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Tres millones de euros de Europa para cambiarle la cara al West

El Govern y el Ayuntamiento de Sant Antoni presentan la inversión ante el empresariado local

Serra, Negueruela y Ribas se saludan al inicio de la reunión. | J.A.RIERA

Sant Antoni quiere cambiar la zona del West, y el dinero de los fondos europeos ayudará a acelerar este proceso. Ayer por la tarde, el conseller de Turismo del Govern, Iago Negueruela, y el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, presentaron ante representantes del empresariado portmanyí las inversiones que se materializarán con la llegada de tres millones de euros procedentes de los Fondos Next Generation. En el encuentro también participó el conseller balear de Movilidad y Vivienda, el ibicenco Josep Marí Ribas Agustinet.

Las obras empezarán cuando termine la actual temporada turística. El aspecto más visible de la reforma consistirá en el cambio de toda la pavimentación de las calles del casco histórico de Sant Antoni, que incluyen tanto las del West como las del entorno de la iglesia. También se soterrarán las líneas telefónicas y eléctricas, aunque habrá mucho trabajo invisible: «Queremos cambiar todo lo que hay debajo de las calles. Modernizar el alcantarillado, las conducciones de agua, arreglar los servicios», explicó Marcos Serra, quien señaló que «el pavimento tiene ya 40 años y es el momento de sustituirlo».

Cámaras y pilones eléctricos

Otros cambios que se quieren implementar son la instalación de cámaras de seguridad, medidores de la calidad del aire y pilones eléctricos para cerrar las calles peatonales: «Ahora hay que avisar a un celador para ponerlos y sacarlos», señaló el alcalde.

Unos cambios en el West que van en la línea de las reclamaciones que ha expresado en repetidas ocasiones el empresariado local, que también tiene clara la necesidad de un cambio en el modelo de negocio. En este aspecto, Serra comentó que está satisfecho por las iniciativas que están realizando: «Creo que los hoteles han trabajado bien y han reformado sus establecimientos. Los restaurantes también, Sant Antoni ya tiene una estrella Michelin. Estos tres millones de euros ayudarán a proseguir por esta línea».

Inversión prioritaria

Durante el encuentro hubo buena sintonía entre Govern y Ayuntamiento. El conseller de Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, señaló la necesidad de establecer una relación de confianza entre las dos instituciones para que la inversión llegue a buen puerto.

«Cuando conocimos la magnitud de la llegada de los fondos europeos, tuvimos claro que Sant Antoni sería uno de los municipios prioritarios para recibir estas ayudas, conjuntamente con las zonas de Playa de Palma y Magaluf», señaló Negueruela, quien recordó la aprobación de la normativa sobre el turismo de excesos: «En su momento fue controvertida, pero creo que ahora ya se ve que fue una ley necesaria», y que resultaba razonable que «si se aprueba una normativa tan específica, se hace necesario también acompañarla de recursos económicos importantes para acelerar la transformación de estas zonas turísticas».

Por su parte, el conseller Josep Marí Ribas se mostró satisfecho con la territorialización de las inversiones de los fondos europeos, y recordó que también habrá otras ayudas relacionadas con el resto de departamentos del Govern: «Esta ayuda en concreto será una gran contribución al cambio de modelo de Sant Antoni».

A la salida de la reunión, el conseller Negueruela aseguró que «el dinero no será problema», y que, si se necesita más, «habrán más fondos». Acostumbrados a largos años de austeridad, falta de dinero y a tener que apretarse el cinturón, esta prodigalidad milagrosa resulta casi inconcebible. No obstante, Negueruela advierte que esta generosidad tiene su contrapartida, y es que todos los gastos son minuciosamente controlados, tanto por el Gobierno de España como por la Unión Europea, para que todo se destine a lo que toca.

«Europa nos marca y fiscaliza. Están las unidades de seguimiento de la Unión Europea que lo supervisan todo», advirtió el conseller, que señaló que «si no se cumple, ese dinero se va y se destina a otra comunidad autónoma».

Por tanto, conviene ser extremadamente serio. En estas circunstancias, la relación de confianza entre las instituciones resulta básica: «El Ayuntamiento ha establecido un diálogo con el sector turístico y nos ha señalado cuáles son los mejores proyectos en los que hay que destinar esta cantidad económica, y el Govern tiene que creer lo que los ayuntamiento le proponen», explicó Negueruela. «Nuestro compromiso era que hubieran fondos europeos y han llegado. Los ayuntamientos nos delimitan las líneas de actuación. Los proyectos nos han parecido razonables», añadió.

Las actuaciones empezarán a finales de este año 2022, cuando termine la actual temporada turística, y tendrán que estar finalizadas en el año 2024. La Unión Europea será muy estricta en el calendario de actuaciones y ha establecido hitos para seguir el cumplimiento y la evolución de los trabajos: «Debemos ser ágiles en cumplir plazos, si no queremos perderlos», resumió el conseller.

Dinero rigurosamente controlado

Las obras empezarán a finales de año y el compromiso con la UE es que terminen en 2024

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