Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Turismo

Buen preludio de la temporada en la Marina de Ibiza

La mayoría de los negocios de la Marina han tenido buenas ventas esta Semana Santa e incluso algunos aseguran que mejoraron las del año 2019 gracias no sólo a la visita de turistas españoles, sino también de muchos extranjeros

29

La Marina de Ibiza, en Semana Santa J.A. Riera

Albert Cuquet está muy satisfecho, sobre todo tras hacer cuentas y comprobar que en esta Semana Santa vendió «el triple» que en la de 2019. En su tienda, Oliveras (junto al Mercat Vell), tiene ropa «de calidad», muy cara, pese a lo cual sacó mucho género estos días: «No se cortaban a la hora de gastar». Pese a la crisis. Británicos, holandeses, suizos e italianos fueron sus principales clientes. Españoles, pocos, «pero buenos». Está tan «contento» que tiene que calcular si, de seguir así las cosas, tendrá suficiente stock para aguantar toda la temporada o si tendrá que pedir más, una complicación en estos tiempos dados los problemas de distribución, que dice que ya ha padecido.

«Después de estos dos últimos años, la gente tiene ganas de gastar. Este año se nota que quiere disfrutar», comenta Marco, camarero de La Margarita, en el paseo de Vara de Rey, pizzería que tuvo bastante trabajo estos días festivos, en los que atendió a muchos «franceses, alemanes, italianos y españoles». Esa es una de las notas llamativas de esta Semana Santa: el turista español, no ha sido, como en otros años, el predominante en estas fechas. En frente, en Passion, Tomás, uno de los empleados, confirma que el aluvión de gente se produjo «el miércoles y el jueves», para descender el fin de semana.

Lo del miércoles (así como lo sucedido el Domingo de Ramos) tiene una explicación, según Óscar Tur, propietario de Més Prop y Yoguis, dos tiendas de souvenirs de la Marina: los cruceros. Y si coincide con un tiempo de perros, mejor aún. La conjunción astral se dio el miércoles, según Tur, cuando la lluvia apartó a los turistas de las playas y los atrajo a la urbe para hacer shopping: «Fueron unos días muy animados, más que los de la Semana Santa de 2019. Ha ayudado también que estas fiestas cayeran tan tarde», afirma.

«No esperábamos tantos clientes; tuvimos más que otros años pre covid»

decoration

Toni Serra, del bar Can Peixet, también nota que «la gente tiene ganas de salir y de gastar», pero advierte de que, quizás, ahora tenemos la sensación de que llegan más turistas porque hemos pasado dos años en que apenas los vimos. Sí que ha notado más extranjeros que de costumbre, más que españoles. Tanto en La Boheme como en Chic Fashion Food, a escasos metros del puerto, la Semana Santa «ha ido muy bien», según Kamel: «No esperábamos tantos clientes; tuvimos más que otros años pre covid», asegura. Pasaron por su tienda y restaurante «muchos alemanes, británicos, franceses y españoles».

Otro encantado con las vacaciones pasadas es Joan Torres, que regenta C’an Font (bebidas y comidas) y Paulosky (ropa) en la calle José Verdera: «Ha ido mejor que el pasado año, pero sin ser como el 2019. Pero no nos podemos quejar. La gente gasta, aunque haya crisis, porque las vacaciones son sagradas». El peor día, el pasado Domingo de Resurrección. La mayor parte de sus clientes fueron «ingleses, franceses, holandeses y españoles». La mayoría de los extranjeros procedían de los dos cruceros que atracaron esos días en Vila: «Es un turismo que nos ayuda mucho», afirma. Sobre todo cuando, además, «llueve», como sucedió el miércoles.

No fue tan bien en las calles interiores de la Marina, como en la de las Farmacias: «Floja», resume Eimi Bonet, dependienta de Doria, una tienda que vende ropa estilo Adlib y bikinis. «Había ambiente, pero pasaban y no compraban». Algo similar ocurrió en Sundek, según Valeria, su dependienta, que no notó que hubiera mucho gentío. Ni en Zeus, donde la encargada asegura que les fue peor «que en 2019».

«Hubo días buenos y días malos», dice Sofía Puig, dependienta de Es Test. Miércoles y Viernes Santo están entre los buenos. El domingo, entre los malos malos. «No ha sido una Semana Santa espectacular» en esa tienda de souvenirs. En S’Arc, sin embargo, Isabel Macías asegura que fue «incluso mejor que en 2019», quizás «por los cruceros», cuyas llegadas no habían previsto. Les fue tan bien que decidieron no cerrar la tienda de recuerdos esos días a mediodía para aprovechar el tirón.

«Por aquí pasan los restos de los que van a Vara de Rey y a Bartomeu Roselló"

decoration

Para José Viñau, que regenta la tienda de ropa Egoísta, en la calle del Mar, «fue mejor de lo que esperaba, aunque tampoco como para tirar cohetes». El problema, a su juicio, no es que no hubiera turistas en Semana Santa, sino que cada vez llegan menos a la Marina: «Por aquí pasan los restos de los que van a Vara de Rey y a Bartomeu Roselló. La Marina ya no es la de hace una década». Aun así tiene «esperanzas» de que la temporada vaya bien. Mónica, dependienta de la tienda de ropa Racó Verd (en la calle de sa Creu), también es optimista y coincide con Viñau en que el mayor flujo de turistas se concentra en Vara de Rey y sus aledaños.

Según Stuart, de la tienda de ropa Envy, eso se debe a que arrastran los mismos problemas desde hace años: «Falta de aparcamiento y de limpieza». Y de transporte público que traslade a los turistas hasta la Marina.

En Syd & Rex miraban al cielo para saber cómo les iría ese día: si salía el sol, vendían muchos bañadores; si llovía, poca cosa. «Pero para empezar no nos ha ido mal», comenta Sally Riera, encargada de un local que abre por primera vez esta temporada.

En la terraza de Can Rafal, bar situado en la calle Bisbe Torres, no dieron abasto, sobre todo el Viernes Santo, según Fabián, el ayudante de cocina: «Nos fue mejor que en la Semana Santa de 2019. La gente tiene muchas ganas de divertirse, de comer y de beber, de pasarlo bien». Atendió a muchos clientes españoles, sobre todo madrileños y barceloneses, más que extranjeros.

Marilín, de Tuss (zapatos y ropa), Luciana, de Foto Zoom, y María Gálvez, de Aftersun (ropa) coinciden en que la Marina se llenó de turistas, pero que «paseaban más que compraban», según esta última. Aun así, las tres creen que ha sido un buen preludio de la temporada alta.

Compartir el artículo

stats