El departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Eulària ha iniciado esta semana los trámites administrativos para elaborar un censo municipal de ADN canino para prevenir los excrementos depositados en la calle, mejorar la convivencia, garantizar ciertos aspectos del bienestar animal y la limpieza en todo el término municipal. Se trata de una medida que ya contemplan en sus ordenanzas un total de 52 municipios españoles y que ha tenido gran éxito en capitales de provincia como Málaga o Zaragoza. 

La prueba, que es totalmente indolora para el animal ya que se puede conseguir a través de una muestra de saliva, estará subvencionada por el Consistorio durante la fase de implantación. Este genotipo irá vinculado al chip del animal y será de obligado cumplimiento. Este listado permitirá al Ayuntamiento retirar las heces de las calles y, una vez limpia la zona, se podrá sancionar después al propietario que no la haya retirado, así como a los propietarios que no tengan a sus perros registrados una vez haya finalizado el periodo de implantación.

Personal del departamento se desplazó el pasado mes de enero a Málaga para conocer todos los aspectos de la puesta en marcha de este servicio, además de las cifras y los resultados de su implantación "que son muy satisfactorios. La verdad es que es una iniciativa que tiene un efecto muy positivo en la convivencia, ya que de una manera muy eficiente se consigue tener un municipio más limpio, se logra una mejor imagen y se inculcan valores cívicos a todos los propietarios", ha declarado la concejala de Medio Ambiente del municipio, Mónica Madrid.

A estos primeros trámites técnicos les seguirán la modificación de la Ordenanza de Tenencia de Animales y la aprobación en el Pleno municipal de la misma, que se espera se pueda tener lista para su licitación antes del primer trimestre de 2023. Después, una vez esté aprobada la normativa de manera definitiva, se dará un periodo de carencia para que los propietarios inscriban a sus perros en el censo municipal de ADN canino. 

"Tiene una gran efectividad ya que, a diferencia de otras normas que recogen las ordenanzas, no nos obliga a tener a un agente sobre el terreno, ya que podemos analizar las muestras a posteriori para emitir la sanción o para hacer controles en las zonas en las que se detecten muchos restos genéticos de perros que no estén censados", ha añadido Mónica Madrid.

Según las ordenanzas que ya están vigentes en más de medio centenar de municipios, las multas oscilan entre los 60 y los 1.500 euros. En ningún caso se sanciona al propietario de un perro por las heces de otro, ya que las muestras contaminadas se descartan.  

Control de los abandonos y las camadas

La iniciativa, además, consigue de manera paralela otros objetivos en aras del bienestar de la población de los animales, ya que permite controlar a los que han sido abandonados e identificar a las camadas, a través de su parentesco genético. 

En la actualidad, el municipio de Santa Eulària cuenta con tres áreas para perros(parque canino de Cas Capità y pipicanes d’es Puig d’en Valls y Paseo de la Solidaritat). Además, este año se ha puesto en marcha un gran contrato para el bienestar animal como es el Servicio de Recogida, Acogida y Adopción de Animales.  

Según los cálculos del departamento de Medio Ambiente, la población de canes en el municipio podría superar los 5.000 ejemplares.