El presidente de la Cofradía Nuestra Señora de la Esperanza, Toni Clapés, no tenía claro que la Semana Santa de Santa Eulària volviera a gozar del auge previo a la pandemia. «Tenía miedo de cómo reaccionaria la gente después de estos dos últimos años, porque parece que con el covid la gente se ha acomodado y le cuesta más comprometerse», asegura.
Felizmente para él y las siete cofradías de la localidad, «una más que en Vila», sus temores no se han cumplido y el Domingo de Pascua comienza en Santa Eulària con el Passeig de s’Alamera y la plaza del Ayuntamiento llenas de público para presenciar el Santo Encuentro. Entre el gentío, destaca la presencia de numerosos turistas y de la amplia colonia de residentes europeos en Santa Eulària.
En esta ocasión, Clapés va a ejercer de ayudante de capataz del paso de la Virgen de la Esperanza, que aguarda en la calle Sant Vicent. Cofrades de las distintas agrupaciones de Santa Eulària participan en esta jornada, englobados dentro de la Cofradía del Santo Encuentro, creada ex profeso para esta procesión del Domingo de Pascua, que se celebra en Santa Eulària desde 2010.
Recorrido
La comitiva de la Esperanza, con ocho costaleros, emprende la marcha puntualmente, a las 10.30, seguida de 20 manolas con mantilla blanca. También les acompaña el sacerdote de la Iglesia ucraniana grecocatólica de Ibiza, Dmytro Kyiashko. Por delante marca el compás la Agrupación Musical Yacente, que en esta procesión se desdobla con 18 músicos acompañando a cada uno de los pasos.
La Agrupación Musical Yacente acompaña a cada uno de los pasos
En la calle Sant Jaume, frente a la capilla de Lourdes, el Cristo Resucitado, también a hombros de ocho cofrades, empieza la marcha incluso dos minutos antes de la hora prevista. El párroco de Santa Eulària, Marcelo Gabriel Jofré, sigue a esta imagen, junto a la alcaldesa de este municipio, Carmen Ferrer, y el presidente del Consell, Vicent Marí.
Al llegar a la plaza del Ayuntamiento, la Virgen de la Esperanza tuerce en dirección al mar y ambas comitivas se encuentran frente al Passeig de s’Alamera, donde en pocos minutos se ha multiplicado el número de vecinos y visitantes. Un cofrade retira, de un tirón, el velo de luto que cubre el rostro de la virgen, arrancando los aplausos de todos los asistentes.
Los costaleros comienzan el baile con cada una de las plataformas, haciendo saludar a las tallas, frente a frente, alzándolas e inclinándolas al ritmo de la marcha de los músicos. Finalmente, los dos pasos se separan para emprender la ruta hacia el Puig de Missa, con el Cristo Resucitado encabezando el desfile.
En la cima de la colina, frente al porche de la iglesia, les espera otra multitud durante media hora, el tiempo que tarda en llegar la procesión desde la plaza del Ayuntamiento. El templo está abarrotado cuando llegan las dos imágenes, que quedan a ambos lados del altar para que Marcelo Gabriel Jofré dé comienzo a la misa de Resurrección.
