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La fiesta vuelve a Sant Josep mitigada por la guerra

El obispo compara la hagiografía del patrón del pueblo, nativo de «un país ocupado violentamente por los romanos que imponían sus leyes», con el sufrimiento de Ucrania y para invocar la paz mundial

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Día grande de Sant Josep (2022)

El párroco de Sant Josep , Josep Lluís Mollà , recibe en la puerta cordialmente a todos los vecinos y visitantes que llegan a la iglesia. Les estrecha la mano con el correspondiente « muda anys i bons », aunque él también será felicitado por su onomástica cuando el obispo, Vicente Ribas , se dirija al altar y se congratule por la muchedumbre congregada.

«Esta fue la primera fiesta que se suspendió hace dos años por la pandemia. Recuerdo perfectamente que fue un día especialmente triste», confiesa. Ese día, Ribas ofició la misa en honor al patrón del pueblo solo para las cámaras de la TEF, acompañado por Jordi Martí en el órgano.

«Ha sido un auténtico gozo ver a todo el coro de nuevo junto cantando, tenía muchísimas ganas"

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Dos años después, Martí vuelve a dirigir el acompañamiento musical, pero en esta ocasión junto a su coro parroquial al completo. «El año pasado sí que pudimos estar, pero con tantas restricciones éramos solo ocho cantantes», recuerda mientras observa la procesión que sigue a la misa.

«Ahora ha sido todo un gozo verlos de nuevo a todos juntos cantando, tenía muchísimas ganas», valora Martí. El grupo parroquial ya había ofrecido una actuación las pasadas navidades. «Pero, ya sin las restricciones de espacio, hemos podido subir todos al coro, apretujados y sintiendo el calor humano».

La procesión

De igual manera, tres años después, los vecinos de Sant Josep vuelven a sacar en procesión a siete tallas del templo: San Francisco, San Vicente, San Roque, dos marededéus y el Sagrado Corazón. Además, cómo no, el patrón del pueblo llevando de la mano al Bon Jesús , una figura tan idílica como la que había descrito minutos antes el obispo en su homilía.

«San José vivía en un país ocupado por romanos, que imponían sus leyes violentamente"

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«La imagen popular que nos ha llegado de Sant Josep no está muy acertada. Siempre aparece trabajando en la carpintería, junto a la Virgen María bordando y el niño Jesús corriendo entre flores. Muy bucólico, pero en verdad tuvo una vida llena de dificultades», precisamente el obispo. «Pero vivía en un país ocupado por romanos, que imponían sus leyes violentamente», recuerda para comparar la situación que sufre el pueblo de Ucrania, sin citarlo. «Parece que vuelve un nuevo aire este año, pero dadas las circunstancias de nuestro mundo, tenemos el corazón angustiado», admite antes de invocar a Sant Josep, «un hombre de Dios y un hombre de paz».

El fotógrafo de las 'pageses'

Antes de que empiece el ball pagès que pone el colofón, el fotógrafo Giuseppe Concas ya toma sitio. Este sardo se hizo con el último premio de fotografía de las Fiestas de Santa Eulària, gracias a una imagen de Antònia Gibert hilando lana en el Puig de Missa. «Me apasionan las emprendades, costumbres y tradiciones ibicencas, que no deben morir nunca. Es mi manera de dar las gracias a la isla que me da de comer cada día», explica en perfecto ibicenco.

La Colla de Sant Josep ofrece su segundo espectáculo desde la irrupción del covid, después de que se estrenaran en la última Nit de Sant Joan. «Claro que hace ilusión, porque parece que ya tenemos normalidad», confiesa Esidro Ramis , uno de los balladors .

El padre de Ramis, Pep Esidro , es el obrer major de la parroquia, que sigue con una sonrisa el reparto de orelletes empaquetadas y moscatel entre los vecinos y visitantes. «En 2020 llegué de Galicia el mismo día que empezaba el estado de alarma. Así que claro que hay alegría ahora, pero no toda la que debería por el cony de guerra».

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