar la erosión ha levantado una fuerte polémica en Mallorca. No obstante, no es solo el Govern quien quiere desalojar las infraestructuras sobre los arenales de Balears para preservar la biodiversidad. Un estudio del Ministerio de Transición Ecológica, a través de la Dirección General de Costas, aconseja también demoler o retranquear las construcciones sobre las playas de todas las islas para «eliminar presiones antrópicas sobre el litoral y favorecer la resiliencia natural del sistema costero».

Se trata de la Estrategia de Protección de la Costa de Balears Considerando los Efectos del Cambio Climático. Un trabajo elaborado por Coasta & Marine Union (EUCC), el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, el Sistema de Observación Costero de las Balears (SOCIB) y MedCities, que fue encargado por la Dirección General de Apoyo a las Reformas Estructurales de la Comisión Europea a petición del ministerio de Transición Ecológica.

El estudio elabora 18 propuestas para evitar los efectos nocivos que provoca la erosión del litoral. Entre ellas destaca la demolición o eliminación de las infraestructuras sobre la arena: «El retranqueo y retirada de estructuras costeras consiste en la demolición o realineación hacia tierra de las actuales líneas de defensa y eliminación de rellenos u otras estructuras para la recuperación del espacio de laminación de la inundación costera (espacio que engloba todo el Dominio Público Marítimo Terrestre).

El retroceso controlado de la línea de costa contribuye a la renaturalización de áreas antropizadas y fomenta la disminución de la exposición al desaparecer la sensación de seguridad que acompaña a este tipo de actuaciones y que propicia una ocupación del espacio costero que de otra forma no se produciría en muchos casos».

Además de edificaciones, también contempla otro tipo de infraestructuras como casetas o embarcaderos que ayudan a la desaparición de sedimentos arenosos.

Impactos graves sobre la costa

La Estrategia para la Protección de la Costa de Balears enumera los principales impactos que sufre de forma generalizada el litoral y en especial las playas de las islas. En primer lugar apunta a la afección al medio natural de los fondeos.

Alerta de las numerosas ocupaciones del Dominio Público Marítimo Terrestre en las cuatro islas, si bien en «Mallorca estas ocupaciones destacan por su número y también por su gravedad». La presión urbanística sobre el frente costero es otra de las amenazas detectadas.

Los científicos también enumeran daños a «los sistemas dunares a consecuencia de un uso intenso de las playas», con el consecuente tránsito de personas sobre las dunas y resto de los arenales. Por último, han constatado «erosiones moderadas» en todas las playas naturales con sistema dunar y en algunas playas creadas artificialmente mediante realimentaciones de arena sobre las que no se han realizado aportes de sedimento arenoso para su mantenimiento.

Una de las propuestas más potentes que lanza la Estrategia para evitar la erosión de las playas y retener la marcha de la arena es la construcción de infraestructuras para la estabilización de la costa. En este apartado apunta a levantar «espigones, diques o diques ‘en T’. Estructuras lineales de muy diversas geometrías con alineación perpendicular, paralela u oblicua a la costa, emergidos o sumergidos. Estas estructuras modifican el oleaje que llega a la costa a la vez que alteran el transporte de sedimentos, generando zonas de abrigo en las que se favorece la acumulación de arena».

De igual modo, emplazan a impulsar la regeneración de las dunas recuperando la vegetación y la monitorización de las playas.

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