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Antonia Maria Cirer, herpetóloga: «La lagartija de Ibiza es clave para prevenir plagas de microinsectos»

El Puig des Molins y es Soto se declaran simbólicamente «reservas preventivas» de la ‘podarcis pityusensis’ para garantizar la continuidad de su población en Ibiza

Imagen de la lagartija endémica de es Vedrà. | J.A.RIERA Josep Àngel Costa. eivissa

Una propuesta surgida entre un grupo de alumnos de Formación Profesional en Can Marines se tradujo ayer en un compromiso institucional para intensificar la lucha contra la plaga de culebras en Ibiza, con una presentación por todo lo alto en la sede del Consell. De momento, tanto la Administración insular como la autonómica y el Ayuntamiento de Ibiza han recogido el reto estudiantil y proponen una «reserva preventiva» de lagartijas en es Puig des Molins y es Soto, una simbólica declaración de intenciones para impulsar un plan de concienciación, divulgación y salvaguarda de la especie más emblemática de las Pitiusas.

«Es el principal vertebrado endémico de Baleares y ya estaba presente en Ibiza antes de que apareciera el Homo sapiens en el mundo», recordó Antonia Maria Cirer, herpetóloga e impulsora de la plataforma SOS Salvem sa Sargantana Pitiusa. Más allá de su valor icónico, la Podarcis pityusensis constituye un ejemplo paradigmático de las teorías de Darwin, al mismo nivel que los pinzones que descubrió el científico inglés en las Islas Galápagos.

La sala de plenos del Consell acogió ayer la presentación de la reserva de lagartijas. Vicent Marí

Ejemplo de la teoría evolutiva

«Como cada isla tiene una población de lagartijas separada de la otra, con una historia evolutiva diferente y particular, esto favoreció que en cada una de ellas se encuentre lo que se conoce como unidad evolutiva significativa», detalló Cirer. Así, mientras en el continente estos pequeños reptiles son insectívoros, en las Pitiusas son omnívoros que se nutren tanto de materia orgánica en descomposición como de flores, frutas o «cualquier fuente de alimento disponible en un islote».

También devoran pequeños insectos, de manera que su omnipresencia les convierte en un elemento central de la red trófica y ecosistemas de Ibiza y Formentera. «De ahí su gran importancia biológica, porque cumplen una función preventiva de las plagas de microinsectos. Son bichos que no vemos hasta que son abundantes, pero si desaparecen las lagartijas, nos daremos cuenta», advertía la herpetóloga.

Mientras que en el continente las lagartijas son insectívoras, en las Pitiüses son omnívoras

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Concienciación

La labor de concienciación e instalación de trampas para las serpientes que encauza SOS Salvem sa Sargantana Pitiusa desde el año pasado se ha extendido también al ámbito educativo, como es el caso del CIFP Can Marines. «Impartimos ciclos formativos de la familia agraria y marítimo pesquera, muy relacionadas con los valores ambientales», apuntó la directora del centro, Pepita Costa. «Por eso es importante también formar a ciudadanos con actitudes positivas que ayuden a mejorar el entorno», abundó.

Fruto de esta premisa, los alumnos de primer ciclo de Producción agroecológica propusieron en un tutorial participar en la distribución masiva de trampas para serpientes y la cría de ratones como cebo, así como declarar la finca de Can Marines como reserva para las lagartijas. Ese último plan se trasladó a Cirer, que al advertir una buena idea, sugirió buscar apoyo en el Consell, de manera que el técnico de medio ambiente Jaume Estarellas es uno de los asesores de este proyecto de reserva.

"Es un compromiso para crear sinergias e implicar a las administraciones para vigilar y monitorizar la población de lagartijas"

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El área ideal

«Tenemos una propuesta de reparto de tareas y al Govern y al Cofib [Consorcio para la Recuperación de la Fauna de les Illes Balears] les pediremos que elaboren el proyecto de bioseguridad para evitar la entrada de serpientes en la reserva. Es un compromiso para crear sinergias, implicar a otras administraciones para vigilar y monitorizar la población de lagartijas en esta zona y fomentar la educación ambiental», destaca Estarellas.

Los técnicos también percibieron que Can Marines no era la ubicación indicada, aunque el centro sigue en el proyecto como impulsor. Es Soto y es Puig des Molins son espacios naturales con gran densidad de lagartijas que, al estar rodeados del núcleo urbano, de momento se han librado de la plaga de culebras. «La reserva es una conservación preventiva y no se trata de hacer nada, sino de intentar no perder lo que ya tenemos», subrayó Cirer.

Este enclave ideal favoreció sumar el último protagonista necesario para la reserva, el Museu Arqueológico d'Eivissa i Formentera (MAEF), que, gracias a la necrópolis, cuenta con más de cinco hectáreas de naturaleza protegida y vallada. Así, ampliará y afianzará la labor medioambiental que ya inició con la bióloga Olivia López, autora del inventario que ha recopilado más de 150 especies de flora y fauna en el Puig des Molins.

«Esta reserva es como la conservación preventiva, uno de los principios básicos de la arqueología. Son las medidas que tomamos para proteger un yacimiento sin tocarlo. Cuando ya no son suficientes para preservarlo, entonces entra en juego la restauración. Esto es lo que queremos evitar con la lagartija», sentenció Bofill.

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